Confía en mi. Parte II

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A la mañana siguiente Natasha se despertó con la cabeza de Wanda sobre su pecho, con una pierna entre las suyas. Normalmente, después de algo así, Natasha no se habría dormido para empezar y habría dejado a la otra persona. Era una persona sin ataduras, pero con Wanda sentía algo diferente. Algo en esta chica la hizo querer quedarse, y así fue como terminó en esta posición al despertar.

Natasha besó la parte superior de la cabeza de Wanda, haciendo que sus párpados se abrieran. Parpadeó un par de veces y miró preocupada a su alrededor antes de posarse en la mujer contra la que estaba acunada y volver a bajar la cabeza con un pequeño suspiro.

"Buenos días, moya lyubov (mi amor)", susurró Natasha contra el cabello oscuro de Wanda.

Wanda acercó a Natasha y levantó la cabeza para darle a Natsaha un suave beso en la mandíbula. "Buenos días, Natalia", habló ella, con un acento más marcado después de acabar de despertarse. "Eres una almohada muy cómoda".

Wanda podía sentir la risa de Natasha retumbando en su pecho desde su posición encima de ella. "Te diría lo mismo, brujita, pero tu peso está actualmente sobre mi vejiga y no estoy segura de cuánto tiempo podré sostenerte así antes de tener que levantarme".

Las mejillas de Wanda se pusieron rojas mientras se desenredaba de Natasha, murmurando una pequeña disculpa y permitiéndole levantarse y usar el baño.

"Oye, no te avergüences. Estaré encantada de abrazarte todo el tiempo que quieras después", dijo Natasha, poniendo una mano en la mejilla de Wanda, frotando su pulgar de un lado a otro.

Wanda estaba a punto de hablar, pero su estómago ruidoso decidió llenar el vacío antes de que pudiera decir algo.

"Creo que tal vez deberíamos comer algo antes, pero me gustaría aceptar esa oferta tan a menudo que te arrepentirás de haberla dicho", dijo Wanda con una risita ante su estómago revoltoso.

"Oh, lo dudo mucho, malen'kaya ved'ma (brujita)", habló Natasha, retirando la mano de la mejilla de Wanda y depositando un suave beso en sus labios antes de pavonearse hacia el baño, moviendo las caderas con mucha más sensualidad de la necesaria, sabiendo que los ojos de Wanda estarían pegados a ella.

Wanda suspiró y comenzó a buscar ropa para ponerse. Se dio cuenta de que, en su afán por llevar a Natasha a la cama lo antes posible, había perdido su ropa por arte de magia y ya no sabía dónde estaba. Se tomó la libertad de buscar en su armario y sacó un par de leggings y una camiseta de Queen para que Natasha se la pusiera antes de dirigirse a la cocina. Wanda sacó unos pantalones de yoga y una camiseta roja de entrenamiento para ponerse ese día y acababa de ponérselos cuando Natasha salió del baño.

Wanda le tendió la ropa a Natasha para que se la prestara con un ligero rubor. "Puede que me haya emocionado demasiado anoche cuando estábamos, ya sabes, y no sé dónde está tu ropa de anoche, así que te he traído algo mío para que te lo pongas por ahora", explicó, terminando la explicación con una inclinación que daba a entender que podía ser una pregunta más que una afirmación, ligeramente avergonzada.

Natasha dejó escapar una suave carcajada y cruzó la habitación para coger la ropa que le ofrecía la bruja de ojos verdes. "No tienes que avergonzarte por eso, Wanda", comenzó Natasha antes de inclinarse. "Creo que es un poco sexy que puedas hacer eso", terminó, mordiendo la oreja de Wanda antes de inclinarse hacia atrás para ponerse la ropa.

A Wanda se le cortó la respiración y empezó a preguntarse cómo iba a poder vivir con una mujer que parecía empeñada en burlarse de ella todas las veces que pudiera.

Natasha terminó de ponerse la ropa ofrecida y agarró el brazo de Wanda para llevarla a la cocina, sacando a Wanda de sus pensamientos. Cuando llegaron, Natasha la soltó y se dirigió al armario para empezar a buscar algo que preparar. Parecía que todos los demás estaban durmiendo u ocupados, ya que Natasha y Wanda eran las únicas ocupantes. Por supuesto, tan pronto como ese pensamiento cruzó la mente de Wanda, Sam entró pavoneándose en la cocina.

ScarletWidow One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora