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Esa pelea con Jojo en la mansión Joestar me dejó ciertas enseñanzas, como: Subestimar a Jonathan ha sido un error, y lo admito, a pesar de llenarme de asco. Reconocer la derrota debido a mi grande ego es algo que me ha costado demasiado aceptar, al igual que reconocer los errores que he cometido en la corta vida que tuve antes de ser sumergido en el fondo oceánico.

Es patético describir cómo me sentí al caer en cuenta de que siempre estuve equivocado. La humillación fue demasiado grande, un golpe directo a mi orgullo. Agradezco haber estado a solas con la cabeza de Jonathan, porque de otra forma, la vergüenza sería mayor.

Ahora creo que no soy la misma persona de ese entonces, sé moderar el impulso, aunque el ego y mis aires de superioridad se mantienen, sé que no debo subestimar tanto a mis contrincantes o terminaré perdiendo nuevamente... Aunque la adrenalina de las batallas suele opacar demasiado mi razonamiento, ¿será que mi instinto es mantener la prepotencia?

Perdí mucho en mi vida, así que he decidido remediar mi pasado, empezando de nuevo, borrando mi apellido y desligarme lo más posible de todo.

Dio Brando dejó de existir hace muchos años, ahora soy sólo DIO; de esta manera podré diferenciarme de mi asqueroso yo, el cual se dejaba guiar más por el ímpetu, dejando de lado la razón para enfocarse en la violencia.

Yo, DIO, no caeré de nuevo.

Rechazo la vehemencia, optando por el razonamiento.

Mi vida ahora será como un juego de ajedrez, donde los peones irán primero, siendo yo el rey; al final, seré el que tendrá la oportunidad exclamar con fervor: Jaque mate.

Diario de DIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora