Mi camino hasta ti.

Sacrificio.

Un día más, otro amanecer, aún sigo soñando con la ultima vez que hablamos, que lo vi, no sabia que era capaz de llorar tanto como lo he hecho los últimos días, se que no resolveré nada pero no lo puedo evitar, siento como si me hubiese quedado vacía completamente, deseo verlo, necesito verlo, para calmar mi cansada alma.

Pienso mientras me visto frente al espejo, es imposible escapar de mi mente, debo seguir en la empresa, debo seguir adelante con la tienda, no voy a volver a retroceder, no le daré esa satisfacción a Toneri.

_Buenos días señora, ¿le sirvo el desayuno?

Me dice Chiyo al verme sentarme en la mesa, no tengo apetito pero se que si dejo que la tristeza me absorba por completo, me debilitare y no debo estar débil ahora, ahora no.

_Si, Chiyo por favor, algo ligero.

Le digo masajeando mi cien, la cabeza me palpita y mis ojos están irritados, se nota tanto por fuera como por dentro mi malestar.

_¡Buenos días "esposa" que bien que hoy me haces el honor de desayunar conmigo!

Me dice Toneri sarcástico sentándose en la mesa, oír su voz y verlo me causa aún más malestar, no lo soporto y continúa:

_Estas segura que quieres seguir yendo a la empresa, digo quizás estar allí y encontrarté a tu amante no sea buena idea.

Me dice con su tonito de burla, Chiyo coloca el café y el desayuno frente a mi y por un momento, contemple la idea de tirarle el café caliente encima, trague grueso y le dije clavándole la mirada.

_No tengo ninguna intención de desayunar contigo, porque no te soporto, y aunque te moleste voy a seguir yendo a mi empresa porque aunque te duela también es mi empresa, el hecho de que sigamos compartiendo la misma casa no quiere decir que te tengo que soportar.

Y me levanto de la mesa y él me dice:

_Tanto te dolió tener que dejar a tu amante, te advierto, que aunque no quieras lo vas a seguir haciendo, esto no terminara nunca si quieres ver de nuevo a tu padre y él que no va a desayunar contigo soy yo.

Se levanta de la mesa y se va, respiro profundo y vuelvo a sentarme, esta situación es insoportable.

He evitado contarle a Sakura lo que paso con Naruto, me mantengo metida de lleno en el trabajo, cuando voy a la tienda y ella ha tenido que irse temprano estos días --cosa que agradezco, no sabría que decirle--

Los días pasan y no se nada de él, aunque tengo su número en mi teléfono, no ha vuelto a escribirme, --como si fuese  hacerlo-- debe estar pensando lo peor de mi.

Pienso sentada en la silla frente a la computadora en la oficina, no tengo ganas de volver a esa casa y verlo, solo pensar en tener que hablar con él de lo que sea me causa mucho estrés, no lo soporto nunca creí que pudiera odiar tanto a una persona que una vez ame, definitivamente la vida da muchas vueltas y siento que las fuerzas me abandonan pero ni eso puedo hacer por mi padre, por mi, debo ser fuerte aunque sienta que es un sacrificio seguir viviendo así.

Sábado 10 am, el sonido de mi teléfono  me hace tomarlo del escritorio, en la tienda aunque es sábado estar aquí es mejor que estar en la casa evitando ver a mi "esposo"

El nombre de Sakura aparece en la pantalla, suspiro y deslizo;

Hinata:

"Sakura hola"

Sakura:

"Hinata, ¿donde estas?"

Hinata:

"En la tienda, por qué"