CAPÍTULO 19

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Los exámenes finales estaban trayendo de cabeza a aquellas personas que seguían estudiando a pesar de la edad que pudieran tener. Los libros, que perfectamente ocupaban toda la encimera, estaban abiertos por páginas que ni podía enumerar de todas las cosas que tenía que aprender.

La relación que tenía actualmente con mi novio se basaba en videollamadas nocturnas, pues él también tenía que estudiar y estaba ocupado con los ensayos para la gira que iba a realizar en verano. Así, las únicas personas con las que comunicaba prácticamente era con Ray, Esteban y mis padres. Como siempre se podría decir.

Lo bueno de todo eso era que en unas semanas habría acabado la universidad, con la gran experiencia de haber tenido cuadros míos expuestos en una galería de arte. No todo el mundo conseguía eso en su primer año de carrera, ¿no?
Dentro de lo malo malo, había sido un gran año. Lo empecé con el coche abollado y lo he acabado con alguien a mi lado. Que irónico, ¿verdad? Mira que existen maneras de conocer a ala gente. ¿Pero esa? Esa era de película.

Ah, sí. ¿Os acordáis de Esteban saliendo de mi casa corriendo para volver a la de Derek sin que este último se diera cuenta de la mini huida de su novio? Pues consiguió hacerlo, pero la culpa le comía tanto el alma que se lo contó en cuanto Derek despertó. No acabaron mal, él lo comprendió y simplemente le dijo que no pasaba nada, que podía ser normal al haber sido su primera vez y más con alguien que es de su mismo sexo.

Yo creo que Esteban hizo lo que hizo porque tenía miedo, miedo de que eso supusiera el hacer todavía más seria la relación que tenía con Derek. Eso o la posibilidad de que pensara que él solo lo quiso para eso y que después lo abandonaría. No sé, no tengo el poder de leer la mente de las personas.

Aun así, todo esto que ostenta estaba contando se vio interrumpido cuando una pequeña piedra golpeo la ventana de mi habitación. Tuve que bajar la canción que estaba sonando en mi casette -que era Tenía tanto que darte- para comprobar quién había tirado eso. Mis ojos se abrieron al instante en el que vi como un chico que estaba al lado de su reconocible pick-up rojo silbaba enfrente de mi casa.

-¿Qué haces aquí? ¡Son las once de la noche!

-¡Acabo de salir de ensayar! -dijo casi gritando para que le escuchara- ¡Quería pasar a ver cómo estabas!

-¡Sigo viva como puedes ver! -dije casi riendo.

Mis carcajadas le contagiaron y Ray acabó riendo con es gran sonrisa que estaba siempre en su preciosa cara.

-¿Terminas la semana que viene los exámenes?

-¡Sí! ¿Por qué?

-¡Por nada! ¡Buenas noches, Anna Gómez!

Un momento. Él sabía mi apellido y nunca se lo había dicho.

-¡Espera! ¡¿Cómo sabes mi apellido?!

-Esteban le enseñó vuestro anuario del instituto a Derek y vio tu apellido. Que pena que no pudo ver el segundo.

-Con que sepas el primero tienes de sobra.

Y tanto que tenía para estar satisfecho. Digamos que el apellido de mi madre no me gustaba mucho.

Ray hizo una pequeña reverencia y la oscuridad de la calle hizo que desapareciera ante mis ojos.
Creáis o no, el verlo -aunque fuera sólo unos segundos- era un completo regalo que alegraba mis días.

°°°

-¡Corre o cuándo lleguemos habrá demasiada gente como para ver las listas!

-¡¿Qué parte de mis pulmones están para desechar no entiendes?! ¡No puedo correr tan rápido como tú, Esteban!

-¡Pues anda rápido o yo que sé, que a este paso nos dan las uvas!

LEYENDAS #1 [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora