Nueva Era #2

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Espero que les guste~

Nota: En el siguiente, aparecerá Bruno ^_^

El pueblo se tomo el cambio de la matriarca de la casa Madrigal tan bien como se podía esperar. Mucho de ellos se veían escépticos, otros molestos y otros tantos simplemente se encogieron, diciendo que nada iba a cambiar pero Mirabel no iba a dejar que las cosas siguieran como iban, así que como primera orden en su nuevo lugar, decide poner un horario de trabajo y de descanso para su familiar. La gente del pueblo protesta, demasiado a costumbrados a que su familia estuviera disponibles en todo momento.

-Los burros...- uno intenta decir pero ella lo interrumpe.

-No los hubieras tenido si no sabes como cuidarlos- suspiro, Luisa ha venido soportando mucho peso durante años y necesita un descanso de todos ellos. 

-Mis bebes...- habla esta vez una mujer.

-Empieza por cerrar las piernas si no sabes cuidar niños- gruño. Su primo Camilo adora a los niños pero esta cansado de tener que transformarse y cuidarlos en todo momento. 

-Las flores...- otro hablar.

-Puedes plantar semillas y esperar a que crezcan. Tardaran pero si las cuidas bien, serán lo que necesitar- porque desde que Isabela descubrió que podía hacer más flores rara con su don, decidió que las flores simples ya no le gustan mucho y ella no esta por obligarla a hacer lo que no quiere.

-Los cultivos...- dice otro.

-Riéguenlos ustedes- su tía Pepa ha sido tratada como un regadera por toda esta gente, necesita un descanso también.

-Alma no nos haría esto- dijo uno de los más viejos, cruzado de brazos, molesto y decepcionado.

-Pues Alma ya no esta a cargo- su tono es frio y algo cortante pero no puede evitarlo del todo, esta cansada, lleva más de una hora escuchadnos sus quejas y solo quiere que se callen a estas alturas. -La vela me eligió para estar a cargo ahora y no les pidió su opinión- suspiro, cansada, con el comienzo de un dolor de cabeza. -Así serán las cosas, mi familia no estará disponible en todo momento, tendrán horarios, y espero que se acomoden a ellos- les dio la espalda, ignorando sus quejas y reclamos, metiéndose dentro de Casita y suspirando de alivio cuando la puerta se cerro. 

-No puede hacer esto...- hablo Alma, acercándose a ella a paso rápido, luciendo obviamente molesta. -...el milagro es para ayudar y proteger al Encanto, todos deben estar disponibles para ayudar a quien lo necesite en todo momento- no le gusta ni un poco como su nieta esta manejando todo a su alrededor y esta dolida por haber perdido el control de todo.

-El milagro es para proteger a la familia, no para hacer más fácil la vida de un pueblo- la mira, no quiere lidiar con esa mujer pero tiene muchas opciones a estas alturas.

-Estas arruinando mi trabajo- es dura pero esta desesperada, quiere recuperar su puesto anterior y tener el control nuevamente para que todo vuelva a la normalidad, tal y como debe ser.

-Lo que estoy haciendo es darle un descanso a la familia y una lección de realidad al pueblo- se cruza de brazos, molesta por las palabras ajenas. -Utilizaste a tu familia como herramientas para ayudar a todos los demás y creaste un pueblo lleno de inútiles que no saben siquiera regar las plantas sin llamar a la tía Pepa- porque esa era la triste verdad. La gente del pueblo estaba my malacostumbrada a vivir una vida tranquila y cómoda, dependiendo de las únicas personas con magia para todo, hasta el punto de que no parecen poder hacer nada sin esa ayuda mágica. -Ahora, si me disculpas, tengo que...-

-¡Mirabel!/¡Mami!- escucha los gritos viniendo de arriba y no le cuesta mucho identificar las voces, son Camilo y Antonio.

-...ver que esta pasando- suspiro, caminando, pasando por al lado de la mayor sin mirarla y subiendo las escaleras. Alma se quedo tiesa en su lugar, apretando los puños con fuerza. Quiere que todo vuelva a ser como antes.

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