capitulo 5 el accidente

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En la semana siguiente, llegó Ariana al trabajo y se tomó un café que había comprado a un lado con su nuevo amigo con el que ya se llevaba muy bien, le llevó uno a su compañera que ya estaba en la oficina.

Minutos después, llegó el señor William y llamó a Edith a su oficina.

— ¿Ari me puedes ayudar a limpiar la biblioteca? hoy no haremos mucho trabajo así que tenemos tiempo — Dijo Edith cuando salió de la oficina de su jefe.

— ¡Si, claro! — Asintió Ariana, y la siguió a la biblioteca.

Comenzaron por quitar los libros de los estantes que estaban acomodados en fila y pusieron una pequeña escalera para poder limpiar la parte más alta de los mismos.

Ariana subió a la escalera para sacudir, mientras Edith acomodaba los libros en la mesita que estaba en la sala.

Ariana bajó el escalón para acomodar los libros que traía en sus manos
pero en un segundo perdió el equilibrio, su pie se atoró en uno de los escalones y al no poder sostenerse de nada, resbaló, llevándose con ella unos cuantos libros encima.

— ¡Ariana! — escuchó la voz de Edward desde la puerta, o solo fue una ilusión de su mente, el hombre jamás le hablaba por su nombre y no estaría en la biblioteca observando lo que las secretarias estaban haciendo.

Luego se estampó en el piso y se golpeó la nuca con uno de los libros que habían caído de sus manos, perdiendo por completo el conocimiento.

Edith soltó los libros y corrió hacia donde estaba Ariana tumbada e inconsciente.
*****

Ariana comenzó a abrir los ojos lentamente y se percató que estaba en un lugar desconocido, se llevó las manos a la cabeza que le dolía y se dio cuenta que traía una venda alrededor de la misma. sorprendida abrió los ojos completamente.

Cuando alguien abrió la puerta.
— ¡Ari!, Por fin — exclamó Edith, entrando en la habitación — perdón no sabía que estaba usted aquí — dijo enseguida desviando la mirada hacía al frente.
Ariana la imitó y desvió su mirada para saber a quién se dirigía Edith.

— Está bien, de todos modos yo iba a tomar un café — dijo Edward quien estaba sentado en un sillón al lado de la ventana, un poco aturdido por haber despertado en la habitación donde estaba Ariana "inconsciente".

Se levantó del sillón precipitadamente.
— ¿Se encuentra mejor? — Preguntó él volteando a ver a Ariana.

— ... sí, gracias, solo siento un poco de dolor — titubeó Ariana tocándose la cabeza
Él no dijo nada más y salió de la habitación.

— ¿desde a qué hora esta él aquí?

— ¿me preguntas a mí? ¡Yo acabo de despertar! ¿Qué pasó? — preguntó Ariana — su voz sonaba como un susurro.

— te caíste de la escalera y te golpeaste la nuca, menos mal que estaba el señor Edward y en seguida te trajo a la clínica. eso fue ayer por la mañana.

Ariana observó todo a su al rededor mareada y aturdida aún por la noticia,
¿llevaba 24 horas inconsciente?
Se volvió a abrir la puerta y esta vez entró una enfermera para cambiar el suero.
Un minuto más tarde entró el doctor  — ¿ya despertó, como se siente? —

Preguntó él acercándose a ella y la comenzó a revisar.

— solo siento un poco de dolor — admitió ella.

— con esto que le van a administrar le dejara de doler y le desinflamara un poco el tobillo — le anunció amablemente.

Ariana volteó a ver su tobillo, que también estaba vendado y un tanto inflamado. Quiso moverlo un poco, pero eso fue suficiente para que doliera haciéndola torcer la boca.
Miró a Edith y ésta hizo un gesto desaprobatorio.

Mientras ponían un líquido en la manguera del suero, la enfermera miró hacia el sillón vacío.

— ¿ya no está aquí el joven que estaba en el sillón?
— preguntó la enfermera.

— ¿Desde qué hora estuvo aquí? — cuestionó Ariana.

— ¡pasó la noche aquí! — contestó la enfermera sonriendo.

Ariana y Edith solo se miraron confundidas.


****

Ese día el sr. Edward ya no regresó a visitar a Ariana, solo Edith pasó una hora con ella cuando salió del trabajo.

Ya habían pasado 2 días del accidente y ya era casi ultimo día que Ariana pasaba en la clínica. No cabía en su cabeza por la sorpresa cuando su madre entró por la puerta, un poco ansiosa.

Se aproximó rápidamente hacia ella para abrazarla, seguida por su papá que se quedó parado a centímetros de su cama.

— ¿cómo te encuentras? — Preguntó su mamá sin alejarse de ella.

— ya estoy bien mamá, mañana me dan de alta.

— vinimos en cuánto pudimos, a tu padre no lo podían dejar venir madamas así, y tuvimos que esperar y apenas ayer pudimos viajar, se me hizo muy
largo el viaje, estaba tan preocupada.

— ¿quién los llamo? ¿Quién les dijo que me encontraba aquí? — los miraba sopesando lo que ocurría. Hace tiempo que no miraba a sus padres.

— una chica llamada Edith. Dijo que era tu compañera de trabajo, en realidad no nos dio muchos detalles sobre la situación.

— ¿cómo fue que ocurrió? Preguntó por fin el padre.

Ariana les contó lo que a ella le habían contado ya qué ella no recordaba casi nada.

—Creo que me golpeé la nuca al resbalar de una escalera — comentó tranquila.

— A tu papá le dieron toda la semana así que nos quedaremos contigo para cuidarte bien, conociéndote eres capaz de irte a trabajar así sea en muletas
— gruñó su madre, observando con escrutinio tobillo.

— Bien, tal vez me recupere pronto, no es como si me lo hubiera quebrado — Sonrió Ariana.
Su mamá solo la miró sin decir nada y soltó un suspiro.

Edith entró a la habitación y Ariana se sorprendió al verla ya que era demasiado temprano para su hora de salida.

— ¡buenas tardes! — saludó la chica al ver a Ariana con compañía.

— ¡buenas tardes! — respondieron todos al unísono.

— el señor Edward me dio la tarde libre — se apresuró a decir.

— ¿Es ella la señorita que habló conmigo el otro día? — Preguntó su madre.

— si ella es Edith, mi amiga y mi compañera de trabajo — anunció con una agradable sonrisa.

— te traje una ensalada de las que acostumbramos comer, no quiero qué la dejes, ¡cómela! —
Ariana asintió, su amiga era una mandona.

Toda la tarde estuvieron platicando y conociéndose. era la primera vez que Edith veía a los padres de Ariana.


*****

Ya por la mañana llegaron a casa. Ariana ayudada por su padre entró a su habitación y se sentó en una silla cerca de la cama, luego sus padres salieron de ahí, dejando a Ariana y a Edith solas dentro.

— El señor Edward me preguntó como seguías — Comentó Edith un poco nerviosa, midiendo terreno.

— ¿le preocupa mi estado mental? — bromeó Ariana.

— a decir verdad, se encuentra desesperado, entra y sale de la oficina.

— ¿de verdad? ¿Y eso por qué?
— no lo sé, pero todos estos días pregunta cómo sigues.

Ariana solo sonrió, eso de alguna manera la alegraba, sentía un ligero hormigueo en el estómago, pero no le tomaba demasiada importancia.

No quería malinterpretar nada. Pero también se sentía confundida. ¿qué era lo que ocurría con su jefe? ¿Porqué de pronto se comportaba de esa manera? ¿acaso estaba preocupado? No, Ariana sacudió su cabeza despejando cualquier absurdo pensamiento.

Toda la semana restante sus padres se ocuparon de ella, su madre se ocupaba de hacer la comida y prepararle el baño como cuando era pequeña.

Edith la visitó un par de veces más. Se le había acumulado un poco de trabajo y había que terminarlo, le dijo en una ocasión.

Una semana después Ariana regresó a su trabajo y Edith la puso al día para
no perder detalle, no quería tener problema alguno con su jefe.









                

ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora