Guerra de Elementos [#1]

El regalo de navidad

Era noche buena y había una gran capa de nieve cubriendo el suelo; Stevenson, Sheila y Connor se encontraban en la cocina preparando las últimas cosas; todos le habían rogado a Melisa que preparara empanadas y ésta no se negó así que estaban esperando que se terminaran de hornear para llevarlas a la mesa.

Cuando todos estuvieron en la mesa comenzaron a comer y a hablar, cuando William hacía un comentario sin sentido se quedaban en silencio por unos segundos y luego estallaban en carcajadas.

-Bueno- dijo Peter después de carraspear la garganta llamando la atención de todos-, ya todos lo saben pero siempre quise hacer esto- comentó y miró a Connor que estaba sentado a su lado; el chico tomó su mano y la reposó en su rodilla-. Connor y yo somos novios.

-¿De verdad?- preguntó con emoción William-. Yo no sabía- todos se rieron y el guerrero los miró uno a uno-. Es verdad, yo no sabía que eran novios- empezaron a reír más fuerte-. Ya no se rían.

Stevenson que estaba en el extremo de la mesa levantó su copa con espumante y le dio un trago y se dirigió a los chicos, pero antes de que pudiera decir una palabra fue interrumpido por Peter.

-Y no, pa, no necesitamos tener la "charla"- se apresuró a decir-. Aunque no lo creas la educación sexual de Parmons es muy buena.

-Solamente los iba a felicitar- se defendió entre risas.

-Ah.

-¿Quién lo propuso?- preguntó Melisa.

-Yo- Connor sonrió con orgullo y giró la cabeza para mirar al rubio.

En ese instante Lorena giró los ojos y sacó diez dólares del bolsillo de su buzo para entregárselos a su amiga.

-Literal es lo único que tengo así que no lo dejes en la ropa porque lo vas a lavar.

-Yo no tengo nada así que me viene bien.

-¿Y si Peter le preguntaba qué me ibas a dar?- preguntó Lorena.

-No le iba a preguntar- el rubio la señaló con el dedo y asintió dándole la razón-. Le da vergüenza.

-Me ofende pero es verdad- confesó el rubio.

Pasaron el resto de la noche hablando y disfrutaron de la comida como una familia. Una familia extraña sin dudas.

Después de nueve meses viviendo juntos no podían decir que eran desconocidos, al principio solo eran amigos, pero cuando William se atrevió a decir que eran una familia nadie se negó, al contrario, le dieron la razón. Así que cuando llegó el momento de brindar nadie se sintió fuera de lugar.

Era la primer navidad que Stevenson festejaba después de separarse se su familia.

La primer navidad que Connor celebraba rodeado de personas que ama.

La primer navidad en la que Peter no tiene que fingir.

Era una navidad diferente para todos, en distintos puntos, pero diferente de todos modos.

-¡Feliz navidad!- exclamaron juntos cuando el reloj indicó la medianoche.

Stevenson se despidió y al no poder irse a la biblioteca caminando, a causa de la nieve, se teletransportó y dejó a los chicos en la cabaña.

Cuando Peter subió a su habitación, encendió la luz y soltó una risa interna al ver una cama para dos personas.

-Yo no le dije nada- dijo Connor a sus espaldas antes de que cerrara la puerta-, pero ahora vamos a dormir más cómodos.

El chico se acercó a Peter que ya estaba al otro lado de la habitación observando como caía la nieve a través de la ventana.

-No nos vamos a pelear por la sábana- continuó-, y no me vas a pegar más, eso es lo mejor.