capítulo 8 decepción

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Y ahí estaba Ariana, en los brazos de aquel hombre que la había hecho suya por primera vez. Habían platicado un rato después de estar saciados.

Vaya que su jefe guapo y más cuando dormía.
Esperaba no arrepentirse de lo sucedido pues todo había pasado demasiado rápido.
Por alguna razón no quería que ese momento terminara.
Ariana miró el reloj y se dio cuenta que era muy noche y Edith se daría
cuenta que no estaba y preguntaría donde había estado ¿y Ariana que le
diría?
—  ¿esta despierto? — Preguntó susurrando — me tengo que ir.
—¿ porque? Quédate un rato más — la atrajo hacía él.
— no, Edith preguntará que donde estuve ¿y que le voy a decir?
— dile que estuviste haciendo el amor conmigo — rio
— como cree que le diré semejante cosa — rio también.
— no quiero que te vayas, quiero hacerlo toda la noche contigo Ariana.
Ariana sentía que su corazón se le detendría, de nuevo,  jamás había escuchado
pronunciar su nombre por boca de él, soltó una risa tímida, su jefe le pedía
hacer el amor toda la noche pero estaba mas dormido que un bebé.
— ya se esta durmiendo y yo también tengo sueño ya — Dijo Ariana bostezando, y no era mentira de verdad el sueño comenzaba a vencerla
— un minuto mas — dijo Edward mas dormido que despierto, o tal vez era
la bebida que aún surtía efecto, ya que sus palabras sonaban arrastradas.
Ariana se vistió por fin y se levantó de la cama.
— Mañana nos vemos — dijo él.
— bien, hasta mañana que descanse, lo besó en los labios y Edward jaló de ella y la volvió a tumbar en la cama se volvieron a dar otro beso apasionado hasta que ella lo rompió
Ella no se quería irse de ahí pero tenia que hacerlo. Su compañera notaría su ausencia y la cuestionaría. ¿Como decirle que estuvo haciendo el amor
con su jefe?.
Ariana fue a su habitación, suerte que Edith aún no llegaba, ya era muy noche.

Luego de una hora Edith no llegaba y Ariana no podía dormir, estaba pensando en las cosas
que Edward le había dicho, ella creía odiarlo y era amor lo que en realidad sentía, no sabia como lo había podido confundir. ¿que acaba de ocurrir? ,
aun seguía sin poder creérselo.
Edith entró a la habitación ya muy entrada la madrugada. Ariana cerró los ojos pretendiendo estar dormida para no hablar del asunto, talvez al verla
salir con Edward le preguntaría, así que solo se dispuso a dormir y no decir nada.

El domingo por la mañana Ariana despertó como a las 10 de la mañana, se metió a bañar y al salir Edith ya estaba levantada pero no preguntó nada y se metió a bañar.

Ariana aún no podía creer lo que había ocurrido horas antes en la
habitación de Edward.
Recordó que él le había dicho que estaba hirviendo de celos al verla con Mark y que no quería quedarse con las ganas de saber de que hablaban en
el balcón,
Ariana le había preguntado que porque estaba molesto cuando la llamó a su habitación.
— creí que te habías ido con ese imbécil a la playa, escuché lo que dijo sobre las chicas en bikini y eso me hizo enfurecer, creí que habías desobedecido mis ordenes — le había confesado él.
Todavía creía sentir sus dulces labios, era como si acabase de ocurrir, salió
de su pensamiento cuando sonó el teléfono.
— ¿señorita Huerta puede venir a mi habitación un momento por favor?
— ¿Señorita Huerta? ¿que pasa con esa formalidad? — se preguntó Ariana,
sin decir nada salió de su habitación.

Ariana solo tuvo que tocar una vez antes de que Edward abriera
— me puede preparar un café , no se que tomé anoche aún estoy muy
mareado ¿ que demonios pasó? — dijo  llevándose las manos en el rostro.
— ¿como? ¿ no se acuerda de nada?
— inquirió Ariana.
— no, absolutamente de nada — respondió él aún muy confundido, ¿debería
hacerlo? — agregó
— ahora mismo le preparo el café — anunció Ariana y se dirigió al tocador donde estaba la cafetera, la acomodó en una barra que estaba fuera del baño y en el que había un espejo grande con un lavabo.
Se miró al espejo, en sus ojos empezaban aparecer unas lagrimas, sentía como el corazón se le desmoronaba, sentía su estomago estrujarse. Sus lagrimas resbalaron lentamente.
— Cómo que no se acuerda de nada, pero si no hace ni mucho que... ¿como es posible? , — se pasó las manos por sus ojos para secar las lagrimas, lavó su cara, salió y entregó el café.
— ¿cuanto bebí anoche que aún estoy mareado? Tome que? 4, 5 copas —se decía Edward así mismo.
— la Srta. Lizeth le trajo una Copa después que usted dejó el salón — le comentó Ariana desviando la mirada.
— ¿usted estaba aquí? — preguntó sorprendido.
— si, estaba aquí con usted — le entregó su café
— ¿y Lizeth se quedó aquí?
— no, usted le pidió que se fuera
— ¿ usted también se fue?
— lo siento no sabia que usted estaba tan tomado — confesó apenada. Estaba tan avergonzada en ese momento. La verdad es que ella también se encontraba algo tomada la noche anterior.
— maldita Lizeth — dijo Edward rascándose la cabeza — no se que le puso ala bebida. Yo tolero bastante el alcohol y aun me siento algo atontado.
— ¿entonces de verdad no recuerda nada?
— ¿crees que te estaría cuestionando si recordara algo? — inquirió molesto.
Se quedó un momento en silencio.
— mejor me voy a bañar, talvez eso aclare mi mente un poco.
— si no se le ofrece algo más me retiro.
Edward no contestó solo se fue directo al baño.
Ariana se quedó perpleja al darse cuenta de que Edward la ignoraba por completo, había vuelto aquella mirada pétrea de antes, se sentó en la cama un momento, se puso una mano en la frente, volvió a limpiar sus mejillas, se levantó y se fue aún mas destrozada.
Cuando entró a su habitación, sus pensamientos habían cambiado por completo, cómo podía no acordarse de lo que acababa de suceder, ¿acaso le habló de sus sentimientos solo por el hecho de estar drogado como al parecer lo estaba?, ¿Se había acostado con ella solo por el hecho de estar en ese estado?, ¿Se había ella aprovechado de él? ¿Y ahora como iba enfrentarlo? Bueno si no lo recordaba ¿sería lo mejor no? Así no tendría que dar explicaciones, en todo caso era ella quien había terminado mas afectada, era ella quien se sintió usada y desechada, pero de nuevo, era culpa suya por no pensar y detenerse cuando era obvio que su jefe se estaba comportando algo raro después que Lizeth había dejado la habitación. Además del hecho que no deberían estar teniendo sexo cuando su jefe tenia novia.

Edith entró a la habitación, estaba fuera mientras Ariana preparaba las maletas.
— ¿donde estabas? Cuando salí del baño ya no te vi — preguntó Edith tranquilamente, traía algunas cosas en sus manos.
— fui a hacerle un café al señor Edward — trató de ocultar sus lágrimas.
— ¿anoche saliste con él del salón? ¿Sucedió algo?

Al fin preguntó — pensó Ariana.
— sí, así es, Mark estaba un poco tomado y no se comportó como un caballero y Edward que pasó por ahí lo vio y solo me sacó del lugar.
— ¿que te hizo? — preguntó preocupada.
— no tiene importancia —Suspiró
— eso quiere decir que Edward y tú ya se llevan mejor.
— no, no lo creo — comentó  Ariana desconsolada.
Ya eran las 2 de la tarde y ya había entrado al ascensor cuando Mark detuvo la puerta abruptamente y entró. Ariana se sobresaltó y quiso salir rápidamente.
— ¿puedo hablar contigo Ariana? Su voz sonaba apresurada y quebrada.
— no creo que eso sea posible no hay nada de que hablar — se cruzó de brazos tratando de ignorarlo pero podía notarse su nerviosismo.
— claro que si, tengo que pedirte un disculpa por lo de anoche, estaba tomado, tu estabas muy linda, no quise... no de ese modo,  perdóname, no quiero que te vayas con una mala impresión de mí — Ariana miró en su dirección. Los ojos de Mark parecían sinceros sin embargo ningún hombre por muy tomado que estuviera podía tocarla sin su consentimiento a excepción de su jefe, claro estaba, él bien podía hacerle el amor y luego olvidarlo.
Edith solo miraba de uno a otro sin comprender lo que ocurría.
— está bien solo olvídalo — respondió Ariana con un suspiro, era obvió que ella no iba a olvidarlo.
— ¿ puedo llamarte algún día?
— no, no lo creo
— ¿ por que no?
— solo olvídalo y déjalo así ¿esta bien? solo... déjalo así.
Mark la miró suavemente, no podía decir nada mas, él sabia que solo estaba tratando de deshacerse de él, sus palabras no eran sinceras pero ¿que más había esperado él? Su comportamiento había sobrepasado lo vulgar. ¡Estaba tan avergonzado! ¿Qué hubiera pasado si Edward no hubiera llegado a quitárselo de encima ? ¿De verdad se hubiera aprovechado de ella? Tenia que esmerarse porque la chica lo disculpara y que le diera una oportunidad de mostrarle que no era una cavernícola sin cerebro.
Llegaron a la estancia donde el señor Edward las esperaba junto con el señor William, Edward notó que al lado de Ariana venia Mark e hizo notar su molestia.
Mark despidió al señor William y a Edward.
— hasta luego Edward pronto nos veremos en México para ver la empresa  — estiró su mano expectante
— si claro te esperamos — dudó pero luego le tendió la mano no podía dejarlo con la mano estirada, ahí estaba su padre y además era un cliente, tendría que soportarlo, por ahora.
— nos vemos luego Ariana, que tengas un lindo viaje — le dijo a Ariana.
— gracias, nos vemos — sonrió superficialmente pero no lo miró
— adiós Edith — le dijo también.
— adiós — exclamó una dudosa y muy extrañada Edith y salió seguida por el señor William mientras Edward y Ariana iban un paso atrás.
— Al parecer ya olvidaste lo qué te hizo anoche — Dijo bruscamente Edward
— solo vino a pedir disculpas — dijo Ariana sin querer hablar con él
— y caíste tan fácil — Sonrió con molestia
Ariana lo miró, arqueó la ceja y caminó hacia el auto que ya los esperaba afuera del hotel para llevarlos al aeropuerto. Aquí iba de nuevo ¿como se atrevía?. También se preguntó hasta que punto recordaba Edward de esa noche. Sonrió amargamente y subió al auto.

Nadie habló durante el viaje, estaban bastante cansados para hacerlo.

Al llegar a México salieron del aeropuerto y un hombre los llevó a la empresa donde estaban los autos de los señores.
— vamos a mandar a las chicas a su casa — dijo el señor William.
— Yo las llevaré papá tú vete a casa a descansar, mamá ya ha de estar esperándonos ¿no crees?
—si, no he hablado con ella desde ayer por la noche, no tardes mucho ¿esta bien?
— si, no te preocupes, estaré enseguida con ustedes — le aseguró Edward.
Edward subió a su auto con las dos chicas, pero antes miró a Ariana advirtiéndole que fuera adelante, ella torció la boca y obedeció.

Ariana rogaba en su interior que la dejara primero a ella para no tener ese silencio incomodo mientras iban solos en el auto, o incluso si su jefe le reclamaba por algo que se le ocurriera en el camino. Por supuesto eso no ocurrió.

Después de dejar a Edith en su casa. Y en camino a casa de Ariana le confesó.
— escucha, ya recordé parte de lo que ocurrió y solo te voy a decir, que eso no debió pasar, estaba tomado, drogado, no lo sé, pero tú no debiste estar en la habitación.
Ariana se sonrojó, su vergüenza no podía estar mas elevada. ¡Así que si lo recordaba! Estaba bien creyendo que él lo había olvidado y así ella se liberaba de algo de culpa y no tener que explicarle nada.
— yo no sabia que...
— aún no termino — la interrumpió — yo tengo novia y pronto voy a casarme, espero que esto que sucedió quede solo ahí, no hablaremos jamás del asunto, ¡aún no puedo creer que no salieras de la habitación! esto fue un error, no esta bien que un jefe se envuelva con su secretaria.
¿acaso la estaba culpando de todo? No era del todo inocente pero aun así.

Sentía que el corazón se le aceleraba cada vez mas, ¿como había vuelto tan pronto aquel hombre frío e indiferente?, cada palabra suya la quemaba, quería salir corriendo del auto y no volver a verlo jamás, esto la estaba lastimando demasiado.
Era obvio que había hecho algo malo pero ella no se aprovechó del estado de su jefe, ella no se había desnudado sola ni se había empalado en él, él estaba drogado sí, pero él fue quien dijo que la deseaba, él fue el que la besó, la tocó. Ariana quiso hundirse en el asiento.


Cuando por fin llegaron a su casa, Edward salió para abrir el maletero pero Ariana se apresuró a salir para tomarlas ella misma. De ninguna manera lo dejaría acercarse a su casa.

Tomó sus maletas en silenció y se adelantó hacia su casa sin mirar atrás, ni siquiera espero a ver si Edward se iba, tampoco él soltó una sola palabra ante eso. Si seguía molesto,  ella no lo miró.
cerró de golpe la puerta y fue a su habitación. Se acostó, se tapó la cara con una almohada y soltó un grito destrozada, quería soltar todo lo que sentía, que se fuera lejos, pero era imposible, en toda la noche no pudo dormir, las lagrimas no la dejaron. Porque no pudo gritarle que no era toda su culpa, que él también había participado ¿pero que hubiera ganado ella? ¿Mas reclamos?.








ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora