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—¡Auch! Agh, me duele —el quejido de dolor y las protestas del chiquillo hicieron llamar la atención del otro niño quien antes de ir corriendo hacia su hermano miraba una oruga en una hoja del gran jardín donde ambos se encontraban

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—¡Auch! Agh, me duele —el quejido de dolor y las protestas del chiquillo hicieron llamar la atención del otro niño quien antes de ir corriendo hacia su hermano miraba una oruga en una hoja del gran jardín donde ambos se encontraban.

—Tae ¿que te paso? Estas sangrando, no no —los ojos del pequeño Jimin se llenaron de lágrimas al ver sangrar la rodilla del contrario—. ¿Por qué sangras? ¿Que te pasa? —lloro desconsoladamente.

Taehyung se sorprendió, pero luego lo intentó tranquilizar.

—Calma Jimin, estoy bien, solo me caí y me raspe ¿por que estás llorando? No llores, anda mírame —cuando el de baja estatura lo miró con sus ojitos rojos y sus mejillas llenas de lagrimas, él le brindó su bonita sonrisa cuadrada—. Tranquilo, estoy aquí.

—No quiero que nada te pase, por favor Tae —de pronto lo abrazo, aferrándose con fuerza a él sollozando en su hombro—. Nunca te vayas, prométeme que siempre vamos a estar juntos ¿si?.

—Jimin...

Taehyung se encontraba sorprendido, simplemente se había lastimado la rodilla y Jimin lo hacía ver como si fuera a morir. Aunque ambos tienen la misma edad Jimin siempre parece más inocente, más sensible, ya habían pasado cuatro años, ambos tenían 11 y ya habían aprendido a utilizar una daga perfectamente, sus clases de defensa personal era cada día más complicadas, tomaban clases sobre armas de fuego y pronto tendrían que entrenar con ellas, y aún con todo ese entrenamiento que no debería ser apto para niños de su edad, aún así su alma inocente aún sigue allí.

—Si, te lo prometo... toda la vida estaremos juntos —también lo abrazo y sonrío.

[...]

Jimin al despertar del sueño, que más bien era un bonito recuerdo de su infancia, se incorporó en su cama adormilado, miró a su costado donde se suponía que tenía que estar su ahora esposo, Jungkook, pero él no estaba allí y supuso que había bajado a desayunar primero, ya que cuando miró el reloj en la pared se dio cuenta que ya eran las diez de la mañana.

Luego de estirarse, bostezar un par de veces y recobrar conciencia luego de quedarse mirando a su zapato tres minutos, finalmente se levantó colocándose sus chancletas y bajo dirigiéndose a la cocina donde se escuchaba todo el ruido de sus dos amigos y su cónyuge.

—Pero entonces —contaba Hoseok en suspenso—. Antes de que los guarda espaldas llegaran y atraparan a Jungkook, apague la luces y el hizo su trabajo ¿cierto jk?.

—Claro que si mi buen amigo, buen trabajo —chocaron los cinco fraternalmente.

—Buenos días familia —habló el chico de cabellera rosada entrado por la puerta con la voz un poco ronca, notándose recién despierto—. ¿Ya desayunaron?.

—Eso intentó, Hoseok y Jungkook ya comenzaron a contar sus historias —replicó Taehyung en la estufa, encargándose de hacer el desayuno.

—Anécdotas cariño —corrigió el peliblanco levantándose hacia su novio quien giró los ojos y encogió los hombros—. Nuestras grandes aventuras, cuando trabajamos solo él y yo.

Un amor asesino┊𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora