Diario de DIO

~13~

Después del incidente con Erina, Jonathan llegó furioso, abriendo la puerta principal de golpe. Era obvio que se enteró del beso. Jojo gritó mi nombre, lo cual me molestó; odio que me griten y se lo hice saber.

Me burlé de él cuando trató de impactar mi rostro con su puño tan lento, esquivándolo con destreza antes de chocar mi codo contra su cara.

Con anterioridad ya me había enfrentado con él en boxeo, donde gané sin problema alguno; sin embargo, esta vez fue distinto, la rabia me consumió por golpearme, obligándome a llorar por primera vez en mucho tiempo. Me sentí humillado, ¿cómo podía yo, DIO, perder contra semejante ser? No lo iba a aceptar.

Por impulso saqué una navaja con la intención de apuñalarlo, por suerte, el señor Joestar nos detuvo. Guardé el arma de nuevo en mi bolsillo para no levantar sospechas.

Ambos fuimos castigados, aunque a Jojo le fue peor que a mí al recibir un par de golpes de su padre; por mi parte, sólo me dieron un duro sermón mientras me hacía la víctima frente a George, ganándome sólo una noche sin comer.

Ese día, Jonathan lloró con más fuerza, causándome satisfacción, pero no la suficiente para dar por concluida mi venganza.

A la mañana siguiente desperté temprano, agarré al estúpido perro de Jojo y lo encerré en una caja para después tirarlo al incinerador. Cuando regresé a casa, recibí la buena noticia junto con un Jonathan destrozado; fue un agradable sentimiento, aunque una minúscula parte de mí se sentía mal por él por lo que confesé en la anterior página. Si no fuera por esos ridículos sentimientos que tuve hacia él, la venganza hubiera sido dulce, muy dulce.

Yo, DIO, juré que jamás dejaría que la rabia se apoderara de mí. Los impulsos me trajeron problemas en el pasado, tomando la decisión de actuar con planes más elaborados y evitar mi completa derrota; a pesar de haber sido empalado y quemado, sin mi cuerpo original, sigo vivo y eso para mí es un logro. Estoy satisfecho.

Jonathan murió y obtuve su cuerpo, ¿qué más podía tener de esa etapa? Ni siquiera la mansión Joestar se salvó.

El cuerpo de mi enemigo y su cráneo en mi pieza son un buen trofeo de victoria.