Sora Mitai [Finalizada]

Capítulo 3

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— "¡¿Quién eres tú y qué haces en mí apartamento?!" — Un chico de cabellos platinados, delgado, ojos marrones, y estatura promedio se encontraba en frente del moreno.

— "¡¿Qué?! ¡¿Tu apartamento?!" — Daichi estaba algo asustado por la presencia del joven. — "Oye, éste lugar estaba en arriendo y yo pagué tres meses de alquiler para vivir aquí; tan sólo hace una semana terminé de mover todas mis cosas. Mira a tu alrededor". — El joven hizo caso, y efectivamente sus pertenencias ya no se encontraban allí. La alcoba ahora estaba llena de planos de proyectos, fotografías de paisajes y cuadros, mientras que la sala tenía unos muebles cálidos y modernos, diferentes a los que él recordaba vagamente.

— "¿Cómo es eso posible?" — El de cabellos platinados recorrió el lugar hasta llegar al lugar donde estaba su teléfono fijo, pero el modelo y el color eran distintos. — "Tomaré tu teléfono prestado". — Daichi asintió y el chico se acercó al aparato, solamente para ver cómo éste atravesaba sus manos. — "¿Qué me pasa? ¿O es tu teléfono? No importa iré a hablar con el administrador". — El de cabellos platinados se fue desvaneciendo hasta desaparecer dejando a un Daichi desconcertado y asustado.

Pasaron tres días desde aquel encuentro con el chico. Daichi casi no podía dormir, pues temía que el chico volviera a aparecer. Pensando en varias posibilidades decidió hablar con Tsukishima, pues él era quien había encontrado el apartamento, y tal vez tendría información sobre el lugar y sus antiguos dueños.

— "Hola Daichi-san. Entonces ¿de qué querías hablar?" — Ambos chicos se sentaron en una banca en un parque cerca a los apartamentos donde Daichi vivía.

— "Gracias por venir Tsukishima. Pues... Mmm... Es sobre el apartamento". — Tsukishima arqueó su ceja y soltó un pesado suspiro.

— "No puedo conseguirte otro Daichi. Además ya pagaste por tres meses; ni creas que puedes salirte de ésta, prácticamente estás comprometido con los dueños". —

— "No es eso". — Tsukishima lo miró sorprendido. — "¿Sabes quién era la persona que solía vivir allí?" —

— "Pues los que arrendaron el lugar no dieron mucha información. De un día para otro decidieron poner el apartamento en arriendo, al parecer por un asunto familiar, pero eso es lo único que sé. ¿Por qué preguntas?" — Daichi apartó la mirada y soltó un poco de aire retenido.

— "No es nada. Sólo mi imaginación. Gracias por tu tiempo Tsukishima. Ya me tengo que ir". —

— "Claro. Algo extraño nuestro encuentro pero espero haberte ayudado Daichi. Si tienes problemas con alguien no dudes en llamarme". —

— "Qué inesperado". — Daichi soltó una carcajada.

— "Tch. Ya. Bueno. Adiós". — Ambos tomaron rumbos distintos y por el camino una librería llamó la atención de Daichi.

Era algo pequeña, se veía antigua llena de muchos libros y poca gente circulaba dentro de ella. El moreno entró a ésta algo dudoso.

Aún no podía creer que iría a buscar ese tipo de libros, no era una persona muy supersticiosa que digamos, pero los últimos eventos ocurridos en su apartamento lo habían hecho más curioso sobre el tema.

— "¿Puedo ayudarle?" — Un chico de cabellos castaños, alto, y con sonrisa cálida se le acercó. Daichi giró su cuerpo en dirección a la voz, leyó su etiqueta donde estaba su nombre y lo miró fijamente. — "¡Daichi-san!" —

— "¿Oikawa? Oye. No grites. Tú más que nadie deberías saberlo, estás en una librería". —

— "Tranquilo Daichi. Cielos, ha pasado tanto tiempo. En fin, si no te atiendo como se debe mi jefe se enojará. ¿Qué estás buscando?" —

— "Pues... He estado experimentado nuevos sucesos... Mmm... ¿Extraños? No me mires así. ¿Cómo te digo? Estoy viviendo en un nuevo apartamento en arriendo y se me ha aparecido un chico". —

— "¿Es lindo?" — Preguntó Oikawa emocionado.

— "Ese no es el punto. Es como un espíritu o algo así. Tan sólo pasó hace tres días, pero no ha dejado de rondar por mi cabeza". — Oikawa sonrió y tomó la mano de Daichi llamando su atención.

— "Tengo lo que necesitas". — Ambos se dirigieron a una sección de la librería y se pararon frente a una estantería con libros de espiritualidad, exorcismo, y comunicación con espíritus. — "Bueno aquí es. Te recomiendo éste libro, y éste, aquel otro. ¡Oh! Éste es excelente. Ya lo leí tres veces". —

— "Oi, Shittykawa. Estás incomodando a los clientes". — Un joven moreno de ojos verdes se acercó a los chicos.

— "Ay amor. No te enojes. Estoy ayudando a Daichi. Ha experimentado cosas inexplicables. Genial, ¿no lo crees?" —

— "Primero que todo, hola Sawamura. Segundo, no me digas así en frente de los clientes, y tercero ¿qué tipo de cosas inexplicables?" —

— "Iwa-chan. Tengo derecho a llamarte como yo quiera, eres mi esposo. Y con cosas inexplicables se refiere a un espíritu de un chico guapo". — Daichi se sorprendió con la declaración de Oikawa. Vale, sabía desde algún tiempo que tal vez esos dos eran algo, pero ahora lo había confirmado.

— "Nunca dije que era lindo". —

— "Tampoco lo negaste cuando te pregunté". —

Continuaron hablando un poco más, y la pareja orientó más a Daichi con la elección de sus libros, tendría una tarde ocupada intentando invocar a aquel espíritu.

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