Capítulo 2

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Sawamura Daichi recién había llegado a su pueblo natal, Miyagi, tan sólo dos semanas atrás. Estaba quedándose con un viejo amigo de la preparatoria mientras buscaba un apartamento para arrendar. Le habría gustado más comprar uno, pero desafortunadamente las viviendas del sector solamente estaban en arriendo. Ya esperaría algunos meses para comprar uno.

"Muy bien. Ésta es la vivienda número 48 que vemos hoy. Oye Daichi, en serio deberías decidirte por una ya. Estoy agotado. Además, ¿no te da vergüenza con el agente de bienes raíces?"

"Hm". — El moreno giró en dirección al hombre rubio de lentes y le ofreció una reverencia. — "Mis más humildes disculpas Tsukishima-san".

"No hay problema Sawamura-san. Entiendo la importancia a la hora de encontrar el hogar perfecto. Yo pasé por lo mismo hace dos meses con Tadashi, no hay presión". — Ofreció una reverencia a su cliente y se apartó para que Daichi continuara detallando el lugar.

"Admirable. Yo estaría histérico".

"No es extraño que sea tan paciente. Nos conocemos desde hace años. Por cierto, si tanto te molesta estar acompañándome puedes retirarte Atsumu-san. Apuesto a que Sakusa-san está esperándote".

"Tch. Omi Omi ahora está ocupado. No puedo acercarme a la casa cuando está en modo 'escritor', es algo frustrante".

"Pero lo amas".

"¡Por supuesto que lo amo! ¡Eso no se cuestiona! ¡Es mi novio!".

Ambos chicos salían en dirección a otro apartamento, pero mientras más recorrían Daichi no encontraba el lugar "perfecto" para vivir. Sino era la cocina era la sala, sino era la habitación principal era el comedor, nada parecía gustarle al moreno.

"Muy bien Sawamura-san, éste es el último lugar por hoy. ¿Entramos?" — Tsukishima sacó de su maletín un par de llaves y las introdujo en la puerta del apartamento del quinto piso.

Una vez entraron Daichi se sintió tranquilo, como si su interior se relajara poco a poco.

Observó con detenimiento el lugar y era bastante lindo para ser honesto; el sector del comedor a la derecha de la puerta de entrada, mientras que la cocina se ubicaba a la izquierda.

Frente al comedor una pequeña sala donde podría ir el televisor, detrás de este había una mueble de madera que funcionaba como mesa auxiliar. Detrás era la entrada a la habitación, con baño privado. Pero lo que más le llamó la atención fue la puerta ventana que daba a una terraza con un pequeño jardín, aunque éste se encontraba en mal estado, cosa que molestó a Daichi.

Al no escuchar nada por parte del moreno Tsukishima y Atsumu suspiraron frustrados, pues creían que Daichi no encontraba el apartamento de su gusto.

"Buscaré otros apartamentos y podremos seguir mañana". — Habló Tsukishima derrotado.

"No será necesario Tsukishima. Me gusta éste. Es la mejor vista y se siente cálido, como el calor de un hogar". — A pesar de sonar contento el rostro de Daichi estaba serio, más bien no mostraba emoción alguna.

"Estupendo Daichi-san. Este es el contrato de tres meses, firma aquí y aquí. Oh por cierto, habías dicho algo de pagar al inicio de cada mes. Los dueños están de acuerdo con eso".

"Vale. Muchas gracias por tu apoyo y tu ayuda, sobretodo tu paciencia. Es curioso verte tan sereno, aún cuando sé que te molestas con facilidad cuando las cosas no marchan de manera rápida". — Sonreía sutilmente el moreno.

"Es mi trabajo Daichi-san. Disfruta de tu nuevo hogar".

"Lo haré. Gracias". — Se despidieron de cada uno.

"Felicidades Daichi-san. Por fin tienes tu apartamento. Ahora si me disculpas, tengo que regresar. Omi Omi no tardará en terminar de escribir y caerá en la cuenta de que no estoy allí".

"Entiendo. Gracias Atsumu-san por haberme acompañado el día de hoy".

"Hey. Para eso son los amigos". — Sonrió Atsumu y se fue dejando al moreno en su nuevo hogar.

Una semana después Daichi ya había terminado de llevar todas sus pertenencias a su apartamento. Le gustaba bastante. Pasaba sus tardes viendo televisión, cocinando, trabajando desde casa en su computador, y arreglando el lugar.

Una de esas tardes Daichi se encontraba viendo un video casero, donde él y su familia eran los protagonistas, aunque la quitó antes de tiempo con un semblante triste y melancólico.

Se levantó del sofá en dirección a la alcoba, estaba exhausto y necesitaba dormir lo más pronto posible, pero la presencia de un chico de cabellos platinados lo alteró tanto como su presencia a la del otro.

"¡¿Quién eres tú y qué haces en mí apartamento?!"

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Sora Mitai [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora