ScarletWidow One shots

Quizás el tacto no sea tan malo

Ty chertov: maldita idiota. 

Kakogo cherta: ¡¿Qué diablos?!

Vanda, milaya, mne nuzhno vstavat: Wanda, cariño, necesito levantarme.

Ty zlaya, Tasha: eres malvada Tasha.

Dato curioso: de hecho, busqué qué sucede cuando pasas 10 años (colocando a Wanda en 20) sin contacto, y aparentemente puedes tener una sensación de hormigueo cuando alguien te toca, así que digamos que los poderes de Wanda amplificaron eso hasta convertirlo en una sensación de ardor.

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A Wanda no le gustaba el tacto. La única persona a la que se le permitió tocarla fue Pietro, que estaba en coma recuperándose de ser un escudo humano. El médico se sorprendió de que hubiera sobrevivido y, después de realizar pruebas, se reveló que lo único que lo mantenía con vida era su conexión con Wanda, por lo que la gente no tocaba a Wanda.

Wanda tuvo que dejar que la gente la tocara mientras entrenaba, y cuando lo hacían, saltaba y le ardía la piel. La gente lo intentó fuera del entrenamiento, por supuesto, pero Wanda esquivó cualquier intento. La mayoría de la gente se dio por vencida después de algunos intentos, excepto Natasha. No sabía por qué la pelirroja insistía tanto en ser su amiga y tocarla, pero lo era.

Así es como llegaron a la situación actual. Natasha insistió en que sus piernas debían estar en el regazo de Wanda y Wanda insistió en que no, por lo que los últimos treinta minutos consistieron en que Natasha puso sus piernas en el regazo de Wanda y Wanda las apartó.

—¿Por qué no te gusta el tacto, dekta? — Preguntó finalmente Natasha, metiendo los pies debajo de ella.

—Simplemente no me gusta—. Wanda se encogió de hombros —¿por qué me llamas bebé? —

—Te lo diré si me cuentas por qué insistes en que el tacto no es bueno—. Natasha se rió entre dientes y se sentó en cruz mientras miraba a Wanda.

—Convincente, pero no—. Dijo Wanda, acomodándose para leer el libro que no había podido leer desde que Natasha se unió a ella en el área común.

—Maldita sea. Realmente pensé que funcionaría. No puedes pasar toda tu vida sin ningún contacto, ¿sabes? — Informó Natasha, su tono ligero.

—Dejé que Pietro me tocara—.

—¿Cómo te va?—

—Cuidado por dónde pisas, Natasha. Estás en una situación bastante delicada en este momento—. Advirtió Wanda, poniendo su libro sobre la mesa de café.

—¡Yo solo decía! El resultado podría haber sido mucho peor. ¿Qué habrías hecho entonces?

—Trato de no hacer hipótesis—.

—Wanda, estoy preocupada por ti. Te estremeces cuando alguien te toca y parece que tienes dolor físico mientras entrenamos—.

—Estoy bien, Natasha. No es nada, de verdad—. Wanda se levantó y se dirigió a su habitación dejando sola a Natasha.

Estar sin contacto durante tanto tiempo no es bueno para ella, pero ¿cómo puedo hacerle entender? Pensó la pelirroja levantándose y dirigiéndose a su habitación.

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Pasaron unos días y Natasha estaba a cargo de entrenar a Wanda porque Steve no quería lastimarla y le costaba mantener su fuerza bajo control. Wanda había estado evitando a Natasha, algo que a la pelirroja no le gustaba, así que tal vez esto les daría la oportunidad de hablar.