Nana Esme #4

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Wow, dos en poco tiempo ¡Estoy en racha!

Espero que les guste~

Nota: Para aclarar, Esmeralda vive en un pueblo a unas horas del Encanto. No esta exactamente lejos y la visitan todo lo que pueden

Nota-2: En mi mente por lo menos, cuando cualquiera de los Madrigal sale de Encanto, sus dones desaparecen. O por lo menos, esa es mi idea y mi teoría ^_^

Nota-3: ¡Me faltan dos nietos solamente!

Camilo miro al rededor a todos los rostros desconocidos, caminando de la mano con Nana Esme para comprar algunas cosas para el almuerzo. Apretó ligeramente la mano ajena, sintiendo como ella le devolvía el gesto con suavidad. Era extraño estar en otro pueblo, lleno de rostros nuevos y sin poder transformarse en ninguno. Alzo la vista al llegar a lo que parecía ser un pequeño parque, notando a un grupo de personas reunidas, hablando entre ellos de manera animada y cerca de lo que parecía ser un pequeño teatro. Sus ojos brillaron sin poder evitarlo.

-Nana. Nana. Nana- la llamo con emoción apenas contenida, sonriendo cuando ella lo miro con curiosidad. -¿Qué están haciendo allí?- señalo hacia la gente reunida junto al pequeño teatro.

-Oh...están preparando su siguiente show, creo- respondió ella al reconocerlos.

-¿Show?- eso solo lo emociono aun más.

-Si, suelen hacer algunas presentaciones los fines de semana- asintió. Le gustaban mucho las pequeñas obras de teatro que el grupo presentaba, siempre se veían entusiasmados y alegres de actuar para los que estuvieran presentes para poder contar una historia de otra forma. -Les gusta mucho actuar- agrego, sonriendo con diversión al notar que el menor estaba dando pequeños saltos en su lugar. -¿Quieres conocerlos?-

-¡Por favor!- asintió rápidamente. Esmeralda y Camilo se acercaron, llamando la atención del grupo cuando estuvieron lo suficientemente cerca.

-¡Esmeralda!- uno de los integrantes, un hombre adulto con una gran sonrisa se adelanto. -Qué bueno verte- 

-Hola Felipe- sonrío ella. -También es bueno verte- miro al pequeño grupo, haciendo un gesto de saludo con su mano libre y recibiendo un gesto igual de parte de ellos como respuesta, muchos sonriendo al verla. -¿Se están preparando?-

-Lo estamos intentando- asintió, mirando entonces al menor que se había mantenido en silencio. -Tienes compañía hoy, ¿eh?- sonrío, Camilo devolviendo un ligera sonrisa, sintiéndose algo tímido de repente.

-Es mi nieto, Camilo- la sonrisa del niño se agrando al ser presentado. -Quería ver que estaban haciendo-

-¿Te gusta actuar?- pregunto el hombre de nombre Felipe.

-¡Me encanta!- él no dudo en asentir, contento y entusiasmado. -En Casita puedo transformarme en cualquiera que yo quiera. Así que siempre actuó para Mira y Dolores, a ellas les gusta mucho las historias que invento-

-Vaya, tienes todo un actor aquí- sonrío el mayor, Esmeralda sonriendo ante eso. -¿Quieres practicar algo con nosotros?- señalo hacia su pequeño grupo, quienes volvían a hablar entre ellos. -Estoy seguro de que nos puedes dar algunas ideas y, a cambio, te podemos dar algunos consejos ¿Qué dices, niño?- ofreció, siempre dispuesto a tener a uno más en su grupo.

-¿Podemos quedarnos? ¿Solo un ratito? ¿Por favoooooor?- Camilo fue rápido en mirar a Esmeralda, emocionado.

-Yo...- dudo. Sabía que a su nieto le gustaba actuar y que encontrar a otros que también le gustaba hacerlos debía ser todo un descubrimiento para el niño. Lo miro, él la estaba mirando con mirada suplicante, con un puchero y las manos entrelazadas en su pecho. -...supongo que tenemos tiempo...- suspiro, resignada, sonriendo ante el chillido del niño. -...pero solo por un rato-

... ... ... ...

-¡Nana Esme!- la mujer se sobresalto, soltando el vaso que tenía en su mano. Hizo una ligera mueca cuando este se estrello contra el piso, rompiéndose. Por suerte, estaba vacío. -¿Estas bien?- Camilo la miro con preocupación, viendo con culpabilidad el vidrio en el suelo.

-Estoy bien, pequeño camaleón. Solo se me cayo un vaso- sonrío con cariño. -Se un niño dulce y pásame la escoba, por favor- él se apresuro a obedecer, agarrando la escoba y limpiando el pequeño desastre por si mismo, metiendo los trozos de vidrio en una bolsa y luego a la basura. -Gracias, pequeño camaleón- agradeció. -Ahora, ¿Qué era tan importante como para gritar?- decidió preguntar, curiosa por la llamada anterior.

-Oh...¡Oh cierto!- y de repente, se veía entusiasmado, con ojos brillantes y una gran sonrisa. -¡El grupo me dio un papel! ¡Participare en el siguiente show!- dio pequeño saltos en su lugar, incapaz de contener su emoción.

-¡Felicitaciones!- sonrío enormemente ante la noticia, abriendo los brazos y abrazándolo con fuerza, contenta. -¡Tenemos todo un actor en la familia ahora!- se separo solo para apretar ligeramente las mejillas ajenas, él riendo ligeramente.

-...pero ya era un actor ¿o no?- enarco una ceja, divertido.

-...pero ahora será doblemente oficial- sonrío ella.

-¡Seré el mejor!- su sonrisa cayo ligeramente, luciendo nervioso de repente. -Tú...¿vendrás a verme?- pregunto en un susurro.

-¡Por supuesto que lo hare!- asintió sin dudar. -Estaré en primera fila para verte y avergonzarte un poco frente a todos- lo último lo dijo en tono bromista, haciendo que él riera ligeramente.

-Eso espero- y la volvió a abrazar, aferrándose ligeramente, hundiendo su rostro en el hombro ajeno. Podía sentir como ella le acariciaba suavemente el cabello con una mano, escuchándola susurrar palabras de aliento y felicitaciones. Estaba en serio muy feliz.

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