Capítulo 1: El despertar

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Un largo pitido que no me dejaba escuchar nada no paraba de sonar y aquella luz blanca había dejado de hacerme sentir seguro y en paz. Más bien sentía como si me estuviera cegando. La luz se fue volviendo más tenue, dando forma a unas siluetas borrosas. Y encontré a un hombre y dos mujeres mirándome.

"¿Quienes sois?¿Estoy en el hospital?"

— Tranquilo, ya pasó la peor parte. — Le dijo una de las mujeres al hombre mientras me cogía en brazos y me dejaba con la otra mujer.

"¿Qué está pasando? Me ha cargado con relativa facilidad."

— Uwahhh... — balbuceé. 

"¿Porque no puedo hablar ni moverme bien?"

Estaba sintiendo algo de pánico, pero cuando me cargó esa mujer, me vi en el reflejo de sus cristalinos ojos azules. Me había convertido en un bebé.

"He vuelto a nacer. Así que después de la muerte solo te reencarnas, ¿eh?"

— Que chico más tranquilo, no ha llorado ni un poco. — Escuché decir a la que probablemente sería la enfermera por sus ropajes largos.

— Salió fuerte cómo su madre. — Contestó quien parecía ser mi nuevo padre.

— Eres un niño precioso, siento que hayas tenido que nacer en esta situación... — dijo la mujer que me cargaba, se le notaba la voz cansada y triste, seguramente sería mi madre.

— No digas eso, cariño, nos las arreglaremos. — le consoló el hombre.

"¿Qué sentía? ¿A qué se refería mi madre? ¿Estaré en algún tipo de lugar peligroso? Sea lo que sea tengo que descubrir en qué parte del mundo estoy."

Y así fue como renací de nuevo. Mientras conservaba mis antiguos recuerdos. 

Dos años pasarón desde entonces y en ese tiempo me pude informar de qué tipo de condiciones eran las que me rodeaban, limitado por mi corta edad.

Repasemos punto por punto. Los nombres de mis padres aparentemente eran Silvie Storgaard, mi madre, una mujer de una gran belleza incomparable. Tenía un pelo largo y siempre lucía muy arreglado, brillaba por su particular color plateado, haciendo resaltar sus ojos de color zafiro.

 Tenía un pelo largo y siempre lucía muy arreglado, brillaba por su particular color plateado, haciendo resaltar sus ojos de color zafiro

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Mi padre se llamaba Leth Fischer. Era un hombre con unas características mucho más comunes, tenía el cabello castaño, los ojos marrones y un gran físico.

 Era un hombre con unas características mucho más comunes, tenía el cabello castaño, los ojos marrones y un gran físico

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A Falling Dawn - El corazón de la diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora