"Ya estoy más tranquilo"
Es lo que pensé tras dejar a mi familia en la casa de los Crownguard.
Una vez llegamos a palacio nos estaba esperando el rey junto a un hombre con poco pelo, tirando a calvo. Daiana se marchó enseguida con Lea para tratar unos asuntos. Parecía que no iba a poder descansar ni un poco.
— Hola, Earin, ¿cómo fue la reunión?
— Me hubiese gustado más tiempo, pero al menos sé que estarán a salvo. Gracias por su ayuda.
— Es lo menos que podía hacer. Te presento a Alessandro, está al cargo del entrenamiento personal de la guardia real, te ayudará en todo lo que pueda.
— ¿Ayudar?¿No será la persona que me entrene?
— Esperemos que no, queremos que te entrene otra persona. Pero es algo complicado que acepte... En caso de que no lo haga, Alessandro se encargará de entrenarte.
— ¡Encantado, Earin! ¡Soy Alessandro!- exclamó y me dio la mano con mucha fuerza y brusquedad.
— Encantado... y bien, ¿quién me va a entrenar?
El rey y Alessandro se miraron y luego suspiraron. Enseguida fuimos al campo de entrenamiento.
Había muchos soldados jóvenes asustados. Lo que les asustaba era una chica pelirroja muy fuerte sentada encima de una pila de hombres inconscientes que bebía de una botella de alcohol. Me sonaba haberla visto en algún otro lugar.
— ¡Ah! Eres la chica que lanzó al soldado por los aires en la fuente.
— Rachel... ¿Qué ha ocurrido?- le preguntó el rey.
— Me aburría y quería ver cómo estaba el nivel de los nuevos soldados. Son todos unos debiluchos, ¿qué clase de entrenamiento les estáis dando? — contestó Rachel mientras seguía bebiendo.
— No es que sean débiles, es que tú eres un monstruo Rachel — replicó Alessandro.
— Esas no son palabras para decirle a una dama. —Tras decirle Rachel estas palabras en un abrir y cerrar de ojos vi que se encontraba justo en frente de Alessandro con el puño en alto.
— ¡Rachel!— exclamó el rey.
Entonces ella se detuvo justo en el sitio con el puño delante de la cara de Alessandro.
Alessandro se había quedado totalmente inmóvil.
— Ni un solo movimiento — decía Rachel mientras alejaba su puño de la cara de Alessandro.
— No conseguiría esquivar un golpe tuyo ni en mis mejores sueños, simplemente asumí que podía pasar —dijo calmado Alessandro.
— Un hombre valiente, al menos este será útil— comentó riendo y rápidamente le dio un golpe a Alessandro en la espalda que lo dejó temblando, aunque intentaba aparentar que no era nada.— Bien, entonces a qué se debe su llamada Rey.
— Quiero que entrenes a alguien.
La cara de Rachel cambió por completo hasta el punto de llegar a dar miedo.
— No pienso entrenar a nadie, ya te lo dije en su día, son todos demasiado débiles.
— Es el sobrino de Bruce — dijo el rey señalándome.
Rachel me miró de arriba abajo, como si estuviera analizándome o intentando confirmar por ella misma las palabras del rey.
— Bien, atácame con todo lo que tengas y róbame la botella— dijo Rachel con seguridad.
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A Falling Dawn - El corazón de la diosa
Fantasy¿Qué hay después de la muerte? Eso se pregunta nuestro protagonista mientras está a punto de morir. En un giro de los acontecimientos, renace en un mundo muy diferente al suyo, en el que descubre que la magia y otros seres de fantasía existen. Y de...