Liberación sangrienta

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Wanda está con la regla. Nat ayuda porque es una novia increíble, como siempre.Advertencias: montando muslos, sexo... charla sucia, suave, angustioso también; por qué no, sólo problemas normales de pareja supongo.


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Si había tres cosas que Wanda no podía manejar, aunque lo intentara –y juró por Dios que realmente lo intentó– estas tienen que ser: uno, Sam siendo un niño molesto que quiere jugar y competir con ella, con la excusa de ser mejores amigos y solo dejar que el niño vuelva loca a la bruja. Dos, probablemente Fury y María mandándola a misiones tontas cuando ella –sabía– que ya estaba preparada para peleas más peligrosas y estaba dispuesta a ayudar a su novia en esas (no es que los agentes supieran sobre su relación, por supuesto). Tres, tiene que ser lo que pasaba una vez al mes, (por suerte ella era regular), pero literalmente le dolían los ovarios y todo su sistema sentimental estaba jodido.

No solo su sistema sentimental estaba jodido, sino que todo su cuerpo también se sentía pesado. No podía caminar dos pasos sin llorar de dolor.

"Detka, ¿podrías quedarte en la cama?". Natasha suspiró por última vez, mirando a la chica que intentaba vestirse.

Wanda negó con la cabeza frunciendo el ceño, "no, me tengo que ir".

Widow se incorporó y el colchón se le hundió de costado por el peso.

"Te prometo que no es la primera y última buena misión a la que te enviarán", dijo con seguridad, "me aseguraré de eso, pero hoy, por favor, quédate descansando".

"No, Nat yo t-" la bruja se quejó, un fuerte dolor bajando por su vientre que tenía todo su cuerpo arqueado. Natasha se apresuró a sostenerla en sus brazos. Suavemente llevó a su novia a su cama para acostarla en ella.

"Está bien, bebé", dijo en voz baja cuando Wanda se recostó de lado en posición fetal, acariciando lentamente con sus dedos su largo cabello castaño, "me tomaré el día libre también", decidió.

"Me van a odiar", dijo la bruja.

Natasha negó con la cabeza, "no lo harán". Después de tres mensajes que envió a ambos agentes, suspiró aliviada. Por supuesto que entendían, pero también era cierto que veían a Wanda como una niñita que ni siquiera podía soportar algunos dolores menstruales. Widow la miró; ambos ojos cerrados, ocultando el color verde más hermoso que jamás había visto, frunciendo el ceño y respirando pesadamente con la boca ligeramente abierta. Se inclinó para besar su mejilla, haciendo que esas cejas fruncidas desaparecieran en una sonrisa más relajada.

Wanda abrió lentamente los ojos para darle a su novia una mirada de soslayo. Una mirada que significaba 'Wanda mimos. Casi rogó a su manera infantil, derritiendo a la espía.

La mujer sonrió y movió el cuerpo de Wanda para que toda su espalda descansara sobre el colchón. Abrió las piernas de Wanda para quedar arrodillada entre ellas y colocó suavemente ambas manos sobre su útero, calentándolo ligeramente y haciendo sonreír de placer a la bruja. Aquella sonrisa, aquella hermosa sonrisa, y aquellos vidriosos ojos verdes la animaron a inclinarse sobre su vientre en aquella -oh, aquella posición tan común para ambas- pero para simplemente empujar su camisa hacia arriba y repartir unos dulces besos en aquel vientre que tanto, tanto amaba. Agitando las pestañas, la miró y sacó lentamente la lengua para dibujar tontos senderos a lo largo de la piel del cuerpo de la chica para terminarlos con besos a boca abierta a lo largo de sus abdominales. Una vez que llegó a la pequeña piedra brillante que adornaba su ombligo, la tomó entre sus labios carnosos y la rodeó con la lengua. La vista que la bruja tenía de su novia era suficiente para tenerla mojada entre las piernas. No pudo evitar los pequeños gemidos y zumbidos que empezaron a aumentar al sentir aquella lengua musculosa y húmeda haciendo sus administraciones en su estómago. Además, esos ojos verdes y ardientes que la miraban desde esa posición no ayudaban mucho.

ScarletWidow One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora