Diario de DIO

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Llamé a Enrico hace unos minutos, quería tener una respuesta a esta interrogante que surgió en plena madrugada:

“¿Cuál es la diferencia entre los humanos y los animales?”

He comprobado, gracias a Pet Shop, que los animales tienen alma, ya que si no tuvieran, mi halcón no sería capaz de reflejar su stand, Horus. 

Quería saber qué distinción había entre esos seres y los humanos, porque a mi parecer, ambos poseen inteligencia, tecnología, el instinto de sobrevivir... ¿Qué es lo que hace a los humanos diferentes? Esa pregunta paseó por mi mente por unos minutos y pensé que Pucci podía respondérmela.

Sin comentarle antes de mis deseos de ir al cielo, de mi plan de encontrar el método de llegar allá, su respuesta pareció ser la más acertada para mí.

“Creo que la diferencia es el deseo de ir al cielo. Todos los humanos han pensado en eso alguna vez, mientras los animales no tienen consciencia de ello. La diferencia es esa: Los humanos vivimos en aras de ir al cielo. Eso es lo que nos hace unos seres fascinantes, Dio.”

Tenía razón, aunque esa respuesta me hizo ver que aún conservaba mi repudiada humanidad al tener como objetivo llegar allá, supe que Pucci tenía una conexión conmigo... Él sabe qué dictamen necesito para cada incógnita.

Esa sentencia me hizo llegar a una segunda pregunta, la cual decidí callar en la llamada telefónica:

¿La gravedad aplica también en las personas?

No tengo otra palabra para definir el extraño enlace con Enrico... ¿será posible?

Tengo entendido que entre usuarios de stand se atraen, pero él no es un usuario, ¿la gravedad de alguna manera influyó en que nos conociéramos?

¿Qué clase de fuerza actúa entre Pucci y yo?