Hades me tiene sostenida por los hombros con un agarre fuerte; su mirada penetrante en mis ojos, su ceño fruncido denotando lo molesto que estaba en estos momentos.Siento mi corazón palpitar fuerte en mi garganta, cómo si quisiera solo salir por mi boca y alejarse corriendo.
Estoy consiente de que me he equivocado y de que le he faltado el respeto a su persona y a su autoridad de una manera imperdonable, pero, tenía que intentar salvar a aquella chica inocente; tenía que tratar de que ésta no fuera lastimada solo por mi culpa.
—Lárguense ninfas... —Dice lenta y pausadamente, sin sacar su mirada de mis ojos.
Las ninfas, salen corriendo de la habitación entre llantos en tanto Hades, aún me penetra el alma con su mirada. Lo observo con detalle, las venas de su rostro aparentan circular petróleo en vez de sangre; sus ojos son dos esferas completamente negras, tan oscuras... que puedo jurar que se tratan de dos abismos sin fondo a lo profundo...
Una vez la habitación queda vacía, Hades, me agarra y me lanza contra la cama. Rápidamente, al caer sobre el colchón, me volteo para siempre tener la vista sobre el dios del inframundo, quién obviamente, está tan enojado que no descarto me clave un puñal por la espalda y acabe con mi mísera alma de una vez y por todas.
Hades, desaparece en una nube de humo negro y aparece sobre mi cuerpo sujetándome las manos fuertemente contra el colchón. Sus ojos se tornan rojos y sé, que al menos, eso significa que se a calmado un poco.
—¡Eres cómo una maldita piedra en el zapato! —Dice observándome a detalle; su respiración agitada.
—¡Yo no quería... lo lamento! —Tartamudeo.
—Me estoy acostumbrando a escuchar tus disculpas... y no me agrada. —Me mira con mala cara muy serio. —Usualmente, nadie logra disculparse nunca, por qué muere al instante.... —Dice y un escalofrío hace que los vellos de mi cuerpo se ericen.
—No pensé... no volverá a suceder. —Murmuro.
Hades, se queda callado por unos segundos, los cuáles parecieron una eternidad en sufrimiento. Me torturé a mí misma imaginándome lo que éste pensaba, imaginándome las cosas perversas que pasaban por su mente... las torturas y castigos que me haría por aquello.
—Tienes razón... no volverá a suceder. —Dice y una sonrisa macabra se dibuja en su rostro.
—¿Qué me harás? —Digo entre un suspiro nerviosa.
—¿A ti? Nada.... —Me mira fijamente con aquella sonrisa que me desorienta tanto en los labios. —Pero, cada vez que desobedezcas o hagas algo que no me guste... alguien morirá por tus actos. —Se muerde el labio inferior mientras sonríe.
Me quedo fría y anonadada mirando a éste dios del inframundo; observando, cómo acababa de cambiar las cartas del juego. Cómo, había hallado ése punto débil en mi corazón, para así, poderlo usar en mi contra.
Hades, sabía perfectamente que mi alma era noble y bondadosa; y por lo tanto, sufriría demasiado si éste dañase a otras almas en mi nombre.
—¡Eres cruel y despiadado! —Murmuro observándole fijamente. Viendo, cómo éste se alimentaba de mi dolor y sufrimiento.
—Lo soy. —Sonríe. —Y ahora, eso sí fue un alago. —Libera mis manos de su agarre para luego salir de sobre mi cuerpo y de la cama.
Lo veo caminar hasta su armario y comenzar a ojear la ropa en su interior.
Nerviosa; me levanto de la cama y me siento en la orilla. Mi mirada baja al suelo y no puedo evitar sentirme miserable al ver las cenizas del cuerpo de aquella chica tiradas a los pies de la cama.
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Hades ©
FantasyMar es una chica simple, sin mucha gracia y un poco torpe. Su vida no es mejor ni peor que la del promedio de personas, eso sí, un tanto más aburrida que la de sus amigos de la universidad. Mar, es una estudiante de medicina la cuál es forzada a e...