Conviertmé en Vampiro. - 47

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Ricardo por favor baja esas tijeras, mírate, no estás bien, el solo vino a verte y tú le quieres hacer daño, en qué cabeza cabe Ricardo. — dijo su mamá mientras suplicaba.

Ellos a mi me lastimaron y nadie me cree de que fueron unos monstruos los que me atacaron pero Aldo los conoce y él si me cree. — dijo Ricardo mientras sometía a Aldo.

Ricardo comenzó a caminar hacia atrás, Aldo solo cerró los ojos y se pudo zafar de Ricardo. Aldo corrió hacia la puerta y Ricardo le lanzó las tijeras, Aldo se aventó al suelo y estas se quedaron clavadas en la puerta de la habitación. Aldo en el suelo miró a Ricardo, él corrió hacia Aldo pero los enfermeros lo detuvieron. Lo comenzaron a controlar poniéndole un sedante. En verdad Ricardo estaba muy mal.

Aldo, hijo, cómo estás? No te hizo daño verdad. — preguntó la mamá de Ricardo.

Estoy bien, solo fue el susto. No se preocupe señora. — dijo Aldo.

Disculpe señora la doctora quiere hablar con usted y con el padre del Joven Ricardo. — dijo uno de los enfermeros

Si, no se preocupe ahorita vamos. — respondió el papa de Ricardo.

Aldo se puso de pie y comenzó a caminar hacia el elevador, quería irse de ahí y estar lejos. No quería ver a nadie. Aldo llegó a su camioneta y subió. Se marchó directo a su casa, aún seguía temblando del miedo por lo qué pasó con Ricardo. Una vez más estuvo apunto de ser asesinado por quien fue su pareja. Aldo conducía hasta que llegó a su casa. Estacionó su camioneta en la cochera y bajo rápido para entrar a la casa. Dejó sus llaves en la entrada y subió rápido a su cuarto. Gina miró qué pasó rápido y salió de la cocina para ver qué era lo que le sucedía a su hijo. Aldo entró a su cuarto y se aventó a la cama. Se quedó mirando hacia el techo sin poder entender lo que había pasado con Ricardo en el hospital.

¡QUE! Que mi hijo está loco doctora? — dijo la mamá de Ricardo algo alterada

Señora el paciente presenta un trastorno por el accidente, es por eso que les pedimos que firmen esta salida del hospital para que empiece su tratamiento en el hospital psiquiátrico de la ciudad de Washington. — dijo la doctora

Pero él no está loco doctora, solo está pasando por un mal momento. — dijo la mamá de Ricardo

Señora, es por el bien del paciente, es por eso que lo debemos de tránsladár. — dijo la doctora.

La mamá de Ricardo junto con su esposo leyeron la solicitud y con algo de dolor tuvieron que firmar, la doctora tomó la solicitud y la entregó a dirección para que se llevara acabo el proceso.

Puedo pasar? — dijo Giselle después de tocar la puerta de la habitación de Steve.

Claro, pasa. — respondió Steve

Giselle pasó y tomó asiento en la cama de Steve, este giró la silla y la miró.

Te pasa algo? — preguntó Steve.
No, solo quería venir contigo para que vieras algo. — dijo Giselle.

Que viste? — dijo algo preocupado

Giselle miró fijamente a Steve y este clavó su mirada en ella para que viera lo que ella vio. Steve al poco tiempo salió del transe y se paró de la silla. Camino hacia la ventana de su cuarto.

¡Maldito bastardo! Como no te mate en ese momento. — dijo Steve furioso.

Pero Aldo está bien, no le pasó nada, solo se asusto. — dijo Gis detrás de él.

Pero qué culpa tiene Aldo, el solo fue a verlo y mira este loco casi lo mata. Tengo que ir a ver cómo está, no se, tengo que abrazarlo, para quitarme estas ganas de ir a matar a Ricardo. — dijo Steve

Steve tomó su abrigo y salió de su cuarto para ir a la casa de Aldo, tomó sus llave y subió a su auto, se marchó rápidamente, Aldo seguía acostado en su cama, seguía asustado por lo que había pasado.

En verdad se volvió loco. — dijo Aldo

Steve, llegó a la casa de Aldo, estacionó su auto y bajo, tocó el timbre de la puerta y la señora Gina salió, miró a Steve y camino hacia la puerta para dejarlo pasar.

Hola Steve, vienes a ver a Aldo? — preguntó
Si, vengo a verlo, si está en casa? — preguntó Steve.

Si, no tiene mucho que llego, porque? Se pelearon o algo así? — preguntó la señora Gina.

No, no, fue a ver a Ricardo pero no se que le pasó que está algo raro, por eso vine a ver qué le sucedía. — dijo Steve.

Steve entró a la casa y camino hacia el cuarto de Aldo. Tocó la puerta pero nadie respondió, la volvió a tocar y seguía sin responder. Steve entró a la recámara y miró que Aldo estaba dormido. Lo miró y comenzó a caminar hacia donde estaba. Se puso frente a él y se agachó para poder acariciar su cabello.

No sabes lo mucho que me preocupa que seas tan indefenso, cualquier persona te puede lastimar e incluso te puedo hasta perder amor mío. Quiero que seas fuerte, intrépido, que nada y nadie te lastime, quiero estar tranquilo y no estar con el pendiente de que te puedan lastimar o matar. Porque si te llegará a perder yo me muero. — dijo Steve.

Steve comenzó acariciar el rostro de Aldo, era tan suave. Steve se puso de pie y fue directo a la ventana del cuarto de Aldo.

Te tengo que preparar y enseñar a cómo defenderte de los vampiros y de los humanos que te quieran hacer daño, pero tengo que buscar una manera o alguna forma de como prepárate y así nadie te pueda lastimar. Solo así dejarías de ser Tan indefenso. Pero como? Como le puedo hacer. — decía Steve

Conviérteme en vampiro. — dijo Aldo detrás de él.

Steve se quedó helado al escuchar lo que Aldo deseaba, giró y lo miro parado de tras de él.

Conviértame en alguien como tú, siendo vampiro dejare de ser indefenso y me podría cuidar de cualquiera. — dijo Aldo.

No, eso jamás. — respondió steve.

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