Una semana antes
Entró victoria por la parte del jardín y fue a sentarse a un lado de Edward que descansaba bajo un árbol en su jardín.
— ¿que haces aquí victoria? Preguntó Edward antes de que pudiera terminar de acercarse.
— tenemos que hablar, las cosas no pueden terminar así — Dijo victoria haciendo puchero.
— yo ya no siento nada por ti victoria, creo que te lo dejé muy claro.
— ¡no puedes simplemente terminar conmigo así!
— ¿porque no vuelves con tu amigo de los Ángeles? Se llevaban bastante bien ¿no?
Victoria borró toda expresión ¿cuando Edward se dio cuenta de eso?.
Apareció Samantha y la miró con desprecio, poco común en una persona como Samantha que siempre sonreía.
Victoria le devolvió la mirada y se retiró no sin antes decirle a Edward — ya hablaremos luego.
Edward solo la miró retirarse sin responderle nada, suspiró hondo esperando que no hiciera nada estúpido.
Ese mismo día por la tarde-noche llegaron invitados de su padre, entre ellos el padre de victoria. Se acercó a saludarlo y conversaron un rato hasta que el señor William se acercó.
— aprovecho ahora que están los dos aquí ¿podríamos hablar en privado? — Dijo el padre de victoria.
— claro, pasemos a la biblioteca — sugirió el señor William dirigiéndose a una pequeña habitación que estaba a un lado del gran salón donde se encontraban los invitados.
El señor William tomó asiento al igual que el padre de victoria, Edward permaneció de pie con sus manos en los bolsillos, escuchando atentamente que era lo que el señor Oliver tenia que decirles.
— vamos al grano — manifestó el señor Oliver — Victoria me dijo que has terminado con ella — miró a Edward
éste solo asintió
— nosotros hicimos un acuerdo Edward, tu padre y yo acordamos desde un principio que cuando ambos nos retiráramos parte de nuestras acciones pasaría a sus manos.
— Y que mejor si hicieran una unión entre mi hija y tú. ¿ cierto William?
el señor William asintió no muy convencido.
— Nuestro sueño de jóvenes se cumplió, tener una gran empresa y que nuestros hijos nos llegaran a superar y algún día ustedes se hicieran cargo de la empresa.
Edward permaneció en silencio, el señor William lo miraba de reojo mientras el señor Oliver continuaba.
— Si deshaces el acuerdo de matrimonio con victoria me voy a ver forzado a deshacer nuestra sociedad y repartiremos todas las acciones.
Edward levantó la mirada sorprendido, tensándose enseguida, miró a los dos presentes sin saber que decir, él no sentía nada por victoria y las cosas iban bien con Ariana, pero ¿como podía amenazarlo con terminar la sociedad?, eso destruiría a su padre, lo pudo notar en su mirada.
Después de pensarlo por unos minutos habló.
— bien, no tiene porque deshacer esa sociedad, me casaré con Victoria
— respondió resignado.
Oliver amplió una sonrisa, Edward y el señor William voltearon a verse y Edward solo le sonrió diciendo — no te preocupes,
Salieron los tres de la biblioteca y fueron al gran salón. Edward caminaba entre los invitados, por un momento miró a Ariana pero desvió rápidamente la vista, ¡demonios! las cosas se habían complicado, pero no tenia tiempo de explicarle.
El señor William comenzó a hablar anunciando el matrimonio, Edward miró de reojo a Ariana, ésta tenia su vista baja. Quería correr y abrazarla, decirle que todo iba a estar bien, pero no era cierto. No podía hacer nada. Y mirándola como estaba de tensa, sabía que se encontraba molesta y desilusionada.
Observó que corrió hacia la puerta y sin pensarlo corrió tras ella, por lo menos tendría que darle una explicación. Pero Ariana no lo dejó hablar y para el colmo llegó victoria, como empezaba a aborrecer a esa mujer.
Ariana se soltó de su agarre y él no pudo explicarle, tal vez el lunes en el trabajo hablarían y quedaría todo resuelto. Todo era cuestión de esperar y arreglar todo el malentendido. El por supuesto buscaría la manera de arreglar las cosas. El no se casaría con Victoria
— ¿así que es por esa secretaria que me cambiaste? — dijo victoria en son de burla.
— y que si es así — respondió Edward con voz seca.
— no se compara en nada conmigo — susurró sonriendo acercándose a Edward.
— por supuesto que no — respondió él separándose de victoria. Se alejó y se fue dejándola ahí, envuelta en sus propios pensamientos.
Él por otro lado tenía que pensar en algo para solucionar todo.
******
El lunes por la mañana llegó muy temprano al trabajo, aún no llegaba nadie, esperó por un rato hasta que escuchó la puerta abrirse.
Se asomó pero solo era Edith, volvió a entrar a su oficina no podía concentrarse, unas horas mas y volvió a salir.
Un café le vendría bien en ese momento, entró a la biblioteca y fue a la cocineta donde preparaban el café, él mismo lo preparó.
Miró el teléfono de Ariana a un lado de la cafetera y no dudó en tomarlo, lo sostuvo en su mano sin saber si revisarlo o dejarlo en su sitio, lo introdujo en su bolsillo, ya pensaría que hacer.
Por fin preguntó a Edith por Ariana pero Edith no sabia donde estaba y por lo visto no estaba en su casa ya que ella misma había ido a buscarla el domingo y no la encontró, llamó varias veces sin recibir respuesta.
Edward no dijo mas y entró a su oficina era obvio que no contestara el teléfono pues estaba en la oficina.
Pasó lunes y martes y él no sabia nada de Ariana y Edith no se dignaba a darle ninguna información, la despediría si no fuera tan eficiente. Y además Ariana no se lo perdonaría.
El miércoles por la mañana le pidió a Edith que comprara un boleto de avión, mas tarde subió a su auto y fue al aeropuerto, después de unos minutos partió a los Ángeles en avión, tenia que arreglar todo cuanto antes,
su padre y él habían hablado bien las cosas.
— escucha hijo hablé con los socios de la empresa, se que Oliver tiene mas acciones que ellos pero están dispuestos a ayudarnos si Oliver retira sus acciones — le anunció su padre un día anterior.
— pero con lo de Cancún las ventas bajaron — comentó Edward.
— lo sé pero ya saldremos adelante, no tienes porque casarte si no quieres — sugirió su padre.
Edward iba en camino a los Ángeles, tenía que hablar con el padre de Victoria y dejarle muy claro que no tenia ningún interés en casarse con ella.
Llegó a casa de ellos y quien lo recibió fue precisamente Victoria, al verlo se le iluminó una sonrisa.
— hola amor — le mostró una radiante sonrisa.
— he venido a hablar con tu padre ¿esta él aquí o debo buscarlo en su oficina? — preguntó Edward fríamente.
— esta en la oficina ¿vienes a hablar de nuestro matrimonio? Pasa tengo algo que mostrarte — Dijo ella tomándolo del brazo.
— en otro momento será, hoy vengo a hablar con tu padre, es urgente — respondió Edward.
De mala gana Victoria le respondió que estaba en su oficina. Le insistió con que dejara acompañarlo pero su respuesta fue un rotundo. No.
tomó un auto de la casa de victoria y se dirigió a la empresa. Cuando por fin llegó a la oficina el señor Oliver, su secretaria rápidamente lo atendió y Oliver enseguida lo hizo entrar y tomar asiento.
— y bien , ¿que es lo que te hizo venir hasta acá? — preguntó el señor Oliver.
—iré al grano. No tengo interés en casarme con victoria — soltó sin más.
— creí que teníamos un acuerdo Edward — bufó el hombre poniéndose de pie.
— he hablado con mi padre y lo hemos arreglado ya.
— así que es cierto lo que dijo Vicki sobre tu amorío con tu secretaria ¿no?
— supongo que también le habrá hablado sobre sus amoríos con el hijo de el señor Marcus y con el del señor Daniel — enumeró Edward recargado sobre el escritorio con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Su voz se tornó fría.
El señor Oliver solo bajó la mirada.
— ¿así que ya lo sabia? — sonrió Edward con suficiencia — Mi padre y yo hemos hablado sobre ese asunto y si usted sigue interesado en deshacer su sociedad con nosotros no hay problema, solo háganoslo saber — dicho esto Edward salió sin esperar respuesta.
No estaba dispuesto a acceder a casarse con una mujer de la cual hacia mucho tiempo no sentía nada. Además de que Victoria le había engañado con varios tipos. Socios y proveedores. Sería la burla de todos y eso no estaba dispuesto a soportarlo. Sin mencionar que otra mujer ocupaba su corazón. Al principio había decidido terminar con Victoria porque estaba dispuesto a conquistar a Ariana, solo después de terminar con ella fue cuando descubrió sus engaños. Fue el mismo hijo de Marcus quien se lo había confesado.
Ese mismo día regresó a México y habló nuevamente con el señor William solo era cuestión de esperar la respuesta. Ya sabía cual seria, a Oliver no le convenía retirar sus acciones. No tardó mucho en llamar y confirmarlo. Para convocar una reunión.
Una semana después por fin tuvo razón de Ariana, se encontraba en casa de sus padres y Samantha iría a visitarla. Además la llevaría a la cabaña donde vacacionaban, la ocuparían para celebrar su cumpleaños. Samantha se lo comentó antes de ir ella misma a visitarla.
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ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)
RomanceAriana es una chica de 25 años. Trabajadora y muy responsable Un día cierra la empresa en la que trabajó durante tanto tiempo y se ve forzada a buscar un nuevo empleo. Ahí conoce al frío de su jefe, cuyo hombre tiene constantes cambios de humor. Sin...