Capitulo XLIII: Boda-pesadilla

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.............. Nathy ................

Me sentía bastante bien porque tenía en mi mano la carta hacía la libertad... pero si por un segundo pensaba que la maldita boda se celebraría estaría destruida. Para acrecentar mis males habían llegado mis “suegros” y se habían empeñado en hacer una cena con mis padres.

Había sido de lo más molesto fingir amar a mi ex, o bueno a mi “futuro” marido frente a mis padres, que no cabían en su asombro... Les había pedido encarecidamente a mi hermana y mis amigos que no se lo dijesen a ellos, para que no estuviesen intranquilos por lo que pasaría si me pillaran... Mi padre había pedido hablar a solas conmigo para preguntarme si realmente estaba convencida del paso que iba a dar, estaba visiblemente enfadado conmigo porque creía que había estado jugando con Richard mientras “amaba” a Frank. Me dolía mentirle, decirle que a quien realmente amaba era a mi querido prometido, cuando lo único que quería hacerle era meterlo en la cárcel para que pagase por todo mi sufrimiento.

Debía de ser una excelente actriz porque Frank estaba más que entusiasmado por mi repentino cariño, después de una charla en la que le dejé ver que lo amaba con todo mi ser, ya que Richard me había humillado la última vez que le vi.

Mi hermana estaba de los nervios por tener que vivir eso, o más bien porque yo lo tuviese que vivir. .. pero eso a mi me daba igual, lo que me preocupaba era que Richard se había marchado, dejando solo una nota que no ponía ni donde estaría, ni a donde había ido..... Lo habían llamado infinidad de veces y no había contestado a ninguna de las llamadas..

Tras supervisar todos y cada uno de los detalles del enlace con mi “suegra”(ya que su hijo no tenía tiempo para perderlo en cosas sin importancia.... recalquemos que el que se quiere casar es el....): el banquete, las flores, mi vestido... todo excepto las invitaciones que ya las había mandado Frank mientras yo estaba en el hospital con Richard... llegó el gran día.

Cuando me desperté la casa estaba llena de gente, preparando las mesas en el jardín, el espacio para la ceremonia (si, nos casábamos en su casa). Yo, si fuese mi boda de verdad, estaría en mi casa no en la del novio... pero esta familia está toda loca, no solo el hijo.... ya que fue su madre la de la fantástica idea... No tuve despedida de soltera ni mucho menos, la verdad no había sentido para hacerla... pero aunque lo hubiera mi querido prometido no estaba por la labor de dejarme asistir.... (debo recordar que me caso a la fuerza, y aunque crea que lo amo, no parece que lo crea tanto....)

Pronto llegó la estilista para comenzar a prepararme, y en una hora estaba enfundada en el vestido, con el peinado y el maquillaje perfectos y solo me faltaba esperar a que llegase la hora... Llamaron a la puerta y sin dejarme contestar, ingresó la madre de Frank en la habitación.

- Hola querida, estás maravillosa- dijo sonriéndome.

- Hola Kathe, gracias, tu también estás muy guapa.

- Necesito que me acompañes a mi habitación – la miré interrogativa y prosiguió – toda novia que se preste tiene que llevar algo prestado, algo azul, algo viejo... y quiero que lleves un colgante que ha pasado de generación en generación por mi familia...

Siempre te he esperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora