Mi chance eres tú

8

Charles sabía que ver a Logan tendría sus consecuencias. Después de todo, Peter no lo había dejado por falta de amor. Pero ahora mismo, viendo al chico perdido totalmente en sus pensamientos y suspirando cada dos segundos, tenía ganas de cruzarse al imbécil y patearle el culo.

¿Por qué demonios no podía aceptar su inminente paternidad?
Era evidente que amaba a Peter, y si tan sólo fuese partícipe de la vida intrauterina de su hijo, podría terminarse encariñando con el bebé.

Incluso él que había perjurado no pensar más en hijos, había sentido algo extraño dentro suyo cuando había ido junto a Peter y Erik a la última ecografía.
El latido del bebé sonando por toda la habitación, esa cosita tan pequeña con vida...

Si tan sólo Logan hubiese experimentado algo de todo aquello, estaría rendido a los pies de Peter y su hijo y no jugando al padre ausente con problemas para el psicoanálisis.

- ¿Por qué ese seño fruncido? - Erik preguntó preocupado, sacándole el cuchillo de la mano.

Eso definitivamente fue una buena decisión, porque con el enojo que tenía, era probable que terminase cortándose un dedo.

- No puedo entender a Logan. Me pone histérico pensar que se está perdiendo la oportunidad de formar una familia con la persona que ama, cuando es evidente que se muere por hacerlo pero es un imbécil cobarde.

- Yo no podría estar más de acuerdo contigo. Y eso que no he sido el padre ejemplar. Cuando me enteré que Magda estaba embarazada de Wanda... bueno, no me enorguellezco de mi actitud. - Erik explicó algo avergonzando, sentándose en la silla de la cocina.

Era la primera vez que hablaba de su esposa, y Charles decidió aprovechar la oportunidad para saber más sobre él.

- ¿No querías ser padre? - Preguntó con curiosidad, sentándose frente a él.

Erik sonrió con tristeza, como si estuviera evocando viejos recuerdos.

- No es que no quería. A diferencia de Logan yo sí quería tener hijos algún día. Pero no en ese momento... 

Charles asintió comprendiendo el punto. Había estado en una situación parecida, con la única diferencia que su pareja le había mentido. Jamás había querido hijos en lo absoluto.

- ¿Y qué hiciste cuando ella te lo dijo? - 

- Hice lo que cualquier imbécil haría. Huí diciéndole que tenía que pensar sobre el asunto. -

El rostro de Erik estaba inundado de culpa, y Charles extendió su mano para tomar la de él.

- Al menos regresaste. - Le dijo, a modo de consuelo. 

Quizás no había tenido la mejor primer reacción, pero Erik era un padre dedicado a su hija, y eso era más de lo que Charles había visto hacer a otros.

Ojalá Logan tuviera un segundo tiempo, y se decidiera a volver.

- Sí, regresé. Pero ella ya había sufrido lo suficiente. A veces me gustaría volver el tiempo atrás y hacer las cosas de otra manera...

Charles pudo percibir la tristeza que emanaba de Erik, y su corazón se encogió un poco al verlo así.

- Ella debe estar orgullosa del grandioso padre que eres hoy, Erik. No te castigues por tu pasado.

- Me gusta pensar que así es. - El hombre repuso con una triste sonrisa. - Ella se fue demasiado pronto. No sobrevivió al parto de Wanda. - Confesó con dolor.

Charles pudo imaginar a Erik solo, con su pequeña recién llegada al mundo, y el dolor de haber perdido a su esposa.

¿Por qué la vida era tan injusta a veces?