¿Qué hay después de la muerte? Ese es un misterio sin resolver que todo el mundo se pregunta. Nuestro protagonista sufre un accidente de tránsito, lo cual lo transporta a un mundo de fantasía digno de cuentos y libros. Él, emocionado decide dejar at...
"Bien, ¿qué debería ponerme? ¿Debería ir más informal?"
Pensé mientras miraba algo que ponerme en la sala donde se encontraban todos mis conjuntos a la vez que daba vueltas indecisa.
— Señorita Daiana, la señorita Silvie también formó parte de la corte. Además, recuerda que irá a un pueblo de granjeros, debe mostrarse como la futura reina que desea ser — me aconsejó Lea.
— Lea, voy a ir a ver a la familia de Earin. Le he causado muchos problemas y ha podido perder la vida por mi culpa -dije mientras seguía buscando ropa.— Dijo que era el cumpleaños de su hermana, ¿no? ¿Qué debería regalarle? ¡Aaaahhhh!
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Me estaba volviendo loca, creo que por primera vez vi a Lea suspirar. Yo tampoco sabía muy bien porque me estaba comportando así, pero la noche anterior me sentí muy rara. De repente quise ir con Earin para agradecerles a sus padres y disculparme y luego él me dio el colgante sagrado y me costó dormir.
Lea me daba vestido tras vestido que yo me probaba mientras seguía pensando. Terminé por ponerme un vestido azul no muy elegante y algo más informal. Ahora solo me quedaba por elegir el regalo.
"¿Qué le puedo regalar a una niña que va a cumplir seis años?"
A mi me regalaban muchos vestidos, joyas y peluches, imagino que era para que no pensara en la muerte de mi madre. Fui personalmente a mi armario y elegí unos de mis vestidos de cuando tenía su edad. Era un vestido blanco con unos pequeños volantes muy bonitos. Lea lo envolvió y fuimos a desayunar al comedor principal. En la mesa se encontraban ya mi padre y Earin, aunque no habían empezado a desayunar aún.
— Oh, Daiana al fin llegas te estábamos esperando, no es habitual en ti llegar tarde, ¿ha ocurrido algo?- preguntó mi padre preocupado.
Me quedé en blanco por un momento.
— Alteza, la princesa Daiana ha tenido dificultades para dormir esta noche. Pensé que sería mejor dejarla descansar un rato más.
Le puse una cara de felicidad a Lea.
"Muchas gracias, Lea"
—Gracias Lea, hicimos bien en encargarte el cuidado de Daiana. ¿Has vuelto a tener ese tipo de pesadillas?
— No, creo que fue otro el motivo de su poco descanso— dijo Lea mirando hacia Earin.
"¡Lea!"
—¿Pesadillas? — preguntó curioso Earin.
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