CAPÍTULO 15

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Los rizos caían sobre mi cabeza mientras pasaba la plancha del cabello sobre mi pelo. Estaba intentando hacer el peinado que llevaba Olivia Newton-John en Grease porque en unos minutos tendría que salir pitando de mi casa para ir a la Ray. Todo lo demás estaba preparado, tanto el vestuario como el maquillaje.
Además, como siempre, estaba retocando cada cosa que veía que pudiera afectar a mi aspecto en el espejo: tocaba mi pelo para darle forma, me aseguraba de que el catéter estuviera bien puesto... Esas cosas que, por más mínimas que fueran, podían hacer que dijera que la había cagado.

Sí, le doy demasiadas vueltas a lo que está a mi alrededor.

Mi teléfono empezó a sonar cuando estaba a punto de salir del baño. Esteban y la paciencia no eran grandes amigos, pues este quería saber si Ray y yo estaríamos un rato con ellos antes de que él y Derek se fueran a una fiesta de disfraces que habían montado algunos alumnos de la universidad. Le respondí rápidamente diciéndole que le preguntaría primero a Ray y que después le confirmaría el plan o no.

Salí del baño finalmente y fui a cambiar la bombona de oxígeno a otro lugar, pues llevarla esa noche con la mochila de ruedas sería un gran impedimento. Metí todo en una bolsa de tela lo suficientemente grande como para tener ahí la bombona de oxígeno y algunas cosas más y emprendí el camino hacia la casa de Ray, no sin antes despedirme de mis padres.

Minutos más tarde me encontraba delante de la puerta de su casa. Desde fuera podías escuchar la música que procedía dentro del edificio. Si los vecinos no habían llamado todavía a la policía por el jaleo, seguramente lo harían en unos minutos. Aun así, lo mejor de eso fue descubrir el por qué las canciones sonaban con el volumen tan alto. Cuando fui a golpear los nudillos para llamar a la puerta, George abrió esta y dejó ver a un Ray vestido de Danny Zuko que gozaba y cantaba cada palabra de You're the one that I want. Este, al descubrir que estaba siendo observando no sólo por su hermano, si no por mi, frenó en seco y carraspeó un poco. Le habíamos cortado el rollo al pobre.

—Menos mal que has llegado pronto –dijo George mientras volvía su cabeza hacia mi–. Una canción más y le tiraba una vaso de agua a la cabeza.

—Entonces he llegado a tiempo –dije mientras reía un poco.

—Bueno, yo iré a mi habitación –empezó a dirigirse hacia las escaleras cuando se dio la vuelta–. Bonito disfraz.

—Gracias –sonreí de oreja a oreja y mi atención volvió a Ray.

Si él no se había echado medio bote de gomina, poco le faltaba. Ray se apoyó en la barandilla de la escalera y sonrió como si fuera un niño que intentaba ocultar que acababa de romper un plato.

—¿Ya habías empezado la fiesta sin mi? –dije mientras me acercaba a él.

—Que va, simplemente trataba de hacer tiempo.

—Con una canción de Grease.

—Ajá...

—La más famosa diría yo.

—Sí. No hay nada de malo en eso, ¿no?

—Eres de lo que no hay –negué con la cabeza y rodeé su cuello con mis brazos mientras le daba un pequeño beso–. Claro que no tiene nada de malo.

—Bueno, mientras mis padres no se enteren de que medio vecindario me odia por esto, no pasará nada.

—Si no te detiene antes la policía por desorden público, yo creo que tampoco.

Volvimos a besarnos de nuevo. No fue durante mucho tiempo, pero fue el suficiente como para desear que ese momento no terminara nunca.

Tras eso, fuimos finalmente a la casa de Derek, pues le pregunté a Ray si quería pasarse a verlo y aceptó.
Nada más llegar fuimos derechitos al sótano, pues hasta en la entrada se escuchaba el alboroto que tenían allí montado.
Al bajar las escaleras y ver el panorama, podías ver cómo Esteban tenía una botella –de lo que posiblemente era whisky– con el nombre de la bebida en todo el medio. La palabra Whistle estaba en cursiva e intentaba dar un toque de sofisticación a la botella, o eso creo.

LEYENDAS #1 [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora