Isabela y Mirabel

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No lo sé, no me termino de convencer esto pero creo que así quedo bien

¿Qué dicen?

Espero que les guste~

Petición de: Carmensandiego230

Isabela no sabía como sentirse al enterarse de que iba a tener otra hermana. Por un lado, no quería, porque ya era suficiente con tener a Luisa pero por el otro, estaba emocionada y feliz, notando las grandes sonrisas de sus padres. Estaba asustada el día en que su mama dio a luz pero cuando vio a su hermana nueva, limpia y dormida entre los brazos de su padre, su corazón se hincho. Era adorable, pequeña y con un lindo color de piel, sus pequeñas manos extendiéndose para tocar lo que pudiera cuando estaba despierta y siempre con una sonrisa adorable en su rostro. Isabela la amaba e intentaba pasar el tiempo con ella todo lo que pudiera, cantando suaves canciones y contando historias algo tontas pero que a Mirabel parecían gustar, también le hacia coronas de flores con muchos colores y coloreaba con ella.

Todo estuvo bien, tranquilo, hasta la ceremonia de Mirabel y la desaparición de la puerta. Ese día, algo cambio en la familia. Isabela intento correr tras su hermana cuando esta huyo después de la humillación publica pero su abuela se lo prohibió, callándola con una sola mirada cuando intento volver a hablar. Sus lecciones se volvieron más estrictas después de eso, obligada a pararse y moverse con elegancia, sin tener más opciones que crear hermosas flores a pedidos para todos en el pueblo. Ya no tenía tiempo, ya ni siquiera tenía permitido acercarse a Mirabel y eso dolió porque al verla triste, solo quería correr para darle un abrazo pero no podía, no con abuela vigilándola constantemente.

Estaba tensionada, llena de miedos e inseguridades, con una a llama de ira ardiendo en lo más profundo en su interior que nunca parecía apagarse. Necesitaba desahogarse, así que se desquito con la única que nunca recibía protección de nadie, Mirabel. La empujo en cada oportunidad que podía, dándole miradas frías y comentarios malos, recibiendo siempre una sonrisa de parte de su abuela. Se sentía fatal en su interior, su corazón partiéndose con cada mirada triste presente en el rostro de Mirabel. Quería retroceder, disculparse, abrazar a su hermanita y besar su rostro hasta que toda la tristeza se esfumara pero no podía, no había manera de que pudiera volver atrás, no con todo lo que había echo y todo el esfuerzo que había puesto para cumplir con todas las expectativas de abuela. Así que no le quedo otra que tragarse la culpa, enterrándola en lo más profundo de su ser, y seguir adelante.

Todo fue igual, hasta su cena de compromiso fallido y su repentino descubrimiento respecto a su don en medio de una serie de gritos contra Mirabel. Fue liberador poder deshacerse de la perfección por un momento, creando plantas diferentes a las flores de siempre y casi empezaba a odiar, poder cantar libremente y todo fue mejor cuando Mirabel se le unió, aunque todo fue cuesta abajo rápidamente cuando abuela las encontró. Se sentía como una escoria, acurrucada en su lugar, escuchando como sus abuela culpaba de todo a su alrededor a Mirabel. Y entonces, todo se derrumbo.

Perder su casa y la magia fue duro pero también algo relajante, sin tener que hacer flores para nadie o tener que fingir ser la niña perfecta que tanto odiaba. Podía relajarse por primera vez en muchos años, pasando tiempo con todos en la familia, pasando tiempo y disculpándose todos los días con Mirabel por todo lo que había sucedido. Y cuando los dones volvieron, se negó rotundamente a volver a lo que era antes, decidiendo en su lugar por volver su vestido y cabello de los colores más coloridos que podía, decidida a no volver a fingir y llenar de amor a su familiar.

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