Capítulo 5

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El lugar estaba a menos de veinte minutos en taxi, pero la conducción del taxista era un tanto errática, y Viktor se sintió mareado. Llevaba una temporada sin beber, porque Natasha había recortado drásticamente su ración de alcohol para aumentar sus probabilidades de concebir.

Ivanov estuvo todo el trayecto cantándole su repertorio de canciones favoritas de los ochenta y contándole los recuerdos que llevaba aparejados cada una. El tema recurrente era el sexo: con qué chica se acostaba en cada momento y qué hacían.

— De modo que Caroline era «Wake me up before you go go», porque en la cama era la chica más aburrida que has visto nunca. En cambio, la canción de la maravillosa Stephanie era «Summer of 69», de Bryan Adams. Ya te imaginas cuál era su especialidad.

— Es fácil de imaginar, y es una imagen que prefiero no tener presente, gracias. — Dijo el alfa.

— Oh, qué días tan felices, amigo ¡Qué días tan felices! — Exclamó Alexander con una sonrisa de satisfacción.

Afortunadamente, el recorrido musical por la vida sexual del alfa se acabó a las puertas del colegio. Volkov vislumbró el letrero frente a la verja y comprobó que era exactamente el mismo de hace años atrás. De repente se sintió muy extraño. Se vio a sí mismo entrando tranquilamente con la mochila de Adidas colgada del hombro y la parte superior de la corbata asomando por el cuello de la camisa, mientras la parte ancha quedaba oculta. Llevaba el pelo largo amarrado en una coleta, como se llevaba entonces, y media camisa fuera del pantalón. Por supuesto, iba acompañado de Horacio, que se aferraba felizmente a él desde su cintura mientras él le pasaba el brazo sobre los hombros. Tenían bastante estilo, pensó con un espasmo de dolor. Parecía imposible que aquel chico se hubiera transformado en este hombre maduro que vestía el habitual uniforme de camisa de cuadros azules y pantalones corte recto de tonalidades aburridas.

— Muy bien, ¡vamos a ver la caza! — Clamó Ivanov.

Se movía con torpeza porque había bebido, y al entrar se golpeó contra la puerta del vestíbulo. La pancarta de «Bienvenidos a Dove Valley School» se agitó violentamente.

Viktor no pudo evitar una sonrisa al ver la escena: era como si hubieran retrocedido en el tiempo. En la pista de baile, al fondo del vestíbulo, giraban como locas las luces multicolores y sonaban los alaridos de A-ha, una banda noruega de los ochenta. Como de costumbre, a estas horas solo había chicas en la pista de baile. Apelotonados alrededor de la barra, los tíos miraban con inquietud a las mujeres, que parecían dispuestas a arrastrar a la pista al hombre que tuvieran más a mano. Lo único que cambiaba en la escena era la ropa. Ahora se veía una abundancia de vestidos negros, medias finas, uñas pintadas y peinados perfectos, recién salidos de la peluquería; nada de hombreras, cadenas, colores fosforescentes, malla, encaje, corbatas de cuero ni camisas de seda. Pero a pesar de sus capas de sofisticación, no cabía duda de que regresar al terreno de los primeros bailes les había devuelto a sus inseguridades juveniles.

— ¡Dios mío! ¿Eres tú? Tienes un aspecto fantástico. — Exclamó Alexander, dirigiéndose a una mujer de escote vertiginoso. — Estás incluso más guapa que cuando ibas al cole. Por cierto, yo soy Alexander, por si no te atreves a confesar que no recuerdas cómo me llamo. Alexander Ivanov. Llegué en cuarto curso. Me sentaba en la última fila. Hicimos mates juntos, ¿no te acuerdas? La verdad es que me gustabas mucho. Teníamos un profe muy aburrido. ¿Cómo se llamaba?

— Mister Hopkins — Le respondió perpleja la beta a aquel auténtico gilipollas en que se había convertido Ivanov.

— ¡Él mismo!. Me aburría muchísimo con él. Pero algo debí de aprender, porque si no no me habría convertido en un exitoso asesor financiero. ¿Me permites que te invite a una copa? Así podré agradecerte que me alegraras las clases de mates con tu sonrisa. Seguro que quieres un Bacardí con coca-cola. Con este aspecto de latina exótica tiene que gustarte el ron. Sígame, damisela.

NADIE HACE EL AMOR LOS MARTES - Volkacio/ DexacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora