Recostada en la cama de mi habitación, pienso en todo lo que he vivido con el dios del inframundo.Sus caricias son cómo una droga; su sonrisa... mi perdición.
Se a metido en mi piel de maneras las cuáles nunca pensé posibles. Se a impregnado en cada una de mis células de forma permanente.
¿Cómo se puede llegar a querer tanto a una persona?
¿En qué momento se convierte en alguien indispensable en tu vida y en tu corazón?
Bueno, creo que así es el amor; y así se siente... enamorarse.
Hades había sido la primera persona en tocarme, en acariciarme y en estar conmigo de aquella manera; y no me arrepiento.
El lanzarme a los brazos de dios de todo lo malo, era algo extasiante, adictivo y de lo que no te puedes alejar.
El ver ése lado positivo suyo, el cómo me trata y lo lindo que es conmigo; había hecho que no dudara de que éste, después de todo, no era un ser tan despreciable y horrendo cómo todos pensaban.
Acostada en mi cama con las sábanas sobre mi cuerpo desnudo, pienso en qué sería eso tan importante que Cosmos tenía que decirle a Hades.
Eso por lo cuál lo había venido a buscar y haber querido hablarlo en privado.
¿Acaso será relacionado a sus alas? ¿Las habrán logrado sacar?
Ya había pasado algún tiempo y estos no regresaban de su reunión "privada". Debía ser algo muy importante para tardar tarto; o tal vez, ya a Hades se le había olvidado su promesa y estaba atendiendo los asuntos relacionados a su inframundo.
Resignada a que ya Hades no volvería, me levanto de la cama y me visto; colocándome un vestido color rosado con puntos blancos a la rodilla.
Me dirijo al tocador, me siento en el pequeño taburete acolchonado y me miro en el espejo.
¿Qué es lo que ve Hades en mí?
De tantas almas que hay en éste lugar, de todas las ninfas que puede crear... ¿porqué yo?
Según Veronica y su pandilla; yo era Mar la fea; la que ningún chico se fijaría en ella, la que jamás encontraría el amor...
¡Pero, eso ya no más!
Aquella Mar murió por un accidente de tráfico. Falleció en el hospital y renació nuevamente de sus cenizas; convirtiéndose en una Mar nueva, refrescante y brillante cómo la que soy hoy día.
Me regalo una sonrisa a mí misma en el espejo, sintiéndome linda y recargada; en tanto me arreglo mi cabello rizado.
De pronto, por el reflejo del espejo; veo a mi nueva persona favorita en todo el universo... a Hades.
—Bonita cómo siempre. —Sonríe de medio lado; hablando en un tono de voz bajo.
Yo, me volteo entusiasmada y le observo aún sentada en el taburete.
—¡Viniste! —Le devuelvo aquella sonrisa y éste, me mira con una mirada... preocupada.
—Te dije que volvería. —Camina hacia mí y yo lo noto diferente.
Parándome de la silla; camino hasta el dios del mal y le tomo de manos mirándole frente a frente.
—¿Pasa algo? —La mirada de Hades en el suelo.
—No. —Levanta la vista lentamente y sus ojos van a los míos. —Todo está bien. —Me regala una sonrisa no muy convincente.
—Te ves preocupado.
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Hades ©
FantasyMar es una chica simple, sin mucha gracia y un poco torpe. Su vida no es mejor ni peor que la del promedio de personas, eso sí, un tanto más aburrida que la de sus amigos de la universidad. Mar, es una estudiante de medicina la cuál es forzada a e...