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Septiembre, inicio de clases.

Bueno las vacaciones habían pasado muy rápidas para el gusto de Taemin, sentía que los dos meses se le fueron volando.

Hace varios meses desde su cumpleaños y se encontraba otra vez desayunando, ahora con quince años, dispuesto a ir a su segundo año en la secundaria.

Lo había pasado fenomenal, sus amigos y los primos de Jinki lo habían mantenido distraído todos los días, conversaba hasta tarde con los tres chicos vía Skype. De alguna manera Krystal era una de sus pocas amigas cercanas y más ahora que asistirán juntos a la escuela. Su hermana, Jessica, era un amor y siempre parecía amable con todo el mundo. Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Choi Minho. El chico, que por cierto, Taemin odiaba y le estaba haciendo la vida imposible.

Todos los días recordaba sus ojos. Había logrado dejar de escucharlo o pensar en su risa pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos.

Ahora, pensar que hoy lo volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía. nervioso y a la vez ridículo por sentir eso. Aunque vivieran en la misma ciudad, nunca se lo encontró y todo eso debido a que se enteró de que se fue de viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea como sea, desgraciadamente estaría cara a cara.

- ¡Ahg, en serio, que horror! - Dijo hundiendo su rostro entre las manos y su madre, Clara, lo miró divertido.

- ¿Sigues atormentado por ese niño, cariño? - Preguntó a su hijo.

Claro, durante todo el año Taemin le había hablado sobre los chicos que los fastidiaban, y su madre decía que no era tan grave como para acusarlos.

- ¿Por qué se preocupa tanto por un chico? - Preguntó Mike, como el siempre no entendía la situación.

- Por qué ese niño lleva haciéndome la vida imposible. - Dijo dándole un mordisco a su tostada, sentía la mantequilla de maní en el paladar. - Por eso no quiero verlo.

- Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansioso estos días. - Le guiño un ojo y Taemin se ruborizo.

- ¡Mamá! - Le regaño, escuchando su risa. Después de un rato salió directo a la escuela, vestía igual que toda la vida: camiseta blanca ancha, unos vaqueros desgastados y su sudadera. Este año optó por llevar el cabello un poco más largo.

Al final, al primero que encontró hablando en el aparcamiento fue a Jinki. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos lo saludaron con ánimos. Krystal se echó a los brazos de Taemin y se colgó de él, todos comenzaron a reír.

- ¡Krystal, déjame respirar! Si nos vimos ayer. - Reclamó divertido, cuando la pelirroja se separó y le guiño un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Kibum, parecía muy feliz y los saludó a todos con la dulzura que lo caracterizaba. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena.

Como si fuese una película, de él comenzaron a bajar los que conformaban el grupito. Suho y un chico llamado Baekhyun, conversaban animadamente entre ellos y no lucían igual que el año anterior. Ya al cumplir los quince era cuando los adolescentes comenzaban a madurar, claramente lo habían hecho ya que vestían con unos jeans de mezclilla y unas camisas anchas con diferentes estampados.

Taeyeon y Tiffany eran otra historia, vestían con unas blusas vaporosas que dejaba al descubierto su abdomen y unos pantalones muy cortos. Un azabache le abrió la puerta a una castaña. Ese chico claramente era Minho, el que Taemin conocía del año pasado. Estaba radiante y el sol de la playa le había dejado un hermoso bronceado.

Rivales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora