6

374 59 52
                                    


- Acompáñame Logan. - Peter ordenó, ignorando las protestas de su hermano.
Sabía que Erik armaría un escándalo, pero las palabras de Charles habían quedado rondando en su mente y la ansiedad le había ganado.

Necesitaba escuchar en palabras de Logan lo que pensaba de su hijo.

Subieron las escaleras en silencio, y una vez que cerró la puerta, volteó hacia su pareja, mirándolo de frente.

Logan se veía cansado, ojeroso, sin su habitual actitud desafiante.
A Peter se le encogió un poco el corazón al verlo así, aunque sabía que su imágen no era precisamente la mejor tampoco.

- Mi amor... - Logan lo tomó de los hombros, y lo atrajo hacia sus fuertes brazos.

Peter sintió que volvía a respirar. Se sintió contenido, amado, y por un breve momento se permitió devolver ese cálido abrazo que tanto había añorado en las semanas que no se habían visto.

- Te extrañé... - Peter se permitió murmurar con ternura, mientras Logan besaba su frente.

Todos creían que él era frío, apático, poco amoroso. Y lo cierto que es Logan era el hombre más dulce que él hubiese conocido jamás.

- Yo también, cariño. -  Su pareja repuso cerca de su oreja, y sus labios acariciaron su mejilla y rápidamente alcanzaron sus propios labios, y Peter se encontró siendo besado por Logan.

El beso comenzó suave, delicado, como si sus labios se estuviesen conociendo por primera vez, pero Logan escaló rápido, moviéndose con más desesperación, besándolo con necesidad, con hambre. Y Peter se dejó arrastrar por ese beso durante un pequeño momento. Hasta que su cabeza le recordó que lo había invitado con un fin específico...

- Logan, espera... - Peter se separó lentamente de su pareja, intentando volver a recuperar el aire y la claridad mental. - Hay algo que tengo que decirte...

El rostro de Logan se puso serio repentinamente, y se cruzó de brazos, como hacía cada vez que se sentía a la defensiva.

Peter podía leer con facilidad cada uno de sus movimientos. Le parecía injusto que dos personas con tanta conexión como la que tenían ellos, no pudieran compartir el mismo sueño...

A veces la vida era demasiado injusta.

- Si vas a dejarme, dilo de una vez por favor. - Logan suplicó mitad dolido, mitad enojado.

Peter sentía que la angustia de ambos se mezclaba, atenazando dolorsamente su garganta.
Pero tenía que decirlo...

- Logan, estoy esperando un hijo tuyo. - Soltó sin rodeos, clavando su mirada en los ojos pardos que se habían vuelto su color favorito desde hacía cinco años.

La confusión suplantó al enojo, y luego Peter pudo ver como algún pensamiento tormentoso agobió el semblante de Logan.

- Logan... - Peter se acercó, intentando tocarlo, pero el hombre se alejó como si fuera una pesadilla encarnada.

- No. No es posible... tú y yo nos hemos cuidado, no puede ser... - El hombre negó confundido, peinándose el cabello nerviosamente con sus manos.

- Lo sé. Pero no tiene un cien por ciento de efectividad. Y evidentemente... -

- Dime que no lo hiciste adrede, ¡por favor! - Logan lo interrumpió enojado, acusándolo aunque sus palabras no lo dijeran del todo.

Peter tomó una respiración, intentando serenarse. Logan estaba cegado, y el no podía permitir dejarse cegar también por el enojo.

- Si me crees capaz de algo así, es que no me conoces. Jamás me embarazaría de alguien que no quiere tener un hijo conmigo. - Respondió con frialdad, intentando mantener su voz lo más apacible posible.

Mi chance eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora