Estaré cerca

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—Mamá...—

—Mami, ¿dónde estás? —.

—¡MAMÁ! —.

Wanda abrió los ojos. De repente sintió un peso en la espalda. —Oye...— Susurró en voz baja.
Tommy se rió, mirando el rostro cansado que tenía su madre.

—Oye tú—, respondió con los ojos aún cerrados, sintiendo que su hijo la abandonaba su espalda.

—Ella llamó—, le dijo. La pelirroja giró su cuerpo para mirar al pequeño con el ceño fruncido.

—¿Has respondido? —.

Se sentó en la cama junto a su madre —Billy lo hizo—.

Wanda tarareó en respuesta: —¿Dónde está tu hermano? —.

—En nuestro dormitorio—.

Sentada en la cama le preguntó a su hijo: —¿Qué les dijo? —.

—Oh, ella viene...—, respondió sin pensar, Wanda lo miró con los ojos muy abiertos, —en unos... ¿cinco minutos? —.

—Dios mío—, murmuró la mujer corriendo por su armario buscando algo que ponerse. —¿Por qué no me has llamado antes? —. Parecía desesperada, Tommy tuvo que reírse al mirar a su madre de esa manera.

—¿Por qué estás tan emocionado de verla? —. El niño preguntó con voz divertida. —Parece que ella te gusta—, bromeó con su madre.

—Oh, cállate, hombrecito, ve a tu habitación y dile a tu hermano que se duche—, usó su tono serio para ordenarle a su hijo. —Ustedes dos—.

Tommy suspiró en respuesta. Por supuesto que le gusta, pensó. Ella nunca iba a admitirlo ante ellos, pero eran sus hijos; podían sentir los sentimientos de su madre. Y cuando estaban con Nat, nada más y nada menos que su 'tía', sabían que su madre irradiaba felicidad.

Y estaban tan felices de que Wanda volviera a sentirse así.

Desde que murió su padre, pensaron que su madre nunca volvería a sentir lo mismo que cuando eran una feliz familia de cuatro. Pero ahí estaba. Siempre Natasha y su manera única de hacer sonreír y reír a su madre y de hacerle compañía en tantos momentos difíciles. 

Pero había algo más...

Lo sospechaban. Sabían que Wanda amaba a su padre. Pero, aun así, había algo más que nunca admitiría, que ni siquiera se permitiría pensar, porque también había mucha culpa, y ella sentía mucha después de las muertes de Pietro y Visión. 

—En la escuela estamos aprendiendo sobre el aspecto genético—, le decía Billy hace un tiempo, y ella escuchaba atentamente mientras preparaba la cena, —y teníamos que pensar en el nuestro...—, asentía.

—Por ejemplo, Billy se parece a ti—. Tommy añadió a la historia de su hermano. Y eso era cierto; todos podían verlo.

—Pero...—, el otro chico volvió a hablar —Tommy no se parece—. Y eso fue todo. Wanda arqueó las cejas porque sabía exactamente hacia dónde iba esto y no quería llegar allí. —Y ni siquiera se parece a papá—.Sí.

Estaba a punto de hablar cuando su hijo volvió a interrumpir: —Entonces, cuando Nat nos recogió de la escuela le preguntamos a quién se parecía a Tommy...—. No.

Wanda esperó pacientemente a que sus hijos terminaran la historia. Fue entonces cuando empezaron a compartir una risa cómplice. No, por favor no.

—Y entonces Billy dijo: '¡Dios mío!'—. Tommy habló. —¡Nos miró a los dos y dijo que SÍ me parezco a NAT! —. Sí. Wanda se mordió los labios tratando de ocultar su sonrisa incómoda.

ScarletWidow One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora