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Como intuí ese día, Jojo regresó intacto de Ogre Street. Maldije que siguiera vivo, sin embargo, con el poder de la máscara de mi lado, el regresar a la mansión Joestar era un deber.

Jonathan me dio un sermón sobre el tiempo que pasamos juntos como hermanos; aquél estúpido discurso era de esperarse, sin embargo, mientras él hablaba, me brindó el suficiente tiempo para pensar en un plan y así librarme de la condena que me esperaba.

Como dije con anterioridad: Jojo era noble, demasiado bondadoso, el rencor y la maldad no existían en él, así que mi propósito era jugar con ello, hacerle creer que el arrepentimiento existía en algún lugar recóndito de mi corazón. Al tenerlo por completo en mis redes, le apuñalaría.

Si no fuese por el, y cito: Entrometido Speedwagon, mi plan hubiese tomado forma.

“Puedo diferenciar a un hombre bueno de uno malo con su aroma... ¡Y él apesta! ¡Apesta peor que el vómito!”

Y así, un nombre más se añadió a mi lista de odio.

Le dediqué una mirada llena de rabia, porque, aunque me duela admitirlo, él tenía razón. Nací malvado, sin embargo, el hecho de vivir en un asqueroso entorno contribuyó en desatar la furia contenida en mi interior.

Puedo asegurar, por mi experiencia, que existir en un ambiente tan asqueroso sí influye en tu manera de vivir la vida. Speedwagon era un vivo ejemplo: él vivía en Ogre Street, un vándalo como lo fui en su tiempo, se aprovechaba de los foráneos al igual que todos para poder mantener un status; no obstante, se puede decir que él sí nació bueno, al final ayudó al idiota de Jonathan a pesar de no obtener algún beneficio.

En su momento maldije bastante a ese inepto... Aunque su ayuda fue en vano, retrasó mis planes de pisotear a los Joestar. Gracias a él, Jonathan reunió el valor para hacerme vivir un infierno entre las llamas y ser atravesado por la estatua de la mansión.

Tras esa pelea, creyeron que mi vida había terminado, pero nadie acabaría conmigo, DIO, tan fácilmente. Pude salir, pude regresar y con más fuerza. La siguiente batalla sería mejor que la anterior, eso era seguro.

Diario de DIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora