Un hombre alto, Moreno y de mirada desconsolada estaba postrado en el umbral de la puerta principal con un arma en su mano apuntando hacia el techo.
Este buscaba algo sin decir palabra, al parecer estaba bastante bebido ya que se tambaleaba un poco y sus ojos estaban rojos y desorbitados,
aunque eso no ocultaba el hecho de que estaba molesto.
Ariana sintió unas manos tomarla del brazo y antes de que articulara nada estaba siendo jalada hacia afuera.
Una vez fuera de la casa se dio cuenta que era Edward quien la había tomado del brazo y la había arrastrado fuera, estaba agradecida de que fuera él y no un desconocido.
— ¿que sucedió? — preguntó inquieta y asustada, su corazón estaba acelerado, sus labios estaban secos, ni siquiera recordó que estaba molesta con Edward, se suponía que no quería hablar con él.
— después te explico ahora tenemos que irnos — Respondió rápidamente sin soltarla del brazo.
— ¡espera!¿donde esta Samantha y tus padres? — miraba para todos lados.
— Ellos ya se han ido en el auto, por suerte estaban cerca de la salida de la casa y les pedí que se fueran.
— Nosotros tendremos que irnos caminando, el tipo del arma no esta solo, llegó en una camioneta con otros sujetos , no es seguro ir por la parte de enfrente , hay que darnos prisa y salir de aquí.
La volvió a jalar y comenzaron a caminar por la orilla de la carretera. Para su mala suerte la lluvia comenzó a caer mas fuerte y ninguno traía con que cubrirse.
— ¿quienes eran esos tipos? — preguntó Ariana mientras caminaban rápidamente.
— no lo sé, solo alcancé a escuchar a mi prima decir que él no tenia porque estar aquí. Tal vez ella lo conocía.
A lo lejos se alcanzó avistar una pequeña luz que poco apoco se hacia mas grande, parecían las luces de una camioneta.
Edward se metió entre los grandes pinos jalando a Ariana con él, se escondieron detrás de un árbol mientras la camioneta pasaba a gran velocidad por la carretera.
— que gran momento de arruinar una boda, se supone que debería llegar antes de que diga si, acepto — dijo Ariana riéndose de la situación.
Edward se percató de donde habían quedado, que mejor momento que ese, pensó. Sus miradas se encontraron, estaba muy oscuro pero aun así podían distinguirse un poco.
Ariana no tenia a donde moverse Edward la tenia aprisionada contra el árbol, estaban en medio de la nada y para empeorar las cosas, no había dejado de llover.
— me parece que no hay mejor momento para hablar, aquí nadie puede interrumpirnos — expresó Edward mientras sonreía, Ariana alcazaba a distinguir ese sonido que hacia cuando reía.
Comenzó a removerse en su sitio aunque le era casi imposible pues se estaban encajando los tacones en la tierra que se estaba convirtiendo en lodo por la lluvia.
— ¿que es lo que quieres de mi? — le gritó. Casi al borde de las lagrimas. No de nuevo — pensó.
— te quiero a ti — le contestó en el mismo tono haciéndola callar.
Ariana no pudo decir nada, lo que escuchó la hizo sentir un escalofrió en todo su cuerpo, aunque estaba fría por la lluvia sintió un calor en su estomago.
— no quiero a nadie que no seas tú — continuó — no te das cuenta que he venido hasta acá solo para hablar contigo. He deshecho mi compromiso con Victoria dos veces por ti, ella no me interesa — se que suena cursi, pero no dejo de pensar en ti día y noche y créeme que he intentado dejarte ser libre y seguir con mi vida, pero simplemente no puedo, no me hago a la idea de estar lejos de ti — recargó su frente sobre el hombro de ella derrotado — demonios Ariana te quiero tanto. Porque no puedes darte cuenta.
— lo que no entiendo es porque rompiste 2 veces con Victoria si según tú ya habían terminado hace tiempo, luego salen con que se iban a casar — agradecía que no se apreciara mucho en la oscuridad pues su rostro lo sentía caliente debido al sonrojo.
— Victoria convenció a su padre y él amenazó con deshacer la sociedad con mi padre ¿recuerdas a lizeth?.
— como olvidarla — recordó con molestia.
— ella se encargó de que su padre y tres compradores más no firmaran el contrato de compra después de lo ocurrido en Cancún. Por ese motivo bajaron las ventas en considerable numero y si deshacíamos la sociedad con el padre de Victoria en ese momento. Eso representaría la ruina para mi padre, yo simplemente no podía permitir eso. La empresa ha sido todo para mi padre y por mis errores se iba a terminar. Así que por eso accedí a casarme con Victoria.
— y entonces ¿como fue que terminaste nuevamente tu compromiso? — Ariana Comenzó a entender sus razones y trató de comprenderlo. Estaba dispuesto a hacer todo por su familia, pero aún así no podía perdonarlo.
— mi padre habló con los socios minoristas y ellos le dijeron que lo apoyarían del todo.
— Así que fui a los Ángeles para arreglar el asunto con el señor Oliver, a él no le convenía deshacer la Sociedad pero Victoria lo estaba presionando, así que tuve que recurrir a contarle sobre los amoríos de su hija, como Oliver bien conoce a su hija sabia de antemano sobre su relación con el hermano de Lizeth, no tuvo mas remedio que desistir.
— ¿ y que hacia victoria esta mañana en casa de tus padres?
— escuchó hablar a Samantha cuando me dijo que estabas aquí, es por eso que vino a pedirme una explicación, cuando le dije que había hablado con su padre y que estaba enterado sobre su relación no supo que decir. La verdad es que no me importa con quienes tenga sus amoríos, hace tiempo que dejó de importarme.
Ariana estaba impactada, no sabia que responder. su jefe, El hombre al cual nunca dejó de querer, estaba parado frente a ella expresándole sus sentimientos. El mismo que una vez se portó tan indiferente y frio con ella. El mismo que una vez creyó odiar.
— ¿no vas a decir nada? — preguntó Edward impaciente.
.- no... no sé que decir — Respondió tímidamente, en medio del frio y su nerviosismo, su cuerpo no paraba de temblar.
— no te das cuenta que me tienes vuelto loco, dime algo — Estaba temblando a causa de los nervios y mojado entre la lluvia que no paraba, no ayudaba mucho, al parecer se hallaba igual que ella.
— te quiero mas que a nada — soltó ella entre sollozos. Comenzaba a odiarse por el simple hecho de llorar por todo y darse por vencida, había decidido no perdonarlo pero sus sentimientos eran tan fuertes y contra ellos, simplemente no podía.
Edward sonrió ampliamente, relajando su cuerpo la tomó de la cintura, la atrajo hacia él y con una mano levantó lentamente su rostro, que todo el tiempo había permanecido cabizbajo y le dio un tierno beso.
Ariana no se lo devolvió en un principio, pero se engañaba a si misma, hacia tanto tiempo que no sentía esos labios, ¡rayos! los deseaba tanto.
Sintió la lengua sobre el borde de su labio inferior que no pudo contenerse y le concedió el permiso, se sentían tan carnosos qué no dudó en morderlos, sacándole un pequeño gemido.
Estaban fríos por la lluvia pero seguían siendo dulces, nunca pensó que llegaría a desear tanto los labios de alguien. Podía pasarse la eternidad pegada a ellos.
Permanecieron un largo rato besándose, sintiendo el calor de su boca uno del otro, entregándose al deseo unos instantes, Parecían unos jovencitos dando su primer besos, se sentían insaciables.
Lo estaban disfrutando tanto, que ni siquiera les importó que aún seguían bajo la lluvia.
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ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)
RomanceAriana es una chica de 25 años. Trabajadora y muy responsable Un día cierra la empresa en la que trabajó durante tanto tiempo y se ve forzada a buscar un nuevo empleo. Ahí conoce al frío de su jefe, cuyo hombre tiene constantes cambios de humor. Sin...