Encanto

Enfrentamiento #2

Espero que les guste~

Nota: ¿Qué creen que digan Julieta y Alma?

Mirabel esta encerrada en la cocina, preparando algo para almorzar para su repentina visita y retrasando un poco más la conversación que no quería tener. Puede escuchar las voces de Alma y de su madre pero son solo susurros, así que no puede saber de que están hablando. Deja escapar un largo suspiro, sintiendo como sus manos temblaban mientras cocinaba.

-Esta tan grande...- se sobresalto ante la repentina voz y se volteo rápidamente, viendo como su tía Pepa se acercaba a paso lento, con los ojos fijos en una foto que sostiene con delicadeza entre sus manos. Cuando esta lo suficientemente cerca puede ver bien la foto que tiene, es de Antonio, una reciente, donde se lo ve sonriente y rodeado de más niños, todos sonrientes y con barro manchando sus ropas.

-Es...amm...del cumpleaños de Ana, una de las amigas de Toñito- sale de su boca sin darse cuenta, sonriendo ante el recuerdo pero algo nerviosa por hablarlo con su tía, la madre biológica del niño. -Había llovido mucho durante la semana pero el día de la fiesta hubo sol, así que los niños querían jugar con barro. Fue un desastre- rio ligeramente ante el recuerdo. El niño había estado sucio y tardaron poco más de una hora en limpiar todo el barro pero él se mantuvo contento, había sido un gran día.

-¿Tiene muchos amigos?- preguntó después de unos segundos de silencio, parada junto a su sobrina.

-Hay...más gente aquí que en Encanto y más niños...- comenta. El pueblo era un poco más grande que Encanto, con más gente y familias. -...tiene muchos amigos en la escuela...- respondió. -...Anna y Marcos son sus mejores amigos, también son los que más vienen- se quedaron en silencio de repente, ninguna de las dos sabiendo si continuar el intento de charla o simplemente no decir nada más.

-...Antonio lloraba por ti, el día que desapareciste...- habló Pepa, llamando la atención ajena, pero mantuvo sus ojos en la foto entre sus manos, mirando con cariño el rostro sonriente de su pequeño. -...nada lo calmaba, ni siquiera Camilo o Félix...- ella puede recordar lo desesperados que estaban todos en ese momento, dividiéndose en un intento desesperado para encontrar a la Madrigal desaparecida e intentando al niño que no dejaba de llorar.

-...lo siento...- se disculpo por costumbre, viendo lo melancólica que se veía. No había arrepentimiento en haberse ido, mucho menos en haberse llevado al menor pero se había negado, en ese momento, a pensar en cómo los demás podrían reaccionar y se ocupo de seguir adelante. La mayor negó rápidamente con la cabeza, rechazando sin palabras la disculpa sin sentido.

-Cuando una noche deje de escucharlo llorar, lo supe...sabia que, de alguna manera, él estaba contigo- miró a su sobrina a los ojos. Había frustración y tristeza brillando en sus ojos, al igual que resignación y el cariño. -No te culpo, Mirabel. No estoy enojada, ni contigo por llevarlo, ni con él por haber decidido irse contigo...- las esquinas de su boca se curaron apenas hacía arriba, en una pequeña y temblorosa sonrisa. -Tu lo criaste, tu lo cuidaste, tu estuviste para él en todo...no me sorprende que te llamara "mami"- había dolido en su momento, no iba a mentir, pero había llegado a un acuerdo consigo misma sobre ese tema. -Estoy feliz de verte, saber que estas bien. Feliz de haber visto a Toñito, se veía tan feliz y saludable- dijo, alzando su manos para acariciar la mejilla ajena, Mira luchando contra las lágrimas de emoción.

-L-Lo traeré más tarde para que hablen, te lo prometo- sollozo, dándose cuenta que le había quitado la oportunidad de Pepa de ver y hablar con su hijo menor. -Yo solo...entre en pánico y...-

-No te preocupes, mi hermosa sobrina, lo entiendo- sonrió con cariño, limpiando las lágrimas ajenas. -Debió ser chocante vernos de repente y después de tanto tiempo- y la abrazo, sintiendo como la menor le devolvía el gesto, ambas aferrándose e ignorando por el momento la comida que se estaba haciendo, contentas por el pequeño momento de unión.