2

650 90 164
                                    

Seis meses atrás...

- Xavier. Estoy confiándote una gran oportunidad. Si lo logras, ganarás un ascenso. Si lo arruinas, tendrás que conseguir una caja para llevarte todo cuando seas despedido. - Su jefe sonrió con esa sonrisa escalofriante que Charles tanto odiaba, y él se obligó a asentir con el corazón latiendo a toda velocidad.

Tenía frente a sí la oportunidad de pasar al siguiente nivel en su trabajo, y de demostrar que era totalmente capaz de ganar todo por su propio esfuerzo.

Necesitaba obtener esa entrevista.

- Lo haré, señor. ¡No le fallaré! -

Sebastian Shaw ensanchó aún más su siniestra sonrisa, y Charles rogó por dentro que el tal Erik fuese un ser amable, que cooperase con su trabajo.

                     *        *        *

Dos horas después, Charles inspiró profundo, y tocó el timbre que indicaba la dirección que le había pasado su jefe.
Se pasó la mano por el cabello, para acomodarlo, y trató de relajarse para dar la mejor primera impresión que pudiese.

Realmente tenía que caerle bien a ese tipo.

Sin embargo, cuando la puerta se abrió, lo único que pudo divisar Charles, fue a una pequeña niña mirándolo con ojos desconfiados

Con su cabello largo y sus ojos verdes, parecía una pequeña brujita.

- Buen día pequeña. Estoy buscando a Erik Lenhsherr... - Anunció con una sonrisa, mientras la niña seguía observándolo seriamente.

- ¿Eres otro paparazzi molesto? - Repuso enojada, sosteniendo con fuerza el picaporte de la puerta.

Charles dejó escapar un suspiro, y realmente sintió pena de que la pequeña estuviese tan a la defensiva.

Erik Lenhsherr era un autor muy famoso, pero le rehuía a las cámaras y a las entrevistas. Su casa, de hecho, era bastante modesta para alguien que vendía puros best-seller.
Sabía que eso iba a ser un problema para su propio trabajo, pero de alguna manera respetaba al hombre.

- No, cariño. No soy un paparazzi. Pero necesito hablar con él. ¿Crees que puedas llamarlo? - Volvió a intentar, con una sonrisa. Y tras un titubeo, la pequeña cerró la puerta en su cara.

Charles no estaba seguro si eso había sido un sí, o un "Púdrete", pero por si acaso decidió aguardar un poco más.

No podía rendirse tan fácilmente. Toda su vida la había pasado tras la sombra de otros. Era momento de demostrase a sí mismo que podía ser bueno en lo que hacía, sin ayuda de nadie.

Necesitaba ese ascenso.

Un minuto después, cuando estaba por volver a tocar el timbre, la puerta se abrió, y un hombre alto y desalineado lo miró desde el umbral.

Sus ojos verdosos eran lo único que destacaba entre su cabello despeinado, y su barba crecida. Y aunque sus labios estaban fruncidos en señal de molestia, algo dentro de Charles le dijo que era un buen hombre.

- Buenos días. Mi nombre es Charles Xavier. ¡Es un gusto conocerlo! - Se presentó, haciendo una extraña reverencia, y tratando de sonreír lo mejor que pudo.

Erik siguió mirándolo seriamente, sin decir una sola palabra.

- Estoy al tanto de que usted no da entrevistas... pero vengo de la Revista-...

- Olvídalo. No te daré ninguna entrevista. Largo de aquí. - El hombre estaba por voltear, pero Charles se adelantó y lo sujetó del brazo.

No podía dejarlo ir.

Mi chance eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora