Pronto pasó un mes en el trabajo y Ariana aún seguía pensando que al señor Edward no le agradaba para nada ya que no le hablaba de la misma manera que a Edith.
o tal vez sería que le tenía menos confianza, aun así, era demasiado tiempo y su jefe seguía igual con ella.Al principio había entendido que era nueva y que su jefe posiblemente era distante con ella porque aun no se acostumbraba a ella, pero ahora le resultaba incómodo trabajar para un jefe el cual la trataba fríamente.
Pero no había nada que pudiera hacer.Tal vez era un tanto exagerada en pensar de esa manera.
Pero algo era seguro, su mirada con aversión y su falta de afabilidad era algo que simplemente no podía negar. prueba de eso había ocurrido esa mañana.
***
Ariana llevó el café de el señor Edward muy temprano. ese día habían ingresado media hora antes de lo habitual porque tendrían una junta más tarde y vendrían algunos clientes para ver la presentación de las nuevas telas.Edward sorbió un poco de café e hizo una mueca de desagrado, volteó a ver a Ariana con el mismo desdén que siempre.
- ¿fue usted quien hizo este café? - Preguntó enfadado, levantando la taza para entregársela a Ariana.
- si... así es, ¿algo está mal? - Preguntó tímidamente.
- Dígale a Edith que me lo prepare, ella ya sabe cómo me gusta.
Ariana no dijo más nada y salió de la oficina con la taza de café temblando en su mano.
Esta vez ella se había molestado bastante ya que el café no lo había preparado ella, si no Edith, solo le había mentido a su jefe para darse cuenta de que él en verdad la odiaba y pretendía molestarle.
Estaba a punto de regresar a su oficina y pedirle una explicación a ese odioso hombre y que le dijera de una vez por todas el porque de su comportamiento.
- ¿Qué pasó? ¿No quiso café el día de hoy?
- ¿Podrías llevarle otro? - pidió Ariana mientras vaciaba el contenido en el lavabo.
- ¿por qué? ¿qué pasó? - cuestionó con asombro.
- Bueno el cree que yo hice ese café y no lo quiso, dice que le hagas uno como a él le gusta - Suspiró Ariana, esto la estaba enfadando aún más.
- no lo creo.
- ¡entonces tú porque crees que lo traigo todo! Alzó un poco la voz.
- Que imbécil - Objetó Edith, ya molesta también.Ariana solo sonrió y negó con la cabeza y se fue a su escritorio, se llevó una mano a la frente soltando un gran suspiro.
Y así tendría que lidiar con eso todo el día - pensó.
Mientras acomodaba unos documentos se quedó pensando, que le había hecho para que actuara de esa manera con ella, no tenía idea de porque la odiaba tanto.
No tenía nada de que quejarse, era buena en su trabajo, jamás faltaba, no llegaba tarde, ¿que había hecho ella para ganarse su desprecio?
en todo ese tiempo que tenía trabajando para la compañía no había tenido ninguna queja.
Aun así, era un cretino.Pero ocupaba el trabajo. Como estaba su situación no podía dejar el trabajo ahora mismo, tendría que esperar de nuevo conseguir otro y no sabría por cuanto tiempo esperar esta vez. Así que debía esperar.
*******
Ya en casa. Salió de bañarse y se miró al espejo que estaba en su habitación pegado en la pared y en el cual podía verse de cuerpo entero.
Ariana era muy bonita. Media 1.70 de altura, era delgada, de cadera pronunciada, piel clara, cabello castaño claro, largo y ondulado, de un brillo espectacular, sus ojos eran color café claro, le gustaba asistir al gimnasio de vez en cuando, le gustaba cuidarse.
Pero el señor Edward ni siquiera volteaba a verla, no es que ella lo deseara, pero aun así le disgustaba que fuera tan indiferente con ella, así que ella se propuso ser igual con él.No es que creyera que él notara la diferencia ya que, en realidad ellos no hablaban mucho.
No le importaba que el señor Edward fuera tan sangrón, Por decirlo de alguna manera. Ella solo iba a trabajar no a quedar bien con él, era cuestión de acostumbrarse a su manera de ser.
Aunque eso le resultara difícil, obviamente tendría que tratar con él, después de todo era su jefe, no iba a mandarle recaditos con Edith, tampoco le llevaría al señor William los papeles que por fuerza tenían que ir firmados por Edward.Tal vez Edward si se dio cuenta de que ella era indiferente con él, porque tampoco lo miraba de frente cuando se refería a él.
el café ahora se lo llevaba Edith, también se sentía en el ambiente cuando comían todos juntos en la biblioteca.Cuando el señor William encargaba comida china para todos y se sentaban en la pequeña sala de la biblioteca.
Ariana se mantenía callada y no miraba en su dirección
Luego de transcurrir dos semanas, ambos seguían con indiferencia y se hablaban con indiferencia.Aunque no parecía notarse se podía sentir en el ambiente.
Ariana solo trataba lo importante, cualquier otra cosa la consultaba con Edith.
También Edith se daba cuenta, pero no quería entrometerse, era algo que debía salir de Ariana y ella respetaba el hecho de que aún no le contara, tal vez en algún momento lo haría.
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ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)
RomanceAriana es una chica de 25 años. Trabajadora y muy responsable Un día cierra la empresa en la que trabajó durante tanto tiempo y se ve forzada a buscar un nuevo empleo. Ahí conoce al frío de su jefe, cuyo hombre tiene constantes cambios de humor. Sin...