Mi chance eres tú

17

Charles salió de la consulta médica sin estar seguro de cómo sentirse.
Si le hubieran dicho que estaba embarazado una semana atrás, cuando Erik y él parecían estar de luna de miel, probablemente se hubiera sentido un poco más feliz y seguro.
Pero hacía una semana que Erik se comportaba extraño. Distante, reservado, como en el primer tiempo en que había empezado a trabajar en la casa.

Por más de que lo pensara una y otra vez, no podía encontrar una explicación lógica a su comportamiento.
¿Se habría aburrido de él?

La mera idea le dolía como pocas cosas, ¿pero qué otra explicación podría haber?

La otra opción que se le ocurría era que se hubiese asustado de lo real que estaba siendo todo entre ambos.

Por más de que no quisiera, tendría que hablar con él. No podía seguir suponiendo de esa forma.

*    *     *      *     *

- Papi... ¿Estás enfadado? - Wanda preguntó con un gesto de preocupación en su rostro.

Erik dejó de lado el cucharón con el que estaba cocinando y decidió enfocarse en su hija.

¿Tan evidente estaba siendo que hasta su pequeña lo notaba?

- ¿Por qué crees eso? - Replicó, intentando evadir la pregunta.

Su hija no demoró demasiado en hablar.

- Pues porque hace días estás de mal humor y parece que algo te tiene enojado. ¿Es por Charles?

A veces se preguntaba por qué Wanda había tenido que heredar su frontalidad.

- No, hija. Sólo estoy preocupado por una fecha límite que me ha puesto mi editor.

Wanda lo observó por lo que a Erik le pareció una eternidad, y finalmente asintió.

- Entiendo. Pero no seas frío con Charles. O se buscará a alguien más romántico y nos dejará.

Erik hubiese querido reír, pero el nudo que tenía en el estómago hace días no se lo permitió.

- Tú preocúpate por tus tareas. Deja que los adultos resolvamos el resto. - La reprendió con dulzura, volviendo a su tarea de cocinar.

- Lo hago. Pero a veces veo que los adultos son muy tontos y sólo empeoran las cosas.

La niña volvió a su dibujo, ajena a la punzada que acababa de darle en el pecho.

Sabía que era cierto, pero también sabía que ser adulto conllevaba una enorme responsabilidad. Especialmente cuando uno se relacionaba emocionalmente con otros.

Wanda no entendería ni aunque se lo explicase.

Tendría que hablar con Charles cuánto antes.

Era lo mejor para todos.

*             *            *            *          *

- Algo malo va a pasar. - Peter anunció de manera criptica durante el desayuno.

Logan lo miró alarmado.

- ¿Te sientes mal? - Preguntó con preocupación, mientras Peter jugaba con su tostada sin probar bocado.

- No. Pero mi hermano está extraño, y tengo ese presentimiento. - Respondió monótono, mientras Logan dejaba salir un sonoro suspiro.

- Peter, bebé, no seas dramático...

- ¡No soy dramático! Mi hermano tiene la insana costumbre de boicotearse a sí mismo. ¡Estoy seguro de que ese viejo loco le dijo algo a Erik sobre Charles! Y ahora tirará todo por la borda.