Me desperté muy adolorido. Todo me daba vueltas. Cuando se me aclaró la vista, vi que estaba en una sala muy oscura, encadenado a la pared, y a mi lado se encontraba Daiana encadenada también y completamente dormida.
"¿Qué acababa de pasar?"
Lo único que se podía escuchar era el sonido de las cadenas cuando intentaba moverme y lo poco que podía ver era gracias a una antorcha que alumbraba a duras penas desde las rejas de la puerta de la habitación en la que estábamos encerrados.
— Daiana, ¿estás bien? — pregunté lentamente, aún adolorido y mareado.
No obtuve respuesta, parecía que seguía inconsciente. Aunque me alivió ver que no parecía estar herida, o al menos no tanto como yo que me sangraba la herida de la cabeza.
Seguí intentando deshacerme de los grilletes, pero no había manera. Y además, por algún motivo que desconocía no podía usar ningún tipo de magia. Si lo hacía, sí intentaba usarla, me sentía más cansado y mareado.
— Daiana, despierta.... hay que salir de aquí.
— ¿Earin...? ¿Dónde estamos? — preguntó Daiana acabándose de despertar.
— ¿Te encuentras bien?
— Sí, algo mareada pero estoy bien. ¿Por qué estoy encadenada?
— No lo sé, parece que ambos hemos sido secuestrados, y que estas cadenas nos impiden usar magia.
— Se va a enterar quien nos haya causado esto. Dios mío, Earin estás sangrando— me dijo Daiana preocupada.
— Sí, parece que no fueron tan agradables conmigo — dije soltando una pequeña risa.
Daiana intentó soltarse de las cadenas retorciéndose de mil maneras, pero no tuvo éxito alguno, aunque seguía intentándolo sin descanso.
— Earin, te sacaré de aquí y te pondrás bien, te lo prometo.
Con todo el forcejeo de Daiana, se escuchaban mucho las cadenas. Sin embargo, pronto dejó de ser el único sonido, ya que se empezaron a escuchar unos pasos que venían en nuestra dirección.
— Señor, los reclusos se despertaron hace poco.
"¿Había alguien vigilándonos?"
La sombra de la persona que se iba acercando se hacía cada vez más y más grande. Al verle Daiana y yo sentimos mucho miedo. Era el Duque Marcus en persona. El duque entró a la habitación sin decir nada, se paró enfrente de nosotros con un aura imponente e intimidante. Me miraba únicamente a mí.
"Este hombre es muy peligroso."
Antes no me había dado cuenta, pero era bastante alto, su pelo rojo oscuro en la oscuridad apenas se distinguía de un color negro normal y sus ojos verdes, que no paraban de mirarme, estaban llenos de determinación.
— Así que por fin muestra sus verdaderas intenciones Duque Marcus... Tanta protección a la corona cuando todas sus intenciones eran falsas. Siempre quiso traicionarnos— dijo Daiana molesta mientras seguía haciendo ruido con las cadenas y haciendo que la mirada de Marcus se dirigiese a ella.
— Mi familia siempre protegió a la corona y a su reino, y yo no soy menos princesa. Como fiel protector de la corona, no puedo permitir que un mal rey y su problemática hija, conduzcan al reino a la ruina. ¿Perdonar la vida de criminales y traidores?¿Poner al mando del reino a una pequeña princesa inexperta que se nota que no está preparada? — Las palabras de Marcus dejaron a Daiana sorprendida con una cara que era un poema — Los demás reinos se han fortalecido mucho mientras que nosotros somos los únicos que nos debilitamos con tanta paz. Como miembro de la familia Crownguard no puedo permitir eso. Así que si es necesario, daré un golpe de estado para quitar del mando a los que no son dignos.
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A Falling Dawn - El corazón de la diosa
Fantasy¿Qué hay después de la muerte? Eso se pregunta nuestro protagonista mientras está a punto de morir. En un giro de los acontecimientos, renace en un mundo muy diferente al suyo, en el que descubre que la magia y otros seres de fantasía existen. Y de...