CAPÍTULO 9

26 2 15
                                    

Había estado cinco minutos inspeccionando mi atuendo en el baño. Tenía puesto un vestido blanco que me llegaba por las rodillas y unas botas negras. También llevaba una chaqueta de cuero del mismo color que mis zapatos. Era de mi madre y fue su favorita. El pelo, ondeado y recogido en dos moños altos, hacían que el catéter pudiera verse mejor que otras veces, pero eso daba igual hoy.
No iba a un concierto desde que tenía 10 años, cuando mi madre y mi padre me llevaron a uno en homenaje a Queen. Ninguno de los integrantes de la banda estaba muerto, salvo Freddie Mercury, pero aún así lo quisieron llamar homenaje. No acabé muy contenta ese día porque yo pensaba que veríamos a la banda original, pero el concierto fue decente.
El caso, que no paraba de hacer una inspección de como iba vestida y Esteban estaba enfadado porque pensaba que si seguía más tiempo ahí llegaríamos tarde.

Finalmente, y tras diez porrazos seguidos por parte de mi mejor amigo hacia la puerta de mi baño, salí mientras le interrogaba con la mirada el por qué de su enfado.

—Estaba en mi momento sentimental de te extraño mamá, ¿vale?

—Sí, pero esos momentos suelen durarte cinco minutos y has tardado casi diez. Ahora arreando que es gerundio.

Los dos bajamos las escaleras. Mis padres estaban en el salón cuando les dijimos que nos íbamos ya y que no nos esperaran despiertos. Aun así, Esteban echaba humo por las orejas, pues mi padre no paraba de decirme lo mucho que le gustaba que llevara la chaqueta de mi madre y que me parecía mucho a ella. Yo sé que mi mejor amigo también quiso a mi madre en su momento, pero se veía que ahora no, pues era hablar de ella y perdías cinco minutos de tu vida en eso.

Cuando pudimos salir finalmente, los dos subimos al coche y fuimos hacia el bar donde dentro de poco tendría el concierto de Ray, que estaba en el centro del pueblo.

Menudo lugar más estratégico para hacer un evento así.

En el coche sonaba el primer y único disco de Red Moon, pues era un poco bastante hipócrita el ir a un concierto suyo sin haberme familiarizado con sus canciones. Además, que la persona que en un principio me obligaba a ir, también me había sometido a dicha acción de escuchar el disco porque quería comprobar que se sabía la letra de todas sus canciones de pe a pa.

—¿A la vuelta podemos escuchar a Lady Gaga?

—A la vuelta vas a acabar borracha —dijo Esteban mientras dejaba de cantar para contestarme—. La última vez que salimos no lo hiciste, así que hoy cumples con tu misión.

—Sí, claro. Ya de paso me pillo un coma etílico.

—No estaría mal, así sería la primera vez que vas al hospital por otra razón que no sea lo que ya sabemos.

—Creo que te has pasado al decir eso —dije mientras intentaba olvidar sus palabras.

—Los dos sabemos que es verdad. Pero bueno, tienes razón. Son los nervios que me hacen soltar cualquiera cosa por la boca.

—Pues contrólate o te vas tú solo al concierto.

—Entendido señorita.

¿Sabéis lo jodido de que casi todo el pueblo fuera a ir a dicho concierto? ¿No? Bueno, yo os lo cuento. El atasco.
Llegamos al punto acordado con los del staff casi quince minutos más tarde por culpa del maldito embotellamiento. Lo único de lo que carecía, que era la paciencia, no apareció en todo ese tiempo.

Una chica con una gran sonrisa llamada Melanie, según la tarjeta de identificación que tenía colgada del cuello, nos estaba esperando en la puerta de atrás del bar cuando por fin pudimos llegar. Ella, muy parlanchina por cierto, nos dió unas pulseras que al parecer nos hacían poder estar en las zonas "VIP" del establecimiento.

LEYENDAS #1 [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora