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Pasado

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Pasado

—Park Jimin —soltó el hombre de ese entonces no tan avanzada edad—. Mi diamante en bruto.

El chiquillo lo tenía sostenido de la mano, este estaba un tanto nervioso y mordía la uña de su pequeño dedo índice, caminando detrás del señor.

—Hoy... —rio el señor—. Encontraremos a tu compañero, y tengo al indicado —dejó al infante unos segundos ahí.

El no entendía nada con eso de diamante en bruto ¿a qué se refería? Era porque siempre era el preferido de las clases, especialmente en las de lucha le iba excelente, el hombre volvió a llegar con alguien a su costado, quien era un poco más alto que Jimin.

—Jimin, él es Kim Taehyung, y él será tu compañero de ahora en adelante.

Los dos niños desconcertados se miraron, luego se fijaron en el adulto quien les sonrió animandolos.

—Hola. —soltó primero Taehyung al niño que seguía con su dedo índice en su boca, con una bonita y animada sonrisa cuadrada.

—Hola —le respondió bajito.

[...]

—¡Ohh! Eso es genial. —agregó emocionado el infante más alto en altura, viendo como su compañero movía una cuchilla con sus dedos en forma circular—. ¡Enséñame Jimin! ¡Enséñame!

En su inocencia no sabían para qué los estaban entrenando, pero les habían entregado una daga personal a cada uno que tenían que proteger. Si te cortabas, tenías que aprender a sanarte solo y rápido.

—¡Claro! Mira, primero tienes que poner los dedos así al rededor de esto —enseñó el mango del arma blanca—. Y tienes que darle vuelta entre los dedos, las primeras veces me corte no lo hagas sin... —muy contrario de las palabras del chico, Taehyung lo intentó y pasó lo inevitable se rasgó la piel de uno de sus dedos—. No te preocupes, voy a traer una gaza.

Al pequeño Kim Taehyung no le interesaba que su piel estuviera sangrando, él solo deseaba ser igual de talentoso que Jimin, su compañero.

Había algo en ese niño que lo enternecia y lo hacía sintir protegido, siempre que le sucedía algo corría en su auxilio, y le daba palabras de confort.

Cómo en ese momento, sus ojos de infante se quedaron viendo el rostro del otro chico mientras lo curaba y le colocaba una curita, al final de esto Jimin le sonrió y le acarició la cabeza amistosamente.

—Volvamos a intentarlo con cuidado, lo lograrás pronto —lo apoyó.

Taehyung se sentía amado al lado de Jimin, era ese amor que supuestamente en los libros que les dan para estudiar una madre o un padre debería darle a su hijo, pero ellos jamás habían conocido a sus progenitores, comían, dormían, entrenaban estudiaban juntos y en ese enorme lugar que podría ser una mansión.

Un amor asesino┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora