Cerré la ventana después de despedirme de Earin y ver como se marchaba hasta desaparecer en la oscuridad de la noche.
Me giré contentísima. Pude desahogarme y pasar un buen rato, además de haber podido aclarar un poco más mis pensamientos.
Me tumbé en la cama mirando al techo. Vagaba en mis pensamientos cuando al colocarme hacia un lado, vi a la princesa Idril me miraba fijamente con mucha felicidad en su rostro.
— Princesa Idril, ¿desde cuándo está despierta?
— Desde que se rompió tu lámpara.
Miré al suelo donde se encontraba mi lámpara rota y justo a su lado el palo que había tirado Earin.
— ¿Entonces lo ha escuchado...?
— ¿Todo? Sí.
Me tapé entera con las sábanas para que no viese que me moría de vergüenza. Me destapé los ojos para poder mirarla.
— Perdón, por no haberle dejado dormir mucho por este capricho. ¡Le compensaré!
— ¡No te preocupes! — exclamó Idril emocionada. — Siempre quise ver en persona un romance de libro.
— ¿¡Romance!?
— La historia de la princesa y su guardián. Un amor prohibido por su linaje donde él hace todo lo imposible por verla aún infringiendo las reglas, lo que acabará inevitablemente en su muerte.
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A Falling Dawn - El corazón de la diosa
Fantasía¿Qué hay después de la muerte? Eso se pregunta nuestro protagonista mientras está a punto de morir. En un giro de los acontecimientos, renace en un mundo muy diferente al suyo, en el que descubre que la magia y otros seres de fantasía existen. Y de...