- 4 -

485 50 101
                                    


Mientras Arthit acababa de vestirse, Kong le ayudaba con el cuello de la camisa mientras se abotonaba los puños.

—Entonces me envías mensaje si quieres pasar a comer por la tarde, ¿de acuerdo?

—Sí, mi sol —Kong asintió con una sonrisita algo boba, como cada mañana que compartían juntos antes de irse al trabajo. —¿Te envío mensaje también si llego a extrañarte? ¿O Buddy? —intentó juguetón.

—Envíame mensaje aunque no haya motivo —se inclinó y le besó los labios. —Y por favor, déjame quehaceres. No quiero que trates de hacer todo y sacrifiques el tiempo para estudiar, ¿bien?

—Hhmm... —Kong lo pensó un poco, pero terminó asintiendo, aunque aún con algo de duda. —Bien... le daré prioridad a mis tiempos de estudios si eso te deja más tranquilo —habiendo terminado de acomodarle el cuello de la camisa, subió ambas manos a sus hombros. Se acercó a su cuerpo. —¿Algo más, amor?

Arthit le tomó de la cadera para abrazarlo.

—Sí, que les amo —le besó la punta de la nariz. —Debo irme ahora o se hará tarde. ¿Me acompañas a la parada del autobús?

—Claro... —le sonrió, ahora muy amplio y contento. —También te amamos y por supuesto que acompañaremos a papá Arthit a la parada. ¡Iré por el arnés de Buddy!

El mayor le vio salir corriendo para encontrar el arnés y a Buddy. Negó con la cabeza, divertido.
Tomó su portafolio y le siguió a la planta baja.

Kong no tardó más de un par de minutos en sacar el artículo, ir por su gato y colocárselo con cuidado. Luego, cargó al minino para llevarlo afuera en compañía de Arthit y colocarlo en el piso ya en el exterior de su casa. Entonces, tomó la mano de su esposo y así caminaron juntos hacia la parada del autobús, como una pequeña familia.

Cuando llegaron, Arthit sostuvo a Buddy entre sus brazos unos momentos para despedirse de él.

—Cuidas a papá Kong, ¿sí? —le decía mientras le acariciaba.

Buddy emitió un corto ronroneo como respuesta a su padre. Por su parte, Kong sólo rio al ver la interacción entre ambos.

—Nos cuidaremos muy bien el uno al otro...

Arthit besó la cabecita de Buddy antes de bajarlo. A lo lejos, pudo ver que el autobús se estaba acercando.

—Es hora de irme, esperaré tus mensajes —avanzó un poco para recibir un beso de su esposo.

—Que tengas un excelente lunes, mi sol —le sonrió antes de darle un besito corto. —Te amamos, no lo olvides...

—Y yo a ustedes... Que tengan un buen día —inconforme con ese beso Arthit se acercó por otro, uno profundo y apasionado. Incluso al final le mordió el labio inferior.

Tomado por sorpresa por ese gesto, por supuesto, Kong jadeó bajito. Su rostro se coloreó un poco de rojo debido a aquello, pero no dejó de sonreír.

—Eso... me quedaré pensando en eso el resto del día —dijo, todavía embobado por los labios de Arthit sobre los suyos, y también por algo de su lengua dentro de su boca. —Así que quizá... debas tener cuidado abriendo tus mensajes en público —le guiñó, y viendo que el autobús había llegado, retrocedió para hacer algo de distancia. Sin embargó, no dejó de mostrarle a su esposo una gran sonrisa traviesa.

Con una sonrisa reprimida y las mejillas rosas, Arthit se dio la vuelta para subir al autobús. Le gustaba la atmósfera de complicidad que tenía con su ahora esposo.

-

Ese día y debido más que nada a esa última interacción con Arthit, Kong llegó bastante feliz y animado a su lugar de trabajo. Saludó con buen humor a sus compañeros y muy sonriente se encaminó a donde estaban sus cosas para dar inicio a su jornada.

VIII. Escala Danjon - A.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora