Capítulo 15

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Dos meses habían pasado desde que Suga había despertado y Daichi había salido del apartamento.

Por el momento Daichi se quedaba con Oikawa e Iwaizumi, y aunque estaba agradecido con ellos dos, quería, mejor dicho, necesitaba salir de esa casa lo más pronto posible, esos dos eran muy pero muy activos y ruidosos, sobre todo cuando caía la noche. Daichi ya no lo soportaba, quería un lugar tranquilo para vivir.

"Se supone que nos tenemos que encontrar con Megane-kun y Pecas-chan ya aquí, pero no los veo por ningún lado, ¿tú los ves Iwa-chan?"

"¿No son ellos?" — Apuntó con su dedo el moreno de ojos verdes frente a ellos.

A lo lejos pudieron visualizar a un rubio de lentes y un chico con pecas y pelo verde saludarlos. Los cinco hombres se dirigieron a la pareja.

"Hola Daichi, Oikawa, Iwaizumi, Atsumu, Sakusa. ¿Qué tal todo?"

"Normal" — Respondieron Sakusa, Daichi e Iwaizumi sin mucha emoción.

"¡Todo muy bien! ¿Y ustedes?" — Diferente a los otros chicos Atsumu y Oikawa que sonaban más alegres.

"Estamos bien. Gracias por preguntar". — Sonrió el pecoso. — "Muy bien Daichi, quiero que sepas que todo lo de Kyotani-san ya se resolvió. Le dieron 40 años de condena, le quitaron su licencia y tiene prohibido acercarse a Sugawara-sensei y a sus familiares, además de sus amigos, eso te incluye". — Sonrió Yamaguchi luego de dar las buenas noticias, pero Daichi no le dio mayor importancia a lo dicho por el abogado.

"No creo que me incluya. No somos nada. Suga despertó sin recordar quién soy yo, y eso ya lo acepté". — Se quedaron en un silencio incómodo. Todos sabían lo mucho que había sufrido Daichi en los últimos meses.

"Bueno... ¡Cierto! ¡Tsukishima-san, muéstranos que nos tienes para hoy!". — Habló Atsumu, cambiando de tema para aligerar el ambiente.

Dos horas después seguían viendo apartamentos y una vez más Daichi no encontraba aquel lugar que el pudiera llamar "hogar".

"En serio eres un dolor de cabeza Daichi-san. No tengo más para mostrarte, eso es todo". — Suspiró rendido el Megane.

"Está bien. Llamaré a Asahi y a Nishinoya, aunque creo que me da la misma. Ellos son igual o peor que Oikawa e Iwaizumi... ¡Mierda! ¿Por qué es tan jodidamente difícil encontrar un hogar?".

"En vez de sufrir mientras nos escuchas, te podrías unir Daichi". — Sugirió el castaño a modo de burla, aunque aquel chiste le costó un zape por parte de Iwaizumi y una patada por parte de Daichi.

"¡Idiota!" — Gritaron Daichi e Iwaizumi.

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"A ver si entendí... ¡¿Recuerdas todo?!" — Hinata gritó asustando a sus mellizos Rui y Toshiro, quienes estaban en un corralito en la sala de estar jugando.

Ambos pequeños soltaron un llanto desgarrador, pues entendían que cuando "su madre" gritaba no podía ser algo bueno.

"Cálmate Shoyo". — Suga soltó un suspiro y fue hacia sus pequeños sobrinos. Tomó en sus brazos a Rui y Hinata a Toshiro para calmarlos de su llanto.

"No entiendo. ¿Por qué? Lo amas Koishi-nii. ¿Por qué dijiste que no sabías quién era? Daichi..."

"Daichi". — Interrumpió Suga. — "No me conoce del todo. Tengo miedo Shoyo. Trabajo de sol a sol, domingo a domingo, nadie querría estar con una persona tan adicta al trabajo como yo".

"¿Es eso lo que te preocupa?" — Hinata quería golpear a Suga bien fuerte por lo idiota que podría llegar a ser. Pero tomó aire calmadamente y continuó hablando. — "Koishi-nii, Takeda-sensei te prometió un horario más flexible una vez te reintegraras al hospital. ¿No crees en sus palabras?"

"Tal vez sí, tal vez no. Es complicado Shoyo. La medicina es un trabajo difícil, demandante, y lo amo".

"Creo que lo que quieres es ver a tu prometido". — Hinata se rio de sus propias palabras.

"Por supuesto que sí. Ahora que lo mencionas, Takeda-sensei no me dijo nada de Ukai-san, aunque no es como si yo le hubiera preguntado algo sobre él. Debo irme Shoyo". Suga dejó a Rui en su corralito, tomó las llaves del auto de Hinata y su billetera con toda prisa.

"¿Es broma? ¡Koishi-nii! Bien. Dame las llaves. Yo no me distraigo poniendo música cuando manejo".

"Si, si, lo siento por eso. No lo volveré a hacer".

Tomaron a los mellizos y los pusieron abordo del auto en sus sillitas, y salieron hacia el hospital. Suga tenía un muy mal presentimiento sobre su paciente favorito.

EN EL HOSPITAL

"¿Sugawara-sensei? Cielo santo. Aún no debería volver a trabajar Sensei". — Yachi estaba algo preocupada por ver allí al doctor que hacía relativamente poco había salido de un coma.

"Hola Yachi. ¿Cómo va todo?"

"Bien Sensei, pero..."

"Descuida, no vengo a eso, quería saber cómo está Ukai-san, aún no he visto a mi 'prometido' desde que desperté y creo que eso es algo muy grosero de mi parte". — Ambos Suga y Hinata se reían de las palabras dichas por el primero.

Yachi bajó la mirada. Sus manos empezaron a temblar y las gotas saladas manchaban la hoja que tenía sobre aquella pequeña tabla de madera con clip agarrada a ésta.

"Sugawara-sensei. Yo... Ukai-san... Ukai-san... Falleció".

Suga abrió sus ojos sorprendido y Hinata empezó a llorar. Ukai-san había sido una de sus mayores alegrías y de los mejores temas de conversación de ambos hermanos, definitivamente era una pérdida muy grande y dolorosa.

"¿Cuándo?"

"Hace tres meses. Sus últimas palabras fueron 'Sugawara-sensei, gracias'. Usted aún no había despertado Sensei. Lo siento mucho".

"Es parte de la vida Yachi. Gracias por decírmelo". — Suga giró sobre sus pasos y salió del hospital, Hinata le ofreció una reverencia de despedida a la rubia y salió con sus hijos en su cochecito doble detrás de su hermano.

Una vez afuera Suga lloró la muerte de aquel gran hombre. Continuaron su rumbo a casa, estaba cansado y triste.

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Sora Mitai [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora