Capítulo 6

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— "Muy bien. ¿Reconoces algo a tu alrededor?" — Preguntó Daichi una vez estaban fuera del edificio.

— "No realmente. Veamos, una cafetería, un parque, más edificios. ¡Oh!"

"¿Qué ocurre? ¿Recordaste algo?"

"Pensé que sí. Ese chico que está allí, creo haberlo visto antes, pero...". — Un joven de ojos azules metalizados, cabello azabache, ondulado, y tez blanca iba entrando a la cafetería que antes habían visto.

"¿Quieres que lo sigamos? Aunque no quiero verme como un acosador, después de todo sólo yo puedo verte, ¿verdad?"

"Puedes hacer como quien va a entrar por un café o pastelillo y de esa manera si lo veo de cerca podré saber si sí lo conozco o no. ¿Estás de acuerdo?" — ¿Cómo podía negarse a tal carita?

Daichi tenía claro que era algo inapropiado sentir algo por un espíritu que ésta por irse al otro mundo, sin embargo su corazón reclamaba a ese chico, algo le hacía creer que Suga era alguien muy especial e importante para él.

Ambos entraron a la cafetería. Daichi pidió un latte junto con un pastel de canela y empezó a observar detenidamente a los que estaban allí. Una risa escandalosa llamó la atención de ambos, más al escuchar el nombre de cierto lugar.

"¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! Podemos ir a visitarlo al Hospital Central de Miyagi, seguro se alegrará de vernos". — Decía el chico de cabello bicolor y ojos dorados.

"Bokuto-san, no puede vernos, escucharnos tal vez". — Le respondió el de ojos azules metalizados.

"¡Akaaaasheee! Invitemos a mi pupilo y a 'mis sobrinos'. Se pondrán felices de ver a su tío".

"Shoyo hoy está trabajando. Hace dos días nos dijo que para el día de hoy tendría su agenda llena, y es por eso que tú y yo vamos al hospital en su lugar, y los mellizos están con su tía Natsu-chan".

"Oh. Cierto. Perdón 'Kashi".

Suga escuchaba atento. ¿Por qué sentía que los había visto en algún lado? Esos nombres le eran muy conocidos. Sus ojos se cristalizaron al escuchar los nombres de "Shoyo" y "Natsu" ¿Quién era él? ¿Y la chica? ¿Por qué sentía que eran las personas más importantes en su vida?

"Shoyo, Natsu-chan". — Daichi observó a Suga y se preocupó al verlo llorar. Se levantó de su asiento, pagó por lo consumido y sacó a Suga de ahí.

Cuando ya se encontraban en un lugar bastante alejado y solitario Daichi acercó su mano a la del contrario sintiendo aquel calor familiar que ya habían compartido anteriormente.

"¿Conoces a Shoyo y a Natsu?"

"Eso creo... Hospital". — Daichi lo miró desconcertado.

"¿Hospital? Ah, cierto. Ellos dos mencionaron el Hospital Central de Miyagi. ¿Crees que allí hallemos algo?"

"Tal vez, pero primero vamos a donde tú dijiste antes de salir del apartamento". — Daichi ladeó su rostro y parpadeó repetidamente. — "Cielos. Qué distraído eres. Dijiste que conocías un lugar donde podríamos averiguar sobre lo que me está pasando".

"¡Ah! ¡Cierto! ¡Librería! Allí conseguí los libros que utilicé para 'invocarte'. Un viejo amigo me ayudó. Tal vez él sepa algo".

"¡Genial! Luego iremos al hospital. Algo me dice que debemos ir allí".

Lo último que vio Daichi fue la hermosa sonrisa del de cabellos platinados. Suga había desaparecido y su presencia no se sentía cerca.

"¿Suga? ¿Suga?" — Daichi miraba hacia sus lados y detrás de él. Angustiado salió en dirección a la librería, esperando encontrar allí el espíritu del que se había encariñado.

Una vez adentro Oikawa lo observó con detenimiento. El castaño veía diferente al moreno desde su último encuentro.

"Yahoo~ Sawamura Daichi. ¿Ocurrió algo? Te noto extraño".

"Oikawa". — Con paso firme y una mirada seria se dirigió hacia el castaño, asustándolo en el proceso.

"Oye, oye, disminuye el ritmo y cambia esa cara. Me asustas". — Daichi se detuvo frente al mostrador donde estaba el castaño mirándolo fijamente. — "¿Daichi?"

"He podido conocer mejor al espíritu del que te hablé antes. Quería agradecerte por los libros y de paso preguntarte algo". — Oikawa parpadeó repetidamente y apoyó su codo sobre la mesa y sobre este su quijada en su mano.

"Mm. Conque es eso. Te ahorraré la pregunta. Sí. Lo sentí hace poco, tiene un aura muy pura, y a su vez emite protección, honestamente es fascinante".

"Sí. Lo es".

"¿Qué es eso fascinante para ustedes? Quiero saber". — Daichi se sobresaltó al escuchar la voz del chico.

"¡Por un demonio! No hagas eso. No desaparezcas y aparezcas de forma inesperada, sino terminarás ocacionando que me de un infarto". — Suga cambió su semblante a uno triste haciendo sentir culpable a Daichi. — "Oye, no te pongas así. Lo siento, lo que pasa es que si apareces de la nada o me hablas sin saber que estás allí me asustas, preferiría que me avisaras de manera más sutil si estás cerca". — Suga asintió a lo dicho por Daichi. — "Genial. Me alegra que nos entendamos".

"Por todos los cielos". — El castaño interrumpió. — "¿Podrían dejar de coquetear? Me provoca náuseas". — Se quejó Oikawa haciendo sonrojar a Daichi. — "Bueno, hay algo que me molesta de éste espíritu. Se siente como si..."

— "Como si estuviera vivo. Pensé lo mismo cuando lo sentí entrar por la puerta".

"No me interrumpas Iwa-chan. Yo lo iba a decir". — El tierno puchero hizo reír a los otros tres.

"Perdón, no pude evitarlo. Sawamura, mi consejo es que averigües por el chico en algún lugar que consideres donde tal vez te puedan proveer información". — 

"Lo haré. Por cierto, una pregunta más. ¿Por qué sólo yo puedo verlo?"

"¡Excelente pregunta 'mi querido Watson'! Cuando eso pasa por lo general se debe a que la persona que ahora luce como espíritu tiene algún vínculo y asunto sin resolver con la persona que sólo puede verlo".

"Pero nunca antes nos habíamos visto. ¿No es extraño?"

"No realmente. Todo es obra del destino Daichi. Tal vez era necesario e inevitable que ustedes dos se conocieran, y es por eso que él se aparece sólo ante ti".

Suga y Daichi cruzaron miradas y se sonrieron de manera automática.

Daichi se despidió de la pareja. Tenían ahora que averiguar sobre Suga en el hospital y allí podrían llegar a encontrar las respuestas que necesitaban.

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Sora Mitai [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora