Al día siguiente, Arthit tomó el transporte público para volver a su casa, lo cual fue un poco más tardado, pero Kong aún seguía en la empresa de su familia y no podía pasar por él.
Cuando finalmente llegó a casa, saludó a Buddy, le hizo algunos mimos y lo dejó libre ya que iba a cocinar la comida de ese día, algún platillo que le gustara a Kong, el cual era sencillo, aunque lo que más se demoraba era en estar caliente ya que debía calentarse a fuego bajo.
Así que aprovechó para cambiarse por algo más cómodo y justo cuando iba bajando las escaleras el timbre sonó. Pensó que podían ser sus vecinas, pero al abrir se encontró con repartidor de paquetería.
—¿El joven Kongpob Sutthilack? —preguntó aquel hombre.
—Eh... Sí, aquí vive... —Arthit se extrañó cuando una caja de aproximadamente metro y medio fue señalada por el repartidor. —Le envían este paquete. ¿Puede firmar, por favor?
Sin saber muy bien qué pensar, Arthit firmó. Metió la caja que era más ligera de lo que se veía y la dejó recargada en el sofá. La miró extrañado, pero se alejó y volvió a la cocina. Ya le preguntaría a su esposo que compró.
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Un par de horas más tarde, Kong estaba llegando a casa. Luego de cerrar la puerta detrás de sí, iba a dejar su mochila en uno de los sofás de la sala, pero le sorprendió mucho encontrar que una gran caja estaba sobre uno de ellos.
Dejó su mochila abajo en el piso y pasó hacia la cocina, desde donde escuchaba a su esposo moverse y hablando con Buddy.
—Hola, amor; hola, Buddy —se agachó para cargar al minino y después se acercó a Arthit para darle un besito en los labios a manera de saludo. —¿Qué tal tu día, mi sol? —Preguntó con dulzura al apartarse de sus labios.
Cuando escuchó a Kong llegar, el mayor estaba terminando de lavar los platos. Se apresuró a secar sus manos y dejó todo en orden, así que al momento de tener a su esposo a lado se lanzó a sus brazos.
—Mucho mejor ahora que llegaste —le respondió con un besito en los labios. —La comida está lista para cuando quieras. ¿Estás cansado? Deberías subir a cambiarte por algo más cómodo.
—Estoy bien... Podemos comer ahora —le sonrió con ternura, impulsándose para robarle un beso más. —Más tarde que subamos podríamos darnos un baño juntos, los he extrañado mucho —con otro besito en su mejilla, se alejó para dejar a Buddy de nuevo en el piso y entonces volver a tomar a Arthit por la cintura y llenar su rostro de muchos besitos.
—Y yo a ti —pasó sus manos por el cuello de Kong y le acarició la nuca con delicadeza. —Para comer te preparé algo que te gusta mucho —le susurró entre besos. —Está todo listo, así que ayúdame a servir —a pesar de eso no se movió de aquel abrazo.
—Hhmm... ¿Qué preparaste? —Preguntó con mucha curiosidad, después se apartó, aunque muy poco a poco. Sin embargo, no dejó de tomarlo por la cintura mientras iba a fijarse a los sartenes. —¡Oohh! ¡Amor, me encanta! —Le miró tan emocionado como un niño.
—Vamos a servir todo, anda —le dio un último besito en la mejilla antes de abrazarlo con mucho cariño. Le había extrañado, pero se la había pasado muy bien el cocinar junto a Buddy.
En los próximos minutos, la pareja sirvió los platos y bebidas y después se sentaron a la mesa para comer lo que Arthit había preparado. Kong disfrutaba muy feliz la comida, no podía dejar de sonreír y halagar el talento de su esposo.
—Mmmm... Mi esposo es sumamente talentoso... y me consiente con su comida deliciosa... —decía enamorado, tomando otro bocado.
—A mí me gusta mucho cocinar, es relajante después del trabajo y que mejor que hacerlo para ti —le sonrió y sus hoyuelos se marcaron. —¿Cómo te fue hoy en el trabajo? ¿Hiciste algo interesante? —le preguntó con gran interés.
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VIII. Escala Danjon - A.M.
FanfictionEl eclipse ya ha terminado y ahora la Luna y el Sol toman caminos separados... Pero, ¿qué será de la Luna sin su Sol? "-Kong... -Arthit murmuró sobre la piel de su esposo. -No estás solo, ¿sabes? Pase lo que pase, yo estaré a tu lado. Estamos juntos...