Capítulo 15

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Me quedo fría observando al dios del inframundo. Mi corazón palpita exageradamente rápido al haber escucho aquellas palabras salir de los labios de Hades.

Mi estomago se hace un revoltijo y siento que caeré al suelo con una arritmia cardíaca.

Espero no morir una segunda vez, pero en ésta ocasión... de un ataque al corazón. El apellido prestigioso de los Preston quedaría manchado en el inframundo al saber que su hija murió por una afección del corazón.

Observo los ojos rojos oscuros de Hades; estos, mirándome fijamente. Sus manos aún fijas en mis brazos ejerciendo presión. La temperatura de la habitación por los aires; mi respiración agitada.

Revivo en mi cabeza las palabras del dios de todo lo malo, pero mi cerebro aún no logra procesarlo.

¿Acaso escuché bien o es que me falló la audición?

¿Dijo que yo era suya?

¿Pero quién se a creído éste dios sexy del inframundo?

—Yo no soy de tu pertenencia... —Digo con firmeza manteniendo mi mirada firme en sus ojos; pero mis piernas amenazan con volverse líquidas y dejarme caer.

—¿A no? —Frunce el ceño y aumenta su agarre en mis brazos.

—No soy de nadie...

—Me perteneces a mí.

—¿Solo por qué tú lo dices? —Levanto una ceja.

—Solo por que yo lo digo... —Lame su labio inferior lentamente y yo no puedo evitar tragar hondo.

—Pues, las cosas no funcionan de ésa maner...—Hades coloca su dedo pulgar sobre mis labios, callándome instantáneamente.

Me quedo quieta y en silencio, viendo, cómo el dios del inframundo comienza a deslizar suavemente su dedo por mis labios; creándome un cosquilleo en todo el cuerpo que solo hace que me quiera derretir. Su dedo se desliza desde mi labio inferior hacia mi barbilla; hasta que su mano abandona mi rostro y yo me estremezco.

—¿Te muestro porqué eres mía? —Murmura y lo veo acercar su rostro suavemente al mío. Siento cómo sus manos viajan a mi cabello, metiendo sus dedos entre mis rizos rojizos y empujando levemente mi cabeza hacia él.

Mi corazón se detiene al sentir un diminuto roce de sus labios contra los míos; y ahí, dejo de respirar.

Cierro los ojos esperando a que el dios del inframundo me bese, a que sus labios y los míos se unan en perfecta armonía... pero no sucede.

Abro mis ojos y veo a Hades observarme con una sonrisa en los labios y una ceja arqueada.

¿Qué es lo que está haciendo?

¿Provocándome?

¿Porqué lo hace?

¿Qué ser tan ruin y malvado haría una cosa así?

Bueno... el dios de todo lo malo haría algo así.

Lo miro fijamente, con una expresión claramente de confusión en mi rostro.

—¡Te lo dije, eres mía Mar Preston!  —Sonríe de medio lado con una mirada pícara en el rostro. Para luego, soltar su agarre a mis brazos, dar media vuelta y comenzar a caminar nuevamente hacia las puerta de salida del salón de conferencias.

Me quedo observando al dios del inframundo con la quijada que amenaza con caérseme del rostro.

¡Otra vez, lo hacía... otra vez me dejaba así... y se marchaba cómo si nada!

Hades ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora