Días antes
Edward con pesadez dejó su portafolio sobre la mesita del recibidor y cayó con todo su peso sobre el sillón. Recargó su espalda y su cabeza hacia atrás. Y pasó sus manos sobre su cabello, De pronto entró su hermana menor por una de las puertas que daba al jardín de la casa.
— hola Edward por fin llegaste! — sonrió entusiasmada.
— si, voy llegando — le regaló una sonrisa mientras la chica se sentaba a su lado. Ambos eran jóvenes y se llevaban muy bien, Edward era un hermano muy protector y dulce con ella.
— ¿ y como esta Edith? — preguntó.
— bien, ha encontrado una buena compañera y ahora son inseparables.
Sabía que Edith era mujer pero aún así se sentía celoso por el hecho de verla tan cerca de Ariana.
Tal vez era un poco exagerado, las chicas siempre son así después de todo — pensó. No eran celos solo era envidia, pues él no podía estar tan cerca de su secretaria como lo estaba Edith.
Él moría por saber lo que su secretaria pensaba de él, pero por supuesto que no se lo preguntaría.
Después de juguetear un poco se fueron a la cocina. Y sentados ya todos comenzaron a cenar, la mamá de Edward fue quien rompió el silencio.
comenzó a preguntar por la tía de ellos quien era su hermana y que estaba cuidando de Samantha mientras estaba en el extranjero, no es como si fuese una niña pero su madre siempre trataba de protegerla.
Samantha le platicaba como era que salía de vez en cuando con ella. Su tía no era muy mayor así qué se llevaban bastante bien y Samantha era una persona muy amistosa, platicaba con cualquiera con quien estuviese en el momento.
— ¿y como esta Oliver? Hace tiempo que no he tenido oportunidad de platicar con él.
— bien papá, te manda muchos saludos, esta muy contento ahora que la empresa va en ascenso,
— Dijo que tenias que ir en un par de meses porque hace falta que te reúnas con unos clientes importantes, tampoco ha tenido tiempo de comunicarse contigo, hemos estado muy ocupados.
El señor asintió y se levantó de la mesa seguido por su mujer una vez terminada la cena.
Samantha miró a Edward que estaba mucho muy pensativo, no había cruzado palabra durante la cena.
Ella lo conocía a la perfección a pesar de no verlo tan seguido, no iba a quedar tranquila hasta saber que era lo que agobiaba a su hermano.
******
Muy temprano Edward escuchó que alguien se adentraba a su habitación y recorría las cortinas de los ventanales para luego sentarse en la orilla de la cama.
— me gustaría que vinieras conmigo a jugar un poco de tenis — dijo Samantha removiendo el cuerpo de Edward para que despertara.
— no, hoy no, quiero descansar — respondió rascándose los ojos.
— por favor, vamos Eddy hace mucho que no jugamos y hoy no tengo ganas de pasar encerrada todo el día en casa.
Edward sin mucho interés se levantó y se dirigió al baño antes de cerrar la puerta le dijo a Samantha sin voltear a verla.
— dame 20 minutos y estoy listo — Dicho esto entró y cerró la puerta.
— ¿dime que te ocurre? has estado muy pensativo no es normal de ti actuar así — Preguntó Samantha después de haber jugado un rato y haberse sentado en unas bancas.
— no es nada es solo el trabajo.
— el trabajo no va tan mal así que sé de sobra que no es eso lo que te tiene así.
— ¿desde cuando me conoces tan bien he? — sonrió abiertamente.
— siempre te he conocido bien, así que dime que es lo que te trae así.
Edward conocía también muy bien a su hermana y sabia que no se detendría hasta tener una respuesta convincente además si no soltaba lo que traía, pronto su cabeza explotaría. Después de tanto insistirle decidió confesar.
— es mi secretaria — dijo al fin apenado desviando la mirada.
— ¿tu secretaria? ¿ que tiene tu secretaria? — preguntó inquieta
— me trae vuelto loco — estiró su cabello
— ¿así que es eso? — Samantha soltó una risita pícara — ¿cual es el problema? — preguntó tranquila.
— ¿que cual es el problema? El problema por si no lo has notado, es que aún estoy saliendo con victoria.
— Tú que crees que dirá papá si le digo que me siento atraído por mi secretaria y mas mamá con lo exigente que es, no creo que ella quiera que termine en una relación con mi secretaria.
— No creo que ellos lo tomen a mal — dijo la chica relajando su cuerpo acomodándose mejor en la banca y continuó — nunca han juzgado a las personas por eso, ella igual puede dedicarse a vender flores y ellos no pondrían ninguna objeción , si tú de verdad la quieres. Además se nota a kilómetros que tu por Victoria ya no sientes nada, hasta ella lo ha notado ¡por dios!.
— Es difícil. No la he tratado muy bien que digamos, he tratado hasta lo imposible por no sentir nada al estar tan cerca, pero no he logrado conseguirlo.
— Lo único que logro es enamorarme aún más y por si fuera poco entregó solicitud en otra empresa y no sé si dejara el empleo, tengo miedo de que se vaya y no vuelva a verla mas y para el colmo esta el idiota de Mark tras ella ¡con lo que odio al tipo!
— ¿Mark no es uno de sus clientes? — Preguntó
— sí, así es — respondió
— tu te llevabas demasiado bien con él ¿o no?
— ya no más, no desde que pretende a mi secretaria — apretó su mandíbula.
Samantha trató de reír pero desistió, no quería molestar mas a su fatigado hermano.
— habla con ella entonces y de lo que sientes, tal vez ella sienta lo mismo por ti — Atinó a decir.
— talvez me odie ya por como la he tratado, hasta yo mismo me he odiado por eso, he sido un maldito cretino con ella.
— ¿que tanto le has hecho Para que te odie? — alzó la ceja
Edward con toda la confianza que su linda hermana le brindaba le contó todo lo que hacia y decía para ofenderla de vez en vez. Tratando de desquitar su frustración por sentir por ella lo que se negaba a aceptar.
también le contó lo que había ocurrido en aquel viaje y lo que había dicho después de haberlo hecho con ella, claro evitando contarle los detalles, además de contarle cual indiferente se había estado comportando. Ya ni el mismo lo podía creer. Mark había sido un caballero comparado con él.
Samantha tampoco podía creer que su hermano siendo tan bondadoso fuera capaz de tratar a una mujer de esa manera y más aún, estando enamorado, como él decía estarlo. Simplemente no era elocuente.
— ¿Fuiste capaz de hacerle todo eso a esa pobre mujer y no salió huyendo?,
tal vez. De verdad te ama, otra en su lugar te deja el empleo botado y no la vuelves a ver jamás — dijo la chica irritada
— eso es lo que está a punto de hacer — dijo Edward pasando sus dedos por entre sus cabellos.
— creo que deberías hablar con victoria, con papá y con tu secretaria y aclarar las cosas con ellos y dejar de estar pensando y haciendo que tu frente se arrugue, pon en claro tus sentimientos —Samantha puso dos dedos en la frente de su hermano, deshaciendo así su ceño fruncido.
Edward soltó un suspiro. Su hermana tenia razón.
*******
Esa misma tarde habló con victoria cuando fue a su oficina, no lo tomó de la mejor manera, incluso le montó una escena pero él ya la conocía a la perfección, no caería esta vez.
El día que su padre se enteró del asunto le pidió que fuera a su oficina después de haber comido y no tuvo mas remedio que sincerarse con el, y decirle lo que en realidad sentía y lo que pasaba por su pensamiento.
Su padre lo apoyó, de ante mano el conocía muy bien a Ariana, conocía muy bien su trabajo y sabía que su hijo hacia una buena elección.
Ese mismo día se enteró que a Ariana le habían hablado de la otra empresa y el coraje y la frustración no lo dejaron pensar con claridad.
Tenia que cambiar eso y pronto si no nunca lograría entenderse con Ariana.
Incluso trató de hablar con ella durante la comida pero su orgullo simplemente no lo dejó pedirle que no dejara el trabajo, que no lo abandonara a él.
Por la noche estaba dispuesto a hablar con ella y aclarar unos cuantos puntos. Fue a su casa a tratar de negociar, pero al verla en esa bata casi desnuda, con el olor de su piel mezclada con su shampoo le nublaron por completo los sentidos.
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ME ENAMORÉ DE MI JEFE ( CORREGIDA)
RomantizmAriana es una chica de 25 años. Trabajadora y muy responsable Un día cierra la empresa en la que trabajó durante tanto tiempo y se ve forzada a buscar un nuevo empleo. Ahí conoce al frío de su jefe, cuyo hombre tiene constantes cambios de humor. Sin...