El lunes por la tarde en la oficina. llegó Samantha saludando a ambas chicas, preguntó por el señor William y al saber que si estaba, entró a la
oficina.
Después de un rato ambos entraron a la oficina de Edward y estuvieron encerrados por mas de media hora.
Al salir, Samantha invitó a las chicas a comer ya que casi era la hora que acostumbraban salir.
Ambas aceptaron encantadas, la compañía de Samantha resultaba muy agradable para Edith quien tenia más tiempo de conocerla y le había
contado a Ariana como era ella.
Así Ariana pudo conocer un poco de aquella chica y no tardó mucho en darse cuenta de su personalidad pues después de un rato ya estaban platicando como las tres mejores amigas.
Edward se paró en la puerta de la terraza y pidió a Ariana entrar un segundo a su oficina.
- ¿ahora que hice mal? - se preguntó Ariana, pues no tenia buen semblante la cara de su jefe.
Fue enseguida a su oficina, en cuanto puso un pie en ella Edward cerró la puerta y la jaló hacia él, envolviéndola en sus brazos , le plantó un dulce y placentero beso que hizo a Ariana quedarse sin aliento.
Edward la había tomado por sorpresa que casi no tuvo tiempo de reaccionar, en el momento sintió que sus débiles pies temblaban ante la emoción pues los dulces labios de Edward la atrapaban por completo haciendo que su corazón latiera aceleradamente.
hacia que se olvidara por completo de todo, en ese momento no había nada ni nadie, solo ellos dos, en un lugar oscuro donde nadie podía molestarlos. Ambos encerrados en una pequeña burbuja impenetrable.
No había ningún sonido mas que chasquido que sus labios hacían con el movimiento lento de sus besos.
Al fin se separaron para poder tomar aire. En un movimiento fugaz de los ojos de Ariana pudo ver a lo lejos que en el cesto de basura estaba un ramo de flores el cual bien sabía que no eran para Edward.
- ¿también recibes flores? - dijo Ariana sonriendo sarcásticamente apartándose un poco de él.
- ah, son del imbécil de Mark - desvió la mirada hacia el cesto de basura dándose cuenta que lo había pillado.
Ariana rio por lo bajo - ¿no sabia que era tú pretendiente?
- muy graciosa, sabes perfectamente que no eran para mi.
- por lo menos me gustaría saber cuando me las manda - dijo Ariana aún sonriendo
- para que quieres saber, solo dile que deje de mandarlas, ¿o es que aun sales con él? - Se tornó serio
- ¡claro que no!, hace mucho tiempo que no hablamos , pero aún así me gustaría saber cuando las mandó para hablar con él.
Edward desvió la mirada nuevamente.
- esta bien ya te puedes retirar - dijo en un tono serio.
- ¿ estas molesto? - preguntó con un tono dulce no muy propio de su personalidad.
Edward amplió una sonrisa, una que Ariana jamás había visto.
- no , no estoy molesto, solo no quiero que se sigan frecuentando - dijo casi en susurro
- esta bien, hoy mismo hablare con él.
Edward sonrió e hizo un ademan con la mano para que Ariana se acercara, volvió a besarla pero solo toco sus labios y le susurró al oído.
- no me des motivos para ponerme celoso - la alejó de él y le dijo nuevamente serio - ya te puedes retirar.
Ariana sonrió ante lo ocurrido pues su pensamiento y su cuerpo actuaban de manera completamente diferente, era un hombre increíblemente, raro pero a la vez le encantaba esa rareza.
Al salir de la oficina volvió con las chicas, aun llevaba impregnado el perfume de su jefe y sentía los labios hinchados.
esperaba que no fuera tan notorio, se llevó uno de sus dedos delicadamente a sus labios.
Aún sentía el sabor de los besos de Edward, realmente sabia como hacerla sentir bien aunque fue rápido y repentino, ese beso le encantó.
Cuando llegó donde las otras chicas estaban, trató de estar lo mas tranquila posible, sabía que Edith la entrevistaría.
no le molestaba, pero a veces de sentía bajo la lupa con sus preguntas tan explícitas que la hacían sonrojarse demás, esperaba que no cuestionara en ese momento, porqué no sabría que responderle en frente de Samantha.
- bueno a lo que vine - habló Samantha - éste fin de semana mi padre dará una fiesta y ustedes no me pueden faltar, son de las pocas chicas que conozco y no pienso recibir un no por respuesta.
- Aún no me acostumbro a estar aquí y no me gustaría pasar la velada con gente mucho mayor que yo, a la que solo le interesa hablar de su dinero.
Todos los miembros de su familia a pesar de ser adinerados no les gustaba
presumir en lo más mínimo, ni tampoco acostumbraban subestimar a nadie.
Sabían que ellos habían llegado desde abajo y siempre tenían los pies bien puestos sobre la tierra.
- bien, cuenta con nosotros - respondió Edith
- si claro que si - la siguió Ariana que aún estaba distraída, pues estaba pensando en que tenía que hablar con Mark para pedirle de buena manera que dejara de mandarle flores.
El problema era, que explicación le iba a dar, no podía decirle simplemente, deja de llamarme y mandarme flores.
- bien las espero allá, ahora tengo que irme aún tengo una diligencia, sin mas se despidió de las chicas y bajó las escaleras.
Cuando se perdió de vista, Edith miró de reojo a Ariana, la miró tan distraída que no dudo un preguntar.
- no tienes que contarme si no quieres.
- claro que voy a contarte, de todas maneras volverás a preguntarme mas tarde.
Edith amplió una gran sonrisa y Ariana la imitó. su amistad cada vez había crecido más al punto de contarse casi hasta el más mínimo detalle.
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ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)
RomanceAriana es una chica de 25 años. Trabajadora y muy responsable Un día cierra la empresa en la que trabajó durante tanto tiempo y se ve forzada a buscar un nuevo empleo. Ahí conoce al frío de su jefe, cuyo hombre tiene constantes cambios de humor. Sin...