capitulo 34 planes

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Levantó su mano a la altura de su cabeza mientras sacudía suavemente sus dedos, mostrando orgullosamente su anillo, no era muy lujosos, solo tenia un pequeño diamante incrustado en el centro y dos mas pequeños a sus costados, pero el significado de aquel anillo era lo que lo hacia especial.
Marti emocionado no paraba de admirar tan hermoso anillo.
— por fin te pidió matrimonio el maldito, desgraciado y jodidamente sexy hombre que tanto te hizo sufrir — dijo Marti con una amplia sonrisa.
Ariana lo empujó ligeramente con su codo y le devolvió la sonrisa, su amigo acababa de describir muy bien a su jefe.
Planearon emocionados cada detalle, irían a comprar algunos accesorios para el matrimonio, claro Marti y Edith, Ariana solo observaba como sus mejores amigos planeaban detalladamente su boda, poco faltaba para que igual planearan su luna de miel.
Recorrían de arriba a abajo el enorme edificio donde se encontraban una infinidad de tiendas incluida en una de ellas una exclusiva de vestidos y accesorios de novia.
Edith la había animado a medirse algunos, antes de que encontrara uno que le quedo justo a la medida, no era muy llamativo pero se miraba bastante elegante, era perfecto ya que no tenia descubierto el pecho como los anteriores que había elegido Edith, este por el contrario tenia un lindo velo bordado muy hermoso para su gusto.
se detuvieron un momento mirando los accesorios. todo era muy bonito.
Ariana jamás imaginó ese momento, no es que no pensara en casarse en algún momento de su vida. pero su mundo había completamente desde que Edward estaba en su vida.
por la tarde Edward y sus padres habían ido a cenar a casa de los padres de Ariana, ellos insistieron en que los acompañaran a conocer su vivienda, a lo que los padres de Edward accedieron, pues se habían llevado muy bien con ellos, mejores personas no podía haber, había dicho la madre de Edward.
Ariana subió un momento a su habitación, manchó su vestido por descuido con un poco de vino tinto, así que se apresuró a cambiarse la prenda y mojar rápidamente el vestido que Edward le obsequió.
Su concentración fue interrumpida por el sonido de la puerta, estaba tan ensimismada tratando de desmanchar el vestido que olvido por un instante que estaba en casa de sus padres, acudió a abrir la puerta encontrándose de frente con Edward que tenia una mirada dura, estaba molesto ¿tal vez?.
— ¿que sucede? —Preguntó Ariana.

— en la puerta esta un hombre preguntando por ti ¿ debería hacerlo pasar? — preguntó él con la mirada fría.
Ariana se preguntó que hombre podría estarla buscando en casa de sus padres, hizo memoria y recordó por un momento que ningún otro hombre que la conociera iría a casa de sus padres y preguntaría por ella.
— ¡Roberto! dijo de pronto sin darse cuenta lo que acababa de provocar.

— ¿el que no paraba de llamar a tu celular?.


— si.
Edward alzó una ceja, no había necesidad de preguntar nada.
— confía en mi, es un amigo, fue mi novio hace muchos años y no... ¡demonios!, esta no era la mejor manera de explicar las cosas,  pensó Ariana
— quiero decir, que desde hace mucho tiempo somos amigos madamas, Ariana le sonrió suavemente esperando que Edward entendiera el punto y al parecer lo entendió ya que al momento suavizó su mirada y le devolvió la sonrisa.

— bien, despáchalo pronto, antes de que salga y lo despache yo — hizo un ademan con su mano. Ariana soltó una risa, Edward había hecho una mueca muy chistosa mientras fingía estar molesto, el hombre que estaba frente a ella cada vez la impresionaba mas, pues estaba tratando con todo su ser, el ser mas paciente y menos celoso en cuanto a su relación, había prometido hablar primero antes de actuar, como solía hacerlo, eso la enamoraba cada vez mas.
Ariana se apresuró a "despachar" a su amigo, no tenia idea de porque la buscaba, sin embargo tenia que arreglarlo antes de que colmara la paciencia de su temperamental prometido. sonrió por esto ultimo era extraño pensar en él de esa manera.
abrió la puerta del porche cerrándola detrás de ella, no quería que entrara ni saliera ningún sonido de su platica o de los comentarios dentro de la cocina, no era algo malo pero no quería ningún problema.
— ¡hola! ¿como estas? hace mucho que no te miraba por aquí, hoy en la tarde te vi bajar de un auto y decidí venir a visitarte. ¿espero no molestarte?.
— no, de ninguna manera - trató de ser amable — es solo que los padres de mi prometido han venido a cenar.
Roberto la miró impactado tal vez no esperaba esa noticia pero Ariana le había prometido a Edward despedirlo rápidamente, no quería ningún problema en casa de sus padres y eso fue lo primero que se le ocurrió.
— ¿tu prometido? ¿vas a casarte? — preguntó el joven sorprendido.

— si, así es — contestó tímidamente.

— bueno... esto... será mejor que me vaya no quiero incomodarte ni a tus invitados. perdón por la intromisión ya nos veremos luego, hasta luego — fueron muchas frases las que dijo juntas y rápidas, y se fue sin esperar a que Ariana le dijera nada.
Algo confundida, entró a la casa, Roberto ni siquiera le dijo el motivo de su visita, eso si era despacharse solo y rápidamente, pensó Ariana aunque se sintió un poco mal por haberle soltado sin mas acerca de su matrimonio.
tal vez hubiera sido mejor haber tenido un poco de tacto a la hora de contarle sobre eso, cuando se dio cuenta ya estaba parada en la puerta de la cocina y todos la miraban expectantes, sonrió sonrojada y se acomodó a un costado de Edward, el le sonrió ampliamente y regresaron a la platica en la cual estaban.
el lunes por la tarde, ya en la oficina, llegaron 5 hombres de traje, muy elegante.
con ellos llego una chica muy conocida.
Samantha entraba con una resplandeciente sonrisa, como siempre, Ariana y Edith los hicieron pasar a la oficina del señor William, esta era muy amplia y estaba muy bien acondicionada, una enorme mesa se encontraba en el centro y sillas reclinables a su alrededor, en cada lugar se hallaba un sobre color paja con algunos documentos, a un lado un vaso con agua. Los hombres se posicionaron dispersos en las sillas, y dio comienzo la junta, antes de que comenzara la reunión Oliver y su hija Victoria aparecieron en la puerta pues también eran parte de los accionistas de la empresa.
victoria miró a Ariana quien estaba de pie junto con Edith, la observaba de arriba a abajo y luego se volteó y se colocó a un lado de su padre. su actuar pomposo no le sorprendió para nada a Ariana ya la había enfrentado anteriormente, no era algo nuevo para ella.
La junta dio inicio. el primero en hablar fue el Oliver.

ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora