Era un lugar para escapar. Una pequeña isla rodeada de un mar tranquilo, lo suficientemente alejada de su mundo como para olvidarse de todo, recuperar la calma y reencontrarse con ella misma. El lugar perfecto para Muyeong que estaba dispuesta a dejar de lado sus viejos amores tóxicos y empezar una nueva vida. Lo que no se imaginaba ella era que también era el lugar perfecto para empezar su mejor historia de amor.
La isla poseía la contradictoria vida vacacional que ofrece calma, meditación o fiesta desenfrenada según las necesidades de cada cual. Muyeong iba en busca de paz. No así Jay, que bajó del carro con su grupo de amigos dispuesto a beberse las noches y no perderse ni un solo amanecer. Y fue en uno de esos amaneceres, mientras Jay despedía la noche, cuando conoció a Muyeong. Un amanecer en el que empezó una historia de amor.
Las recistencias de Muyeong a tener una aventura de verano en una isla perdida del mundo se vinieron abajo en cuanto Jay la hizo reír tres minutos después de haberse encontrado caminando por la playa. Su ingenio y su naturalidad la desarmaron y se dejó llevar. Al fin y al cabo, uno de sus propósitos para esas vacaciones era aprende a ser menos reflexiva, a dejar de darle vueltas a todo.
La verdad es que Jay se lo puso fácil; Le proponía paseos en bici, cafés con charla en el césped y siestas que se prolongaban hasta la mañana siguiente. Muyeong estaba viviendo una auténtica historia de amor de verano. Y como tal, sabía que llegaría a su fin.
Hasta el final de las vacaciones disfrutaron el uno del otro con toda la intensidad de saber a ciencia cierta que has encontrado a tu alma gemela. Aunque los dos eran lo suficientemente realistas como para no idealizar estos amores de verano. Conocer la fecha de caducidad de su historia les hizo entregarse por completo, sin reservas, sin miedos.
Pero el momento de la despedida llegó, al mismo tiempo que el final del verano. Y ninguno de los dos se atrevió a ir más allá, ninguno de los dos habló del futuro, ni de su historia de amor. Los kilómetros que separaban sus mundos eran suficientes como para no hacer planes y limitarse a recordar su amor de verano.
Muyeong volvió a su vida. Tal y como se había propuesto, era una vida renovada, con cambios apreciables en su forma de tomarse las cosas. Más feliz, más optimista, pero ahora con un toque de melancolía que nunca antes había sentido. Porque esa melancolía era distinta, le dolía pero le hacía sentirse más viva que nunca. Y el motivo de su melancolía era Jay, su amor de verano.
Mantuvieron el contacto y, sin decirse nada el uno al otro, más que nada por no hacerse daño, los dos soñaban con volver a estar juntos. Con estar juntos para siempre. Fue ella la que un día le propuso volver a la isla, esta vez para quedarse. Y él aceptó, transformando así un ligue de verano en una historia de amor con final feliz.
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HAPPY JAY DAY!
Soy lágrimas, no puedo creer que ya tiene 20 años. En la historia creo yo que no hay nada de coherencia pero quería subir algo por su cumpleaños, además que ya un tiempo que no actualizaba, los extrañé demasiado, espero se estén cuidando y disfrutando de sus días, descansen y siempre sonrían, que el mundo necesita el brillo como ustedes.
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ᴀᴛᴛᴇɴᴛɪᴏɴ, ᴘʟᴇᴀꜱᴇ! || ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴀ [ᴠᴏʟ. ɪ]
Fanfic💌 Siete Chicos. 💌 Diferentes Situaciones. 💌 Tú eliges cuales. 🌱 OT7 🚫 No Contenido (+18) 📼 Sólo Ficción 🗨 Historia terminada ☁️ Está Historia Se Hizo Con La Intención De Entretener Más NO De Ofender ©️ Todos los Derechos Reservados 💭 inició...